El consumo de vino crece y la industria está festejando. Es que tras décadas de caídas, con sólo algunos años con magros resultados positivos, ver un primer semestre con subas en los despachos al consumo interno de 6,9%, la situación parece, en una primera mirada, no menos que alentadora.
Evidentemente los cambios de hábitos que trajo aparejada la cuarentena, generaron mejoras que terminaron por apalancar al sector.
Pero ¿quiénes son los que los salieron ganando? Los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura muestran que se vendieron. en botellas de 651 a 750 cc, unos 150 millones de litros de vino entre enero y junio de 2020, 5 millones de litros más que en 2019. Para graficar, tomando que la gran mayoría de esos vinos vienen en la clásica presentación de 750 cc, los argentinos consumimos 200 millones de botellas en la primera mitad del año. Ahora, en esa categoría, no todos ganaron por igual: se tomó más tinto que blanco, mostrando este último una caída del 8,6%.
Además, los argentinos prefirieron los vinos varietales en botella, que crecieron 9,1% en detrimento de los sin mención de varietal (-2,1%). A esto se suma el derrumbe de los espumantes (- 18,1%), al parecer, este último afectado seriamente por la baja de los festejos y el cierre de bares, hoteles y restaurantes. El botellón de 1,125 a 1,5 L sigue ganando por goleada. En estos meses, se vendieron 87 millones de litros en ese formato, 28 millones de litros más que en 2019. Repuntó la venta en damajuana que creció 7,9% y ya los datos muestran que la lata ha sido más exitosa que el bag in box.
Sólo tomando los datos de este año, se vendieron 300 mil litros en bag in box mientras que en lata en el mismo período 870 mil litros, a las claras que el consumidor estaba pidiendo innovación.
Pero ¿cuánto de este consumo es genuino y seguirá sostenido una vez que se “vuelva a la nueva normalidad?”. Los referentes del sector, tienen diferentes teorías al respecto. Algunos consideran que la pandemia permitirá seguir colocando este volumen de vino, porque básicamente el consumidor se reencontró con el producto. Mientras, otros consideran que una vez se reacomoden los precios de todas las categorías, es muy probable que vuelvan a caer. No hay dudas de que este proceso de recesión traerá también sus cambios en el consumo. Sólo restar esperar para saber si la industria saldrá beneficiada.
