Detrás del conflicto: cómo es el negocio ganadero entre Mendoza y San Luis

La protesta de los productores agropecuario dejó al descubierto cómo funciona la ganadería en la provincia.

Detrás del conflicto: cómo es el negocio ganadero entre Mendoza y San Luis
Mendoza 29 de septiembre de 2020 Sociedad Desaguadero, La Paz Protesta. Negocian que productores de Mendoza para encontrar una solución Solo en desaguadero unos 100 productores agropecuarios que piden la libre circulacion por las rutas nacionales al ser considerados trabajadores esenciales. El conflicto se replica en todos los límites de la provincia. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Aunque las dificultades comenzaron a fines de marzo, cuando se decretó el inicio de la cuarentena, en las últimas semanas los productores agropecuarios empezaron a visibilizar su compleja situación. Es que unos 250 mendocinos tienen campos en San Luis, en los que producen principalmente trigo, maíz y soja, y se dedican a la ganadería, pero hace más de seis meses no pueden viajar para atender sus propiedades. De este modo, se ve amenazado un sistema productivo que se realiza en las dos provincias.

Es que Mendoza se ha especializado tradicionalmente en la cría de ganado: se producen unos 120 mil terneros al año. Y si bien ha ido creciendo la ganadería en propiedades con acceso a riego –asociado al abandono de la agricultura para dedicarse al cultivo de forrajes-, la producción se focaliza hasta el momento en las zonas de secano.

Esto implica que, cuando el ternero alcanza un peso promedio de 100 kilos (pueden ser 90 en años de sequía o llegar a los 120 en los más húmedos), se llevan a otras provincias para el engorde hasta los 400 kilos. San Luis es la que recibe, además de La Pampa, gran parte los terneros mendocinos para completar la recría y el engorde en campos con pasturas. Allí también se cultiva el maíz que se les ofrece como alimento en los feed lot.

Por eso, si bien es común que los productores tengan propiedades en más de una provincia, en lo que se refiere a la ganadería, el esquema Mendoza-San Luis -aunque no sólo se dé en la más cercana-, implica que la cría se realiza en suelo mendocino y la recría y engorde en tierra puntana.

El titular la Dirección de Ganadería, Damián Carbó, indicó que entre 30 y 40% de los terneros se queda en Mendoza para recría de hembras y de machos, como también para engorde local en feed lots. Pero el 60 a 70% restantes salen a otras provincias. Y agregó que, si bien creían que había un centenar de productores mendocinos con campos en San Luis, el censo que realizaron arrojó que son unos 250.

Ésta sigue siendo una asignatura pendiente para la ganadería provincial y a la que apuntan las políticas que buscan extender los territorios con derecho a riego dedicados a la cría de ganado vacuno, de modo que el principal agregado de valor se dé en Mendoza, de la mano de la instalación de acueductos entre otras. También se han empezado a realizar experiencias con pasturas de baja demanda hídrica, que se puedan cultivar en zonas con escasez de agua.

Otro dato preocupante es que el stock ganadero venía creciendo cada año, y se habían superado las 500 mil cabezas –que se producen principalmente en San Rafael, General Alvear, Malargüe y La Paz-, pero para 2020 anticipan una reducción del 10 al 15%, con lo que se habrían perdido unos 50 mil animales, producto de la escasez de agua en el secano.

Crónica de un conflicto

Cuando se decretó la cuarentena, el 20 de marzo, todo parecía apuntar a unos 15 a 30 días de cierre, para luego retomar las actividades habituales. Esto, al punto de que a principios de abril se comenzó a hablar de cómo sería “la nueva normalidad” que, ya llegado el mes de octubre, parece seguir lejos.

De ahí que los productores agropecuarios que viven en Mendoza y tienen campos en San Luis no se manifestaran en un primer momento para señalar las dificultades que tenían para seguir produciendo. Es que los gobiernos de ambas provincias les exigían, si viajaban de una a otra jurisdicción, cumplir 14 días de cuarentena en un hotel designado. Esto significaba, para quienes normalmente viajan con una frecuencia semanal o cada 15 días por una, dos o tres jornadas, permanecer aislados durante un mes.

El requisito desalentó los traslados y, en la práctica, la mayoría de los productores optó por manejar su propiedad de modo remoto, por teléfono o video llamada, con el encargado en el lugar. Aunque también hubo otros que se quedaron “varados” en tierras puntanas, sin poder regresar. Sin embargo, hay pequeñas propiedades que no tienen una persona en el terreno, sino que el mismo propietario se encarga de supervisar y contrata operarios cuando es necesario afrontar ciertas tareas.

Así se han conocido casos de ganaderos a los que se les han muerto animales por la sequía en San Luis, ya que no han podido viajar para solucionar problemas que se han presentado. U otro al que se le incendió el campo y no pudo pasar del Arco de Desaguadero para ir a atender la situación. La magnitud del daño causado seguramente se conocerá cuando puedan volver a sus propiedades.

El reclamo empezó a hacerse más fuerte a fines de agosto, cuando los productores advirtieron que comenzaba la temporada fuerte de maíz y soja, y las pariciones de las vacas. En esta época, señalaron, no se puede seguir controlando la producción a distancia. Y pidieron que se flexibilizara el protocolo de ingreso, al tiempo que destacaron que se trata de una actividad esencial.

El gobierno de la provincia de Mendoza abrió un registro para conocer cuántos productores mendocinos tienen campos en San Luis –se han inscripto unos 250- y estableció que quien viaje a atender su propiedad, podrá seguir realizando sus tareas laborales cuando regrese, pero deberá evitar cualquier otra actividad no laboral durante 14 días.

En San Luis, en tanto, se mantenían firmes en los 14 días de aislamiento por lo que empezaron las protestas en los ingresos a la provincia, por parte de productores, desde Mendoza, San Juan, Córdoba y La Pampa. Ante esto, el gobierno ofreció la posibilidad de viajar con un PCR negativo, siempre que el productor vaya sólo al campo (deberá contar con un sistema de seguimiento satelital) y que el establecimiento permanezca en cuarentena por dos semanas. Si el viajero está por hasta 72 horas, puede regresar; mientras que, si se queda más tiempo, debe repetir el PCR a la semana.

Cuando los productores plantearon que muchos viven alejados de los núcleos urbanos en sus provincias de origen, además de que hay esperas para poder hacerse un hisopado y otro tanto para obtener el resultado, ofrecieron realizar el estudio en los puntos limítrofes. Sin embargo, no se ha podido llegar a un acuerdo y el conflicto escaló hasta un corte de ruta sostenido desde el martes al mediodía. Incluso, el gobierno de San Luis presentó una denuncia penal contra quienes están generando los cortes.

El jueves a la tarde había 600 camiones varados sobre la ruta 7, del lado mendocino, en el Arco del Desaguadero por la protesta, hasta que, por la intervención de Gendarmería, se acordó permitir el paso de un cierto número de unidades de transporte de carga por hora. Los productores insisten, sin embargo, en que no están cerrando un camino sino exigiendo que se pueda circular con libertad –un derecho constitucional- por las rutas de jurisdicción nacional.

E insisten en que sólo se les pida, para entrar a San Luis, una declaración jurada y un análisis serológico negativo (más rápido y accesible que un hisopado), para ingresar sólo a su campo por 72 horas, en un vehículo con hasta tres personas, para poder trabajar en la propiedad.

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