Las contingencias climáticas que han sufrido los cultivos de Mendoza en las últimas semanas plantean la cosecha 2023 como todo un desafío para la vitivinicultura. Y, aunque faltan varios meses para iniciar la cosecha, para Denis Vicino, head winemaker de Mendoza Vineyards y de Finca La Anita, las bodegas del grupo de capitales extranjeros Origin Wines, será “un año complicado, pero no imposible”.
Por esas cosas del destino, una pasantía en el colegio secundario cuando tenía 17 años hizo que Vicino cambie sus planes de estudiar una carrera relacionada con la salud y se decida por la enología. Esto le permitió convertirse en la responsable en dos de los vinos más comentados de los últimos meses: “Héroes” y “La Final”, más conocidos como los vinos de los campeones del ‘86.
De la próxima cosecha, su trabajo junto a Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga, Héctor “El Negro” Enrique, Sergio “El Checho” Batista, Ricardo Giusti, Oscar Garré y Carlos Daniel Tapia, y más, fueron los temas de los que habló en su entrevista con Los Andes.
- ¿Cuánto los afectó las heladas tardías?
- Por suerte tenemos un equipazo que la estuvo peleando en todas las heladas. Tuvimos tres. La primera no fue tan fuerte, en la segunda sí nos tuvimos que defender y la tercera fue fuertísima, con seis horas de trabajo con temperaturas de -3°C o -4°C. El equipo lo hizo muy bien y por eso nos afectó en menos de un 10% de toda la finca. En ese sentido, estamos muy bien. Venimos con mucha fruta en la planta, así que estamos muy contentos.
- Aunque faltan todavía algunos meses, con las condiciones que se han dado hasta el momento, ¿cómo ven la cosecha 2023?
- La vemos muy bien. Por ahora vemos que vamos a tener un poco más de uva que en 2022, algo contrario a lo que le está sucediendo a la mayoría. De acuerdo a lo que vemos en el viñedo, vamos a tener más fruta que el año pasado, que fue una cosecha muy baja. Estamos cuidando las plantas a más no poder y ahora estamos con curaciones y otras labores culturales. Creo que viene muy bien. Falta, pero por ahora vemos estas condiciones.
- El 2023 se plantea desde ya como un año desafiante para la industria en general, ¿cómo lo proyectan en su caso?
- Con Finca La Anita venimos bien en temas de calidad y cantidad. Con Mendoza Vineyards estamos apuntando a comprar un poco más de uva que el año pasado para elaborar nuestros propios vinos. Sabemos que va a estar muy difícil porque hoy por hoy no tenemos precios de referencia. Ya veníamos con una pérdida importante, que se suma a lo que veníamos arrastrando desde 2016, cuando tuvimos un escenario parecido al de ahora, pero por lluvias. Va a estar complicado pero no imposible.
- ¿Qué diferencias hay entre los vinos que haces para Mendoza Vineyards y los de Finca La Anita?
- En Mendoza Vineyards es todo para la exportación. Vendemos mucho a cadenas de supermercados del exterior. Hacemos mucho foco en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, esos son nuestros principales mercados. Vendemos también muchos graneles que se fraccionan en Alemania y Reino Unido. Este proyecto es un 98% o 99% para el mercado externo y el resto para el mercado interno.
Con Finca La Anita nos pasa todo lo contrario. Estamos muy fuertes y con un crecimiento muy grande en el mercado interno, sobre todo en Buenos Aires. Tenemos algo que nos distingue como una finca auténtica, que todo lo que producimos en esta bodega proviene de nuestra finca. Es un proyecto más boutique, más pequeño que el otro.
- Una de las banderas de Finca La Anita ha sido su Syrah. ¿Hoy sigue siendo así?
- Finca La Anita es históricamente conocida por su Syrah porque cuando Manuel Más, el anterior dueño, llegó a la zona y compró el terreno donde hoy está la finca, lo único que había era un parral de 1945 con Syrah, el cual todavía conservamos. Él pensó que con eso podía hacer el mejor vino premium de Argentina con ese varietal, por eso se hizo tan famoso y conocido.
Hoy por hoy creo que somos más fuertes en otros varietales como el Petit Verdot y el Sauvignon Blanc. También somos muy fuertes con un red blend que tenemos en la línea Finca La Anita, que es el Gran Corte. Estamos mejor posicionados con esos varietales. El Syrah quedó como un legado histórico, pero tenemos mucho más que eso.
- ¿Qué significó hacer el vino para los campeones del Mundial de México ‘86?
- (Risas) Vos sabés que me ha tocado estar en muchas degustaciones y estar con muchas personas, sobre todo hombres, que me dicen que soy una de las personas más envidiadas de Mendoza.
Se me dio la oportunidad y creo que estaba en el lugar correcto, en el momento indicado y con las personas correctas para que eso suceda. Fue mucho más de lo que esperaba. La verdad, el reconocimiento que ha tenido y todo… Por ahí me faltan las palabras para describirlo. Cuando recuerdo todo, me emociono. Fue todo muy lindo.
- ¿Cómo fue todo el proceso de diseño de los vinos?
- Todo empezó por la amistad del Gerente Comercial (NdR: Jorge del Valle es el gerente comercial en LATAM de Mendoza Vineyards) y Oscar Ruggeri. Comenzó con la idea de hacer un vino para él, pero a Oscar se le ocurrió sumar a los campeones del ‘86 porque después de ganar el Mundial no hicieron nada más juntos, no tenían un proyecto, solo eran amigos y compartían grupos de WhatsApp, reuniones y nada más.
Yo nací en 1989, tres años después de que ellos salieran campeones, entonces, era todo un desafío para mí. Sabía un montón por lo que me habían contado mis hermanos y mi papá, pero yo tenía que conocerlos. Así arrancamos un viaje de ida para hacer el vino. Me reuní con ellos personalmente, me puse a estudiarlos, miraba todos los videos que se te puedan ocurrir relacionados con el Mundial y ahora soy una fanática de ellos -risas-.
Ellos me despertaron una pasión que yo pensaba que se me había perdido. Pero no, seguía ahí y gracias a esto sigue viva.
- ¿Cómo sigue el proyecto con los campeones?
- Tenemos pensado sacar al mercado otro vino. De hecho, ya está diseñado y está en las barricas esperando a tener el visto bueno para fraccionarlo. Se trata de una etiqueta nueva que se va a llamar “Los Campeones del ‘86″ y se va a convertir en el ícono dentro de la línea que ya tienen. El precio va a rondar en los $15.000 por botella y también la idea es hacer algunas botellas magnum.
La idea es apostar a seguir vendiendo y que no sea solo un vino de consumo emocional. Pasa que cuando salió, mucha gente fue lo compró y lo guardó esperando algún momento especial. Pero se trata de un vino que da para tomarlo más de una vez y que te invita seguir bebiendo y guardar la botella de recuerdo.
Otra de las ideas es tener un vino espumoso. Es algo que los campeones querían hacer, así que estamos viendo la posibilidad de sacar al mercado algo de ese estilo.
Perfil
Denis Vicino (33) es Licenciada en Enología egresada de la Universidad Juan Agustín Maza.
Su experiencia antes de ingresar a Origin Wines Group, comenzó su experiencia laboral en Bodega Dolium, luego pasó por Federico de Alvear, Don Cristobal, Tapiz y Corazón de Sol. También cuenta con algunas cosechas fuera de Argentina, con un doble paso por Estados Unidos y otro por Nueva Zelanda.
Actualmente se desempeña como Head Winemaker de Mendoza Vineyards y de Finca La Anita, donde ingresó en el año 2016.