Exportaciones de vino: el semestre cerró con una caída de casi 20% y no esperan repunte en la segunda mitad del año

En los primeros seis meses del año, tanto los fraccionados como el granel disminuyeron sus envíos en volumen y valor, lo mismo sucedió con el mosto concentrado. Los espumosos, la única excepción. Preocupación.

Exportaciones de vino: el semestre cerró con una caída de casi 20% y no esperan repunte en la segunda mitad del año
Foto: Daniel Caballero / Los Andes

El primer semestre del año no cerró de la mejor manera para la vitivinicultura argentina en materia de exportaciones. Con las cifras del mes de junio que dio a conocer el Instituto Nacional de Vitivinicultura con su anticipo de comercialización de vinos y mostos en el mercado externo se conoció que en el acumulado de enero a junio hubo una caída del 19,1% para el volumen de vino exportado y una baja del 9,3% en mostos.

Pero la merma no se dio solo en la cantidad de litros de vino argentino que se vendió en el exterior, también descendió la cantidad de dólares que ingresaron al país con 3,2% en el promedio. Desglosado una baja del 1,1% para los fraccionados y del 22,4% del granel. En total, fueron casi 420 millones de dólares que se generaron en seis meses, mientras que en 2021 habían sido 433,5 millones durante este periodo.

Conforme a los datos preliminares del organismo nacional, en el mes de junio las ventas de vino fueron un 14,5% menores a las del mismo mes del año anterior, un acumulado que se desprende de un incremento de apenas de 0,3% de los fraccionados y una importante caída del 44,1% del granel. En tanto, en el sexto mes del año el mosto concentrado sufrió una baja del 18,4%.

Volviendo a las cifras del primer semestre, la gran caída en el volumen puede entenderse en lo que ha sucedido con el vino a granel. Es que el país pasó de 66.589.800 de litros en este periodo el año pasado a un 40,5% menos, con 39.634.500 de litros en 2022.

Al respecto, Martín Hinojosa, presidente del INV, argumentó: “La caída en el granel se explica por el elevado incremento de precios. Este segmento es un mercado que se mueve en función a los precios y España está vendiendo a valores muy bajos. El granel es el que mueve los volúmenes. También, el mosto aumentó su precio 30%. Todo esto da un promedio de aumento del 19% en el valor, eso explica un poco la caída en el volumen”.

En esta apreciación sobre el precio y la competencia en el mundo en el mercado del granel coincidió Ramiro Barrios, director de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina (BdA). “Hoy en día, Argentina no es competitiva en el granel en el mercado mundial porque otros países ofrecen mejores precios”, sostuvo.

Lo cierto es que si se miran las cifras en dólares que generaron las ventas de vino argentino a granel en el mundo, es una realidad que el producto se pagó más caro, ya que fueron 32.741.000 de dólares los que ingresaron en este periodo, una caída del 22,4% respecto al año anterior, casi la mitad de la que se dio en el volumen. Sin embargo, esta porción apenas representa un 8% del total de las divisas generadas, cuando en el volumen la cifra asciende al 28%.

Un semestre con números negativos para los fraccionados

Conforme a las cifras del INV, en la comparativa de los seis primeros meses del año respecto al 2021, los vinos fraccionados cayeron en volumen 5,8%, con un despacho de 100.971.200 de litros. El detalle es que los envíos de vino blanco crecieron un 4,2%, aunque solo representan el 15% del total, frente a los de color que cayeron 7,3%, pero son el 85%.

En líneas generales, todos los envases disminuyeron su performance, con caídas más marcadas para el tetra brik (-30,6%), el bag in box (-29,3) y para otros envases como la la lata, bidón o sachet (-29,9%). Mientras que la botella se mantuvo en un solo dígito con -3,5% y la mayor parte del total comercializado con el 93,8%.

Respecto a la generación de divisas, en el primer semestre la caída para los fraccionados fue de solo 1,1%, pasando de 391.395.000 a 387.100.000 de dólares. En este aspecto, el único producto vitivinícola argentino que creció fue el mosto concentrado, que logró mejorar los ingresos en un 18%, pasando de 51.591.000 en el 2021 a 60.869.000 por un menor volumen exportado.

“La caída en volumen se da por una menor oferta de vino y porque hay situaciones como la logística que también influyen. Lo que veo interesante en el acumulado es que en el valor la suma de vino y mosto es casi igual que la cantidad de dólares que ingresaron en el país respecto al año pasado, pero con menor cantidad. Esto quiere decir que estamos vendiendo con una suba de precios interesante, de alrededor del 5% en los fraccionados y en el granel un 30%”, opinó Martín Hinojosa.

Pese a la merma de las exportaciones, la máxima autoridad del vino argentino sostuvo que esto se compensa por la mejora por las ventas domésticas: “El mercado hoy está equilibrado. Hoy no podría ser tajante y definirlo o no como un problema. Los stocks hoy están equilibrados. Para este semestre nos faltaría ver cómo está el mercado interno, que es casi el 75% del volumen y hasta mayo tenía un saldo positivo. De ahí haremos una mirada de cómo quedó el semestre entre exportaciones y mercado interno. Veo buenas perspectivas, con precios equilibrados”.

En Bodegas de Argentina creen que la situación no es tal cual lo planteado. “Es un mal primer semestre para los fraccionados con caída en precio y volumen y lo preocupante es que Argentina está perdiendo competitividad en las primeras franjas de precios. Ha sido un semestre complicado y vemos que la situación actual sigue ese camino. Tenemos aumento de costos del precio del litro de vino, aumento de insumos y las paritarias, contra una depreciación del tipo de cambio que ha sido menor. Eso hace que la ecuación para las exportaciones de los fraccionados sea muy compleja”, planteó Ramiro Barrios.

Desde la entidad que agrupa a más de 200 bodegas argentinas entienden que a los problemas de insumos, sobre todo de botellas y de logística, con falta de contenedores y buques, que se arrastran de 2021, se le suma ahora las trabas a la importación. “No hablamos solo del acceso al Mercado Único y Libre de Cambios para la importación de barricas y corchos, sino también de otras materias primas e insumos. Además, hay que añadir que las bodegas contratan servicios en el exterior para la promoción de sus exportaciones, pago de comisiones o acuerdo con importadores, algo que actualmente está restringido y es otra traba. Es un panorama bastante crítico”, justificó Barrios.

En parte, el escenario que describió Barros coincide con el de Trivento, que es hoy una de las bodegas argentinas que más exportan y que en esta primera parte del año también se vio afectada por la disminución de las ventas al exterior. “En el primer semestre de 2022 las exportaciones de nuestras marcas principales tuvieron una caída en despachos del 8%, explicado en parte por los problemas logísticos y en mayor medida por el contexto global de guerra, inflación, aumento del costo de vida y la incertidumbre que todo esto genera”, comentó Silvina Barros, Marketing Manager de la empresa de capitales chilenos.

Otra de las causas que sumó Barros para esta merma es que “a nivel global el consumo ha caído por debajo de lo demandado en 2019 y los mercados maduros proyectan una baja en el número de wine drinkers a mediano y largo plazo”.

Una excepción a la regla que no cambia el panorama

El único segmento que cerró el primer semestre del año con saldo positivo fue el de los vinos espumosos, que han logrado consolidar la tendencia positiva que arrastra desde 2021. En total, el crecimiento respecto al año anterior fue de 26,8% en este periodo, pasando de 1.367.600 de litros a 1.733.900. Sin embargo, su participación sobre el total es de apenas del 1,7% de los fraccionados y 1,2% en la suma que incluye también los despachos a granel.

Para entender un poco de este crecimiento, Ramiro Barrios de BdA explicó que el consumo de espumosos durante la pandemia disminuyó bastante por estar muy asociado en general a los eventos y el consumo social, por lo cual, la suba en la demanda de estos vinos se puede explicar en que las cifras con las que se lo compara ya eran bajas por el efecto de la pandemia. Pero la calidad de los vinos espumosos argentinos también ha influido. “Se están ganando mercados en base a calidad y consistencia”, explicó el experto. Aun así, argumentó que no alcanza para influir en el total de las exportaciones: “Evidentemente es un porcentaje menor respecto al total de las exportaciones. Sin dudas es bueno el crecimiento, pero no explican la situación general de la industria”.

Una de las empresas que logró escapar a la regla de la caída en el consumo gracias a su gran presencia en el mundo de las burbujas es el grupo Möet Hennessy Argentina. “Las exportaciones de vino tranquilo y de espumosos en el acumulado de enero a junio no son explosivas, pero han sido buenas y con una tendencia positiva respecto al año anterior, por más que no sea de doble dígito. Esto es fruto de mucha inversión, mucho trabajo, que venimos haciendo desde hace años. Creo que eso es lo que nos destaca, nuestro esfuerzo para seguir construyendo nuevos mercados de a poco”, sostuvo Hervé Birnie-Scott, director de Bodegas, Viñedos y Enología del grupo internacional de origen francés.

Birnie-Scott comentó que, en el caso de los vinos espumosos, principalmente en Chandon, donde el rango de precios donde mayor presencia tienen en el mercado internacional es el de los 20 dólares retail, la tendencia de crecimiento fue traccionada por el lanzamiento mundial de Garden Spritz, que en el país se conoce como Apéritif. “Es un producto 100% natural y artesanal que hacemos en nuestra bodega y que lanzamos en unos 20 países de Europa y en Estados Unidos en 2021 con muy buena recepción. Este año tenemos una buena salida del producto. Alentamos la demanda a través de muchas ocasiones de consumo, es decir, que presentamos el producto y lo hacemos probar para que pueda tener su desarrollo”, explicó el enólogo.

Qué esperar para el segundo semestre y qué tiene que cambiar

El panorama para las exportaciones de vino argentino parece no ser el mejor, aunque desde el sector prima la cautela y la expectativa con lo que puede suceder en el contexto global y las decisiones que se puedan tomar en el país para cambiar el panorama actual.

Empezando con las perspectivas de las bodegas, la Marketing Manager de Trivento anticipó que las cosas pueden llegar a mejorar en la segunda mitad del año: “Generalmente las exportaciones suben en el segundo semestre, en nuestro caso vemos una mejora y en especial de los vinos de alta gama”.

Desde Möet Hennessy Argentina el panorama está dividido entre los vinos espumosos y los tranquilos, así como también entre sus diferentes mercados. “Hay un contexto mundial con inflación que puede tener un poco de impacto aquí. Sabemos que el próximo semestre no va a haber un gran crecimiento, pero si se puede consolidar la tendencia positiva que tenemos hoy en día”, dijo Hervé Birnie-Scott.

“Para los vinos tranquilos en lo que queda del año compartimos la lectura que tenemos sobre los espumosos, pero con una fluctuación menos marcada. En el primer semestre tuvimos un crecimiento paulatino y menos importante que en los espumantes. Hay mercados en los que tenemos que trabajar mucho, como es Estados Unidos que es nuestro principal cliente. Si bien tenemos crecimiento, es a un solo dígito”, expresó el enólogo francés.

El escenario más complicado está en Europa y Asia, tal como lo entienden en la compañía experta en el mundo de las burbujas: “Para los otros países vemos que la tendencia es que el crecimiento se frene, porque el consumo también se va a frenar allá y tenemos muchísima competencia y al estar tan lejos, los costos son más elevados. En nuestro caso, tenemos que luchar en el segmento premium y ultra premium, donde los mercados no aceptan subida de precios y la presión de los competidores es alta con otros países que pueden tener un poco más de facilidad para exportar”.

“Sabemos que va a ser un semestre, esperamos, con un leve crecimiento. Las perspectivas no son buenas, pero los crecimientos se pueden dar de manera paulatina para los que trabajan bien. Durante el primer semestre no hubo crecimiento a nivel general, los que pudieron despachar es porque vienen invirtiendo hace años para poder crecer un poquito”, completó su opinión.

Desde el INV, Martín Hinojosa consideró que es difícil predecir qué puede pasar, sobre todo con un contexto internacional muy fluctuante no solo en el sentido comercial. “Hay una variable a la que no estábamos acostumbrados y es la generación de inflación en países importantes que son compradores de Argentina, como Estados Unidos y algunos de Europa. Es complicado proyectar lo que puede pasar, pero sí veo un trabajo de las bodegas muy fuerte en la penetración de mercados, de mantener y seguir ganando destinos de exportación”.

Para BdA, la situación puede llegar a cambiar con una suspensión temporal de los derechos de exportación que solicitan desde la entidad bodeguera. “Esta medida podría darle un poco de aire a las bodegas y poder hacerle frente a este escenario tan adverso”, argumentó Barrios.

“Entendemos que la exportación de vino fraccionado es exportación de valor agregado, de trabajo genuino y genera divisas que es lo que necesita el Gobierno. Una retracción en las exportaciones no es una buena noticia”, añadió.

Para el experto en comercio exterior, por todo este contexto el país ha perdido competitividad en el segmento en el que más exportan las bodegas argentinas. “En el mercado americano, que es el más importante para el país, Argentina siempre fue muy competitiva por su calidad en la gama de los 15 a los 30 dólares retail, sin embargo, gran parte de la exportación siempre fue realizada por debajo de ese precio. Con los aumentos de costos en dólares que estamos teniendo y un tipo cambio retrasado, hace que al país le cueste competir en los rangos de precios más bajos y que cada vez sean menos las empresas que puedan mantenerse en ese nivel de precios”, explicó.

“Trasladar los aumentos de precios al mercado de exportación no es posible, por lo que las rentabilidades son menores y eso reduce la capacidad de las bodegas de invertir en sus marcas, algo que en el vino fraccionado es fundamental para generar crecimiento”, añadió.

Desde la perspectiva de Bodegas de Argentina, el segundo semestre será complicado. “La falta de divisas en el país hemos visto que es algo que nos va a afectar y el aumento de costos en dólares es algo que tiende a agravarse. Es por eso que buscamos una medida temporal respecto a la suspensión en los derechos de exportación, justamente para tener un segundo semestre que sea un poco más positivo que el que acabamos de terminar”, concluyó Barrios.

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