La intensa ola de calor que ha golpeado a la provincia entre fines de enero y principios de febrero tiene efectos negativos en toda la actividad primaria. El ganado bovino (o vacuno) y el caprino no son una excepción, y esto es así especialmente para los ganaderos en el Este y el Norte mendocino, con temperaturas más elevadas que en el Valle de Uco y el sur provincial.
“Durante el verano en la zona noreste de Mendoza, zona de cría bovina extensiva, se produce la primera etapa de engorde de los terneros, nacidos generalmente durante la primavera”, comentó Gaby Quagliariello, especialista del INTA Junín y coordinadora de la Plataforma de Innovación Territorial INTA- Mendoza, San Juan, San Luis, La Pampa.
Por lo general, a esta altura muchos ganaderos ya han trasladado estos terneros a zonas con mejores condiciones de pastizales (como San Luis, Córdoba y la Pampa húmeda), mientras que las hembras se encuentran en un período de recuperación, tras el parto y la lactancia, esencial para ganar peso y afrontar un próximo ciclo de preñez.
“Con esta rápida caracterización, es posible tener una idea de la fragilidad de los animales ante temperaturas extremas, que afectan su apetito, su alimentación, su aumento de peso, lo que se traduce en posibles pérdidas para el productor ganadero”, afirmó Quagliariello.
Si bien los productores bovinos en general tienen aguadas en cantidad y calidad adecuadas para que los animales no se desgasten al caminar para alimentarse, ellos suelen andar alrededor de 2 kilómetros. Esto, ante olas de calor, se transforma en una situación límite, que en casos extremos pueden ocasionar hasta la muerte de los animales, lo que se traduce en graves pérdidas económicas.
Esta especialista del INTA Junín explicó que en el caso del ganado caprino la situación es similar, aunque “las cabras tienen ciclos más cortos de preñez y lactancia que las vacas”. Además, las cabras tienen una elevada rusticidad y capacidad para resistir un clima desértico como el del noreste de Mendoza.
“De cualquier forma, las olas de temperaturas extremas como las vividas en estos días, repercuten en forma directa en la alimentación y ganancia de peso de los animales”, agregó Quagliariello. El lado positivo es que este año, efecto de las últimas nevadas, ha llegado agua a lugares a donde hacía más de una década que no llegaba, agua que ha servido para bebida de los animales en donde no había habitualmente.
Además, el INTA viene trabajando en el Manejo del Bosque con Ganadería Integrada (MBGI) para aprovechar extensas superficies de bosque nativo, en especial algarrobo. En este caso, el bosque brinda sombra para los animales y algunos años también su fruto para alimentación. Actualmente, trabajan para establecer sitios piloto de MBGI en campos privados y a partir de esto, desarrollar recomendaciones puntuales sobre estas prácticas.
La crisis del ganado caprino
“Esta ola de calor larga se ha dado en un contexto de un campo totalmente deteriorado por la sequía, y de majadas y de rodeos totalmente afectados y debilitados. De hecho, tuvimos una de las temporadas más tristes que yo he conocido en términos de la baja productividad y de la alta mortandad de animales” afirmó Diego “Manota” Montón, secretario del consejo asesor de la Federación de Cooperativas Campesinas y Agricultura Familiar (Fecocaf). Allí participan cerca de 80 productores caprinos del Norte y 150 del Sur.
En la mirada de este referente de la Mesa Agroalimentaria Argentina, la zona norte ha sido la más perjudicada por el calor y remarcó que “las familias están al borde de la subsistencia, debido fundamentalmente a la sequía”. Se esperaba que en diciembre empezaran las tormentas asociadas al fenómeno del Niño, pero fue muy poco lo que llovió en el secano.
“En ese contexto, volvió con mucha fuerza el reclamo en torno a las consecuencias de los aviones de lucha antigranizo. Desde las comunidades del secano se viene denunciando desde hace mucho, en términos de una percepción que hay en torno a que cada vez que aparecen los aviones, se disipan las tormentas”, agregó Montón.
Además, el referente de Fecocaf denunció una “desaparición completa del Estado en el campo” y afirmó que no hay programas de asistencia, ayuda, financiamiento ni asesoramiento técnico, ni tampoco infraestructura para aprovechar el recurso hídrico.
Por cierto, este medio se comunicó con el Ministerio provincial de Producción para hablar del panorama y de ayudas que ofrecieran para los productores, pero desde la cartera se limitaron a contestar que estaban con la designación de funcionarios y que recién hablarían la semana que viene.
De todos modos, Montón se entusiasma con la llegada del caudal del Río Mendoza a lugares donde hace años no llegaba, y cree que eso puede recargar algunos acuíferos y permitir que haya más pastizales.
Desde Fecocaf sugieren anticiparse a la disminución de carga animal, bajar la carga de equinos (para no competir por el pasto), y rebajar las cabezas para mantener al resto de la majada o del rodeo. Seguirán trabajando en fondos rotatorios de forraje entre las épocas de sequía y la próxima temporada, esperando que con la llegada del agua del río Mendoza pueda mejorar la nutrición y la condición corporal de las madres para la próxima temporada.
Cuidar el ganado vacuno
“Estas temperaturas extremas alteran todo, pero cómo impacta depende de las circunstancias y del tipo de explotación”, afirmó Carlos Iriarte, gerente de Fundación Coprosamen (Comisión Provincial de Sanidad Animal de Mendoza). Es que, además de la aclimatación de los animales, hay que mirar las pasturas naturales que sirven de alimento ya que, si no vienen con un buen perfil de agua, las plantas se marchitan y mueren.
El gerente de Coprosamen recordó que las situaciones varían en cada oasis y que en el sur ha mejorado la cantidad y calidad del agua para el ganado bovino, mientras que en la zona norte, Santa Rosa y Lavalle, hay más problemas de agua de menor calidad. Por supuesto, el animal responde mejor cuando toma agua sin tantos sulfatos ni sales.
Carlos Messina, ganadero vacuno del este mendocino, afirmó que con estas olas de calor “se produce un estrés calórico en los animales” y por eso los productores deben prestar atención al trabajo con la hacienda. “Esto lleva a tener cuidados especiales como que no debe faltar el agua de calidad y fresca en los bebederos y también un cuidado en la alimentación”, afirmó Messina.
En cuanto a los cuidados que hay que dar al ganado vacuno, Iriarte recomendó evitar tareas que estresen a la hacienda: “No hacer encierros, que tengan agua disponible y dejarlos en libertad, no molestarlos. No es recomendable ahora cerrar las aguadas para juntar al ganado, porque la hacienda se estrena y sufre el impacto de eso además de las altas temperaturas”.
Si fuera necesario trasladar hacienda, para Iriarte lo ideal sería en las primeras horas de la mañana o de noche, no en las horas de más calor para evitar una sobrecarga de estrés. “La recomendación más importante es tratar de no trabajar con la hacienda, dejarla que ingrese a las aguadas tranquilamente y no molestarla. El sufrimiento del animal, más allá de que uno quiere cuidarlo, también significa una pérdida de peso y por ende de dinero”, apuntó el gerente de Coprosamen.
El caso de Lavalle
Por poner la lupa en un departamento del noreste, Lavalle ha presentado falta de agua y menor calidad y cantidad de pasturas para el ganado, así como problemas en las aguadas naturales (ramblones) o reservorios construidos por los puesteros. Desde la comuna afirman que el más perjudicado es el ganado bovino, con un régimen de consumo mucho mayor de agua y pasturas, mientras que la cabra y el chivito están más adaptados al secano.
Así lo comentó Juan Jaime, secretario de Desarrollo Local del municipio lavallino. De todos modos, aclaró que con esta situación extrema el ganado caprino también debe caminar más de lo normal para igual pastar y beber mal, y con esto “aparecen enfermedades o trastornos alimenticios que lamentablemente le provocan la muerte”.
En cuanto al apoyo a los ganaderos, el municipio cuenta con una Jefatura de Ganadería y Zoonosis y por ejemplo han construído 7 galpones de acopio comunitario para la compra de alimentos. “Hacemos asistencia veterinaria y también en proyectos productivos, generalmente con enfoque comunitario asociativo, también asistencia en la solicitud de líneas de créditos individuales, la ejecución del proyecto y la rendición”, afirmó Jaime.
La idea de la comuna es seguir articulando con el sector privado y organismos estatales para el engorde del ganado y las vacunaciones, así como acercar la gestión de trámites a los productores. “Estamos a la espera de que, desde la nueva gestión del gobierno provincial y nacional, se convoque a las direcciones municipales respectivas para planificar cómo se afrontarán varios de estos temas”, concluyó Jaime.
Vacunación contra aftosa y brucelosis
Este mes comenzará una nueva edición de la campaña nacional de vacunación para la inmunización antiaftosa y antibrucélica, es decir, para prevenir la aftosa y la brucelosis. En los próximos días se tiene que reunir la comisión provincial de sanidad animal para definir los detalles, y de momento la fecha de inicio que se plantea es el 19 de febrero.
Dirigida por Coprosamen (que trabaja con el Senasa), la aplicación de estas vacunas está liderada por médicos veterinarios y, en general, se hace en febrero luego de los calores de diciembre y enero, para concluir a mediados de mayo. Vale diferenciar que la vacuna contra la aftosa se aplica una vez al año a todo el rodeo, mientras que la de brucelosis es para las terneras hembras que tienen entre tres y diez meses.
“Hace alrededor de 15 años que el país no presenta fuertes focos de aftosa. La enfermedad, que sería como una gripe muy fuerte para las vacas, no genera grandes daños, pero sí es una barrera comercial que impide la exportación de carne a varios países”, detalló Carlos Iriarte, gerente de Coprosamen.