Mantener una alta biodiversidad agrícola es uno de los desafíos primordiales a nivel mundial. Dentro de este contexto, la diversificación a través de un mayor uso de cultivares y especies altamente valiosas, pero actualmente subvaloradas debería ser un elemento esencial de cualquier modelo para la agricultura sostenible. Mendoza no escapa de esta realidad, y como región andina puede capitalizar esta oportunidad de diversificar su sistema productivo con cultivos ancestrales en gran parte desconocidos por nuestras familias.
Papas andinas
Las papas ofrecen recursos genéticos y posibilidades singulares para avanzar sobre estas necesidades: es el tercer cultivo alimenticio de importancia mundial y el principal cultivo hortícola en Argentina. Existe una amplia diversidad de especies y variedades cultivadas, siendo la papa moderna Solanum tuberosum spp tuberosum la que lidera el mercado global. Además de la principal especie cultivada, existen las papas nativas andinas (variedades locales o landraces; S. tuberosum grupo Andigenum), las cuales fueron domesticadas hace 7000-10000 años en los alrededores del lago Titicaca a partir de papas silvestres o salvajes.
Estas papas fueron seleccionadas y preservadas por agricultores andinos durante siglos hasta nuestros días. Aunque durante el desarrollo histórico de los pueblos andinos nunca se desconoció su importancia, actualmente están subvaloradas.
Las papas andinas muestran una amplia variabilidad en la forma del tubérculo, el color, la textura y el sabor de la carne y la piel. Esta diversidad genética también genera una variabilidad sustancial en los contenidos nutricionales. En las últimas dos décadas se ha activado un acertado interés de potenciar y aprovechar estos recursos genéticos esenciales para la humanidad. Se ha evaluado su potencial como fuente de metabolitos secundarios y antioxidantes como vitamina C, compuestos fenólicos, carotenoides, antocianinas y micronutrientes minerales. Estas iniciativas han contribuido a que las papas andinas ganen popularidad, no solo por sus atractivos colores y usos culinarios, sino también por su mayor valor nutracéutico.
En Argentina, las papas andinas se cultivan en las provincias del noroeste, principalmente en Jujuy, Salta y Catamarca. En Mendoza productores y emprendedores comenzaron hace alrededor de 10 años con una idea fundacional a nivel regional: hacer las primeras experiencias en el cultivo de papas andinas en el Valle de Uspallata. Esta iniciativa fue creciendo y derivó en la conformación en 2021 de la empresa Quipu SAS, que actualmente abastece verdulerías, mercados y restaurantes de las provincias de Mendoza, Córdoba y Buenos Aires.
Quinua
La quinua (Chenopodium quinua Willd) es una especie nativa de los Andes sudamericanos, con su centro de origen en la zona del lago Titicaca. Esta especie ha sido cultivada en los Andes desde hace 7000 años, en altitudes cercanas a los 4000 m.s.n.m., hasta el nivel del mar. Actualmente, se la encuentra en más de 70 países debido a que es considerada un alimento estratégico para la seguridad alimentaria mundial.
Tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la Organización Mundial de la Salud (OMS), califican a la quinua como un alimento único por su altísimo valor nutricional, bien balanceado, con múltiples propiedades funcionales relevantes para la reducción de factores de riesgo de enfermedades crónicas, atribuibles a su actividad antioxidante, antiinflamatoria y anti-carcinogénica, entre otras. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 2013 el “Año internacional de la Quinua” con el propósito de perfilar este cultivo como principal alimento para la seguridad alimentaria en varias regiones del mundo.
En Argentina, la producción total estimada de quinua en 2018 fue de 900 toneladas distribuidas en un 49% en la provincia de Jujuy, 20% en Catamarca, 18% en Salta y el resto entre La Rioja, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa. Actualmente la mayoría de los productores operan en parcelas de menos de una hectárea. Argentina ocupa el puesto 23 de los países importadores de quinua, con una tendencia creciente de USD 582 mil en el 2016 a USD 1.9 millones en 2020. Por otra parte, la producción orgánica en Argentina tiene productos certificados, nutritivos, saludables con alto valor agregado. Esto es una gran oportunidad y una ventaja ya que, debido al incremento de la demanda de este cultivo considerado un “superalimento” y las condiciones geográficas favorables para la producción de quinua en ciertas regiones del país, existe una potencialidad para su expansión. Lo que podría impulsarse considerando el desarrollo del grano y la magnitud de la demanda a abastecer, en función de las tendencias.
Actualmente, la EEA Mendoza INTA y productores de Uspallata integran la Red Nacional de Quinua del INTA, interés común que condujo a la conformación de un grupo de Cambio Rural de quinua, una herramienta de extensión rural y periurbana financiada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que es co-ejecutada con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
El gobierno de la provincia de Mendoza, en su informe ODS 2018-2019 del Cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, ponderó el desarrollo sostenible y sustentable del cultivo de quinua, como proyecto de salud y opción de diversificación de matriz productiva y desarrollo local.
I Encuentro de Cultivos Andinos Mendoza 2023
El I Encuentro de Cultivos Andinos Mendoza 2023 es una organización conjunta entre INTA y el proyecto Labrar de Casa Vigil. De tipo cultural y gastronómico, se trata de un evento orientado a generar un ámbito creativo e innovador, fomentando actividades socio económicas que prevean un crecimiento integral, donde más de un sector de la comunidad pueda verse involucrado. Constará de dos jornadas: la primera, este sábado 1 de julio, se realizará en el INTA Mendoza, de 10.30 a 16 h y la segunda, el domingo 2 de julio, en Casa Vigil, a partir de las 12.30 h.
En Mendoza hay emprendimientos que actualmente impulsan el cultivo de papas andinas y quinua, pero es necesario profundizar en aspectos vinculados a la producción y la comercialización para que las iniciativas sean rentables. Por tanto, es de interés trabajar en el desarrollo de las cadenas productivas que involucran a ambos cultivos, ya que en ellas se prevé combinar la producción primaria, su agregado de valor y la vinculación con la gastronomía y el turismo.
Dos proyectos de INTA Mendoza confluyen en la iniciativa de convocar a los diferentes sectores de la cadena productiva de cultivos andinos: el Programa de Selección y Mejoramiento de Papas Nativas Andinas conducido por Carlos Marfil y en el que participan Mariela Díaz Sambuesa, Marisel Quiroga, Pablo Cavagnaro y Lucía Valerga, cuyo principal objetivo es ampliar las zonas productivas de este cultivo en Argentina con variedades nutricionalmente superiores; el Programa de Selección de Quinua, que es liderado por Eugenia Galat y en el que participan Rocío Torres y Carlos Marfil. Este está integrado a la Red Quinua a nivel nacional de INTA y trabaja en la selección de variedades que mejor se adapten al cultivo en Mendoza. La iniciativa del Encuentro de Cultivos Andinos se lleva adelante mediante la articulación con Labrar, un proyecto productivo y sostenible liderado por la Dra. María Sance y su equipo de Casa Vigil, que impulsa y valoriza el trabajo y la producción de pequeños productores locales.
El I Encuentro de Cultivos Andinos Mendoza 2023, se inserta dentro de una estrategia de INTA y CONICET de ampliar las zonas de cultivo de papas andinas para que en otras regiones de Argentina se conozca, se cultive, se comercialice y se disfrute de este verdadero arcoíris de sabores, texturas y colores. Acompañan la realización del Encuentro Fundación Argeninta, AEHGA, Subsecretaría de Industria y Comercio del Gobierno de Mendoza, los Municipios de Luján de Cuyo, Maipú, Las Heras, Guaymallén y Quipu Papas Andinas.