Con el objetivo de que los actores del sector vitivinícola puedan contabilizar el impacto de sus producto en el ambiente, el área de Asociación, Investigación, Desarrollo e Innovación de la Coviar creó una herramienta destinada a productores y bodegas, la Calculadora de Huella de Agua y Carbono.
La calculadora fue desarrollada en módulos que constituyen un paquete para que el usuario final, productor o bodega, pueda estimar de manera orientativa el impacto sobre el cambio climático y el uso del agua asociado a su actividad”, comentó detalló la investigadora a cargo de proyecto, Bárbara Civit.
De este modo “se estudia el impacto ambiental potencial de la contribución que tiene, por ejemplo 1 kg de uva para vinificar o una botella de 750 ml de un determinado vino, sobre el ambiente y la escasez de agua con enfoque de ciclo de vida, es decir, considerando las distintas etapas de la producción del producto analizado. Para esto se tuvo en cuenta el análisis de ciclo de vida, es decir, contempla el impacto ambiental desde la cuna hasta la puerta, y considera todos los insumos utilizados en los procesos productivos”, añadió Civit.
Todos los actores de la vitivinicultura en el país pueden acceder al programa de manera gratuita y además a líneas de financiamiento para incorpora técnicos que colaboren en la puesta en práctica de las medidas necesarias para reducir ese impacto en el ambiente.
“Esta herramienta le permite a los actores del sector poder cuantificar y medir el uso de variables como el agua, la energía o las emisiones que se emiten a partir de la energía que se usó durante el proceso productivo”, comentó Romina Palazzo.
La integrante del equipo técnico del área de innovación y desarrollo de Coviar, remarcó la importancia de medir esa huella hídrica y de carbono pensando en las exigencias de los mercados que crecen a diario y también de la demanda de los consumidores.
“Al saber cuáles son los puntos críticos en el proceso, implementar mejoras para revertirlos. Pero también ayuda a avanzar en un proceso de certificación ambiental que es como un requisito que está empezando a imponerse en los mercados y que va a ser esencial para poder ingresar nuestros productos”.
La Calculadora de Agua y de Carbono está enmarcada en el proyecto “Vitivinicultura Sostenible 4.0″ financiado por la Secretaría de Industria de la Nación.
El proyecto fue desarrollado por el grupo de investigación CLIOPE de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Mendoza, y especialistas del CONICET.
Si bien la calculadora está diseñada para incorporar más productos, como el mosto, entre otros, en esta primera instancia el desarrollo permite obtener la huella de la uva, del vino y también el transporte de ese vino.
Estos cálculos permiten el diseño de estrategias de mitigación hacia procesos más benignos con el ambiente, pero también los usuarios pueden calcular los cambios que produciría, por ejemplo, la incorporación de una determinada tecnología, antes de hacerlo.
Es decir, que se puede adelantar y ver los efectos que podría tener la toma de una decisión, como la incorporación de energía de origen renovable o un sistema de riego determinado que mejore la eficiencia en el uso del agua, o el hecho de comprar insumos a un determinado proveedor u otro.
Decisiones que además tienen un impacto económico para el implicado.
“Si calculo la huella de agua y de carbono, básicamente estoy hablando de la cantidad de agua que consumo o que usa mi producto y también la cantidad de emisiones equivalentes por el consumo de energía que yo hago, entonces a partir de la información lo que voy a buscar es como incorporar prácticas o tecnologías que tiendan a hacer un uso más eficiente de los recursos y a como optimizarlos”, explicó Palazzo.
Hay financiamiento para mejorar las prácticas
El programa “Vitivinicultura Sostenible 4.0″ de Coviar también permite que los interesados en comenzar a aplicar las técnicas de mejoras derivadas de la información obtenida de la Calculadora cuenten con financiamiento.
Actualmente están disponibles dos herramientas financieras, una pensada para productores y bodegas que se encuentren dentro de la categoría Pymes (estatus que otorga el Ministerio de Economía de la Nación) y otra línea para los considerados productores grandes o bodegas que mueven volúmenes considerables.
En el caso de las Pymes “pueden acceder a un Aporte No Reembolsable (ANR) para asistencias técnicas grupales que estamos trabajando juntos con la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Es una propuesta de financiamiento para acompañar a los productores y bodegas a que implementen el uso de la calculadora y de indicadores de sostenibilidad”, comentó Romina Pallazzo.
“El ANR es de hasta $1.200.000 y le permite a la empresa o al productor incorporar entre 6 y 12 meses a un asesor tecnológico para que lo acompañe en el proceso de medición y cálculo de las huellas y también para que defina un plan para mejorar los puntos críticos según el cálculo”, agregó.
Por otro lado, hay ayuda financiera a través Coviar, que es Unidad de Vinculación Tecnológica, “para que las empresas más grandes también pueden acceder a un servicio de monitoreo o acompañamiento en la definición del cálculo de las huellas contratando asesores tecnológicos para que lo acompañen en el proceso de medición y en la formulación de un plan de mejoras”, indicó Palazzo.
Desde el 15 de marzo la calculadora para medir la huella de agua y de carbono está disponible para su uso en la página web del Observatorio Vitivinícola Argentino.
La huella de agua y de carbono
La huella de agua de un producto es una métrica con la que se cuantifican los impactos potenciales relacionados con el uso y consumo de agua de un sistema, mediante la recopilación y evaluación de las entradas y salidas de flujos de agua expresada en m3 equivalentes.
Mientras que la huella de carbono de un producto es la suma de los gases de efecto invernadero (GEI), emisiones y remociones, de un sistema que se expresan como CO2 equivalente/unidad de producto y se basa sobre una evaluación de ciclo de vida analizando solamente la categoría de impacto Cambio Climático. Estos dos indicadores son claves a la hora de medir el impacto, la eficiencia y la sostenibilidad de cualquier productor o empresa.