El Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV) presentó un adelanto del informe de cosecha y elaboración de vinos y mostos de 2021. Los números indican que se cosecharon más de 22 millones de quintales (qq) de uva y se produjeron 16 millones de hectolitros (hl), lo que muestra una mejora respecto de 2020, pero valores por debajo del promedio de los últimos 10 años.
A nivel nacional, con totales acumulados hasta el 11 de julio de 2021, se releva una cosecha de 22.414.197 qq, superior a la baja cosecha de 2020 (20.557.455 qq). Vale aclarar que, si bien fue una cosecha mayor, estuvo por debajo del promedio histórico de la década, que es de 24 millones de quintales.
Más allá del volumen, Martín Hinojosa, presidente del INV, destacó la calidad de la uva, ya que había temor por los posibles daños de las heladas tardías de octubre de 2020 y por las lluvias de este verano. “Los daños fueron mínimos y el agua trajo algunos kilos de más, necesarios, ya que veníamos de stocks muy bajos”, analizó Hinojosa.
En cuanto a la elaboración, a nivel nacional se muestra una generación de 16.679.297 hl (12.473.450 de vino y 4.205.487 de mosto). También es superior al año pasado, cuando se dio una elaboración de 15.225.300 hl (10.796.149 de vino y 4.429.152 de mosto). Si bien este año no hubo acuerdo de mosto, Hinojosa observó que el mercado ajustó según su propio análisis, aunque opinó que tal vez hubiera sido necesaria una cuota más alta para que se hiciera menos vino blanco y más mosto. “Argentina debe tener un negocio de mosto duradero y constante, ya que es el principal exportador mundial”, subrayó. En cuanto al vino, se aprovechó la reducción de stocks en 2020 por las exportaciones de granel y el crecimiento del consumo interno.
Desde la viña
Diferentes asociaciones viñateras consultadas consideran que la cosecha de este año ha estado en números relativamente normales. Coinciden con la buena calidad de la uva, y esperan que pueda continuar la recuperación de los precios después de años de estancamiento.
Gabriela Lizana, presidente de Aproem (Asociación de Productores del Oasis Este de Mendoza), considera que la cosecha en cantidad ha sido relativamente normal y que, si el consumo interno y las exportaciones se mantienen, en principio no debería haber excedentes. “El aumento del precio fue positivo para alcanzar las pérdidas por inflación, pero tememos que la pérdida se repita”, apuntó.
“El aumento en el precio pagado respecto del año anterior representa para nosotros un ajuste por tantos años de atraso. De todas formas, aún no podemos cubrir los costos de producción, porque aumentan a un ritmo que supera los ajustes”, analizó Lizana.
Para la presidente de Aproem, al problema de rentabilidad se suma la “deslealtad comercial impuesta por los formadores de precios al establecer formas de pago que reducen aún más el margen que tiene el productor”. En ese sentido, recibir el pago a 10 ó 12 meses de haber cosechado, sin ajuste por inflación, implica financiarse con el sector más débil de la cadena, una “conducta abusiva” que no ha cambiado.
En el caso de la AVM (Asociación de Viñateros de Mendoza), que reúne a productores de menos de 20 hectáreas, su presidente, Eduardo Córdoba, señaló que “algunos productores cosecharon un poco más, pero la mayoría igual” al año pasado. Si bien en general la última temporada le parece “buena” por la tonificación de los precios y la mejora en las condiciones de elaboración, comparte la preocupación respecto de la rentabilidad.
“Veníamos muy atrasados (con los precios) y aún con estos nuevos valores estamos al ras en cuanto a los costos, porque los insumos y servicios se fueron por las nubes (la energía, el gasoil, los agroquímicos). Si uno analiza en la estructura de costos las amortizaciones, como la de un tractor o una perforación, la cuenta es negativa. De todas formas es cierto que algo se recompusieron los precios pagados al productor”, reflexionó Córdoba.
Problemas estructurales
En representación de las cámaras, la presidente de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, comentó que éste ha sido un buen año “tanto en volumen (mayor del pronóstico) como de calidad”. Sin embargo, remarcó que los promedios de producción vienen disminuyendo: “Hace unos años el promedio era de 24,6 millones de quintales, hoy estamos en 23 millones. De acuerdo con esto, tuvimos una cosecha inferior al promedio de los últimos 10 años”.
En lo que se refiere a la disminución en comparación con la media histórica, la presidente de Bodegas de Argentina cree que se debe a razones estructurales, como la falta de agua en algunas zonas vitícolas, el impacto de la Lobesia Botrana (polilla de la vid) y el mal trabajo de viñedos por falta de rentabilidad.
De todos modos, Ortiz sostuvo que si se compara la cosecha actual con la de 2020, la actual fue entre un 7 y 8% superior. “La variación está en el volumen. Habrá que esperar a ver cuánto se destina a mosto para conocer el volumen de producción de vino”, comentó Ortiz, agregando que “debería revisarse la realización del acuerdo entre Mendoza y San Juan”.
Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Argentina), afirmó que en el sector cooperativo la cosecha fue aproximadamente un 10 % mayor que la del año pasado, con una calidad muy buena. “No hemos tenido problemas de sanidad, sino todo lo contrario. Las calificaciones de los vinos han estado por encima de los del año pasado”, declaró.
Un dato que destacó Vicchi es que el sector cooperativo representa el 22% de la cosecha de la provincia. Este porcentaje aumenta en algunas zonas como en el sur (casi 50 %) y en la zona norte centro (alrededor de un 30%). En cuanto a los desafíos, el subgerente de Acovi calcula que algunos insumos “han aumentado interanualmente más de un 80% en dólares”, y el aumento del vino no alcanza a cubrirlo.
“El otro tema es la falta de nevadas y la mega sequía que estamos viviendo este año en el tema hídrico. Tenemos una situación muy preocupante y compleja, con mucha menos agua que en 2020”, agregó Vicchi.
A eso se suma el costo de la energía para hacer funcionar los pozos. Acovi participó de la última audiencia pública del Epre a fines de julio y calculan que con los aumentos provinciales, la próxima temporada de riego, la factura podría aumentar en un 50%.
Números de cosecha y elaboración
El adelanto del informe de cosecha y elaboración de vinos y mostos del INV presenta varios datos para el análisis. En números totales, a nivel país se mencionan 1.228 bodegas y fábricas inscriptas (880 son de Mendoza), de las cuales son elaboradoras 870 (unas 610 de Mendoza).
De un total nacional de 22.414.197 de qq, en Mendoza se cosecharon 15.709.470 qq. Con eso se generaron en la provincia 978.582.814 litros de vino y 221.556.959 litros de mosto. Analizando este último producto, se encuentra que el porcentaje de uva destinado a mosto en Mendoza fue del 17,93 %, mientras que San Juan destinó el 49,76 % (cosecharon 5.448.790 qq de uva).
Mendoza es dueña del 70,1% de la uva cosechada a sus bodegas, seguida por San Juan con el 24,3%. En una escala mucho menor, figuran La Rioja (2,7%) y Salta (1,5%). Otras provincias, como Catamarca, Neuquén y Río Negro ingresaron menos del 1% nacional. La mayor parte de las provincias emplearon su producción para elaborar vino, con excepción de San Juan y Catamarca que tuvieron niveles similares entre vino y mosto.
En cuanto a variedades de uva en la vendimia nacional de 2021, la principal fue el malbec, con 4.447.903 qq (un 20,38 % del total de uva), seguida por las variedades cereza (3.893.530 qq, 17,84 % del total nacional), bonarda (2.135.590 qq, el 9,79 %) y criolla grande (2.010.742 qq, el 21 %).
Otra opción de análisis es la de poner la lupa sobre lo ocurrido en Mendoza por departamento. De un total provincial de 15.694.456 qq destinados a elaboración, el principal departamento en volumen es San Martín, con 4.609.762 qq, seguido por Maipú con 2.116.306 qq. El podio lo completa Rivadavia, con 1.938.660 qq.