Cuando se habla de exportación de cerezas es muy común pensar en el potencial de China para poder generar grandes volúmenes de venta. Sin embargo, desde el sector aseguran que es importante mantener mercados en Europa, EEUU, Brasil y Oriente Medio, para diversificar las ventas y reducir riesgos.
Los datos de la Cámara de Cereza de Mendoza señalan que, hasta la década del ‘80, la provincia fue la principal exportadora en el hemisferio Sur. Sin embargo, Mendoza redujo su actividad y hoy exporta sólo 600 toneladas (casi un 10 % de las 6.100 t que exporta Argentina). Para comparar, los productores chilenos actualmente exportan 350.000 toneladas.
Diego Aguilar, presidente de la entidad, explicó que la oferta de cerezas en el hemisferio norte decae paulatinamente a partir de julio, cuando llega a su fin la cosecha en zonas tardías de Canadá, Alemania, República Checa y otros países del norte de Europa, hasta llegar al desabastecimiento total a finales de agosto. Por eso, la fruta primicia de Mendoza tiene grandes oportunidades.
“La única posibilidad de abastecer los mercados del hemisferio norte es con fruta de contra estación desde el hemisferio sur: Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda son los únicos países con posibilidades de producir cerezas con la calidad suficiente para ser exportadas al hemisferio Norte”, afirmó Aguilar.
Las compras de China, principal importador mundial, estimulan la producción y la exportación, pero una pregunta es si eso no puede terminar generando una dependencia, como ocurre hoy con el ajo y el mercado brasileño. Desde el sector responden que buena parte de las exportaciones van hacia Europa y Oriente Medio y conviene mantener esos mercados para diversificar.
Así lo consideran también desde Fragapane Hermanos, empresa que vende cerezas al exterior desde 1970. Damián Garro, gerente comercial, detalló que el año pasado exportaron alrededor de 400 toneladas y casi el 75 % fue a Europa (el 80 % de eso, fue a Reino Unido, seguido por Francia y España).
“Mendoza produce fruta mediana, y China exige fruta de calibre grande. Venimos desde hace cuatro o cinco años desarrollando la planta y conduciendo los cultivos para lo que China pide. Es un mercado muy atractivo, porque los precios superan en un 30% lo que paga Europa, pero exige mayor tamaño y gran calidad”, afirmó Garro.
Los pros y contras
El gigante asiático es muy atractivo por sus precios, pero incluye más riesgos y sus compradores piden volúmenes muy grandes. “Quizás deberías reunir a todos los productores de la provincia para juntar 600 toneladas y satisfacer la demanda de un solo comprador chino”, indicó el gerente comercial de Fragapane Hermanos.
Además, Garro recordó que el empresario chino compra bajo la condición de poder modificar su precio si él mismo vende a menor valor, y eso puede reducir hasta en un 50 % la ganancia: “El europeo demanda lo que tiene vendido, mientras que el chino demanda más y después depende del mercado. El año pasado, el promedio por caja de 5 kg en China fue entre US$ 50-53 (CIF - marítimo). Mendoza estuvo por debajo de esos valores y Río Negro vendió a mayor precio”.
Por otra parte, Mariano Lana, magister en comercio internacional por la Universidad Zhejiang Gongshang (en el centro este de China), comentó que se han hecho planes financieros con la cereza y el negocio es auspicioso por su alta demanda: “Los chinos consumen mucha fruta y verdura, es un hábito que les enseñan desde niños. Tienen una dieta más balanceada, consumen más kilos de fruta que los argentinos”.
En la visión de Lana, la cereza argentina puede tener un desarrollo exitoso “siempre y cuando se logre que la fruta pueda llegar a un precio competitivo respecto de otros proveedores”.
Control de plagas
Un punto de inflexión para las cerezas locales fue diciembre de 2018, con la firma de un protocolo de requisitos fitosanitarios para exportar cerezas a China. Esto permitió definir la forma de transporte y facilitó avanzar para declarar áreas libres de Mosca del Mediterráneo.
Un requisito es que el contenedor llegue a China con un tratamiento de 25 días de frío, tiempo que se cumple cuando la fruta está en viaje por mar. Con ello se aseguran que no llegue ninguna plaga, porque el procedimiento mataría al insecto. Esto es una diferencia con Europa, que permite el traslado en avión y por ende se puede llegar a tiempo con la fruta primicia.
Diego Aguilar explicó que desde el Valle de Uco hacia el sur hay una zona libre de mosca de la fruta, mientras que el Oasis norte es considerado una zona de escasa permanencia. En la primera se puede exportar libremente a Estados Unidos y China, mientras que la segunda se dedica a Europa y otros mercados como Emiratos Árabes, Dubai o Qatar por flete aéreo.