La sequía que afecta a los campos del secano mendocino siempre trae aparejada un alto temor a los incendios de monte nativo. Esta situación volvió a poner de manifiesto el reclamo de años que lleva adelante la Cámara de Comercio de Alvear sobre la necesidad de las quemas prescriptas o controladas.
“Tenemos que regularizar de una vez por todas las quemas controladas”, pidió Ramiro Labay, presidente de la específica de ganadería de la entidad empresaria sureña.
“Las quemas son una herramienta muy útil para prevenir grandes incendios forestales pero también son muy positivas en lo productivo como lo ecológico”, agregó el dirigente. Labay aseguró que “en San Luis es una práctica habitual, se hacen hasta 168 quemas al año y a la vista está que no tienen incendios”.
“Lo primero que hay que tener en cuenta es que para hacer una quema controlada el productor debe tener todo en regla, sin excepción, por ejemplo, contar con las picadas cortafuegos. Después hay que delimitar el área, hay que elegir un día sin vientos y se toma en cuenta hasta la humedad. Es decir que se piensa en todo antes de hacer una quema, es precisamente un ambiente controlado”, enumeró el dirigente ganadero.
Al utilizar el fuego de esta manera “se reduce la carga de material combustible y si cae un rayo no provoca un desastre como ha sucedido, ejemplos hay a patadas”.
Por último, continuó Labay, se queman pasturas que no sirven ni para alimentar al ganado y luego el terreno queda fértil, lo que aumenta la productividad de pastura enormemente. “Es decir que una quema controlada beneficia en lo productivo y también en lo ecológico. No esperemos a que pase un nuevo desastre para intervenir. Por una vez, adelantémonos y hagamos prevención”, explicó.
Fuentes de la Dirección de Ganadería confirmaron que están trabajando en Recursos Naturales en el armado del protocolo de acción para llevar adelante las quemas controladas, pero aún no está concluido el trabajo.
Además de confirmar que no se están haciendo quemas prescriptas en Mendoza, ratificaron la visión de los productores sobre la herramienta: “El fin de las quemas en mejorar el recurso forrajero pero además, si se realiza en lugares estratégicos, también actúa de cortafuegos, evitando la propagación de incendios”.
Pérdidas por las sequías
Marcelo Montoya, productor ganadero y comercializador, comentó que “la sequía afectó en gran medida y en la faena se pudo observar cómo llegaban animales con una gordura incipiente”. En otro tiempo, ese animal se retenía para que alcanzara los kilos necesarios”. En un cálculo muy rápido, el ganadero sostuvo que el incremento de faena de animales sin terminar fue del 10%, como mínimo.
A la liquidación anticipada de la hacienda también se sumó que hubo mortandad de animales debido a la falta de pasturas a raíz de la sequía. Según Labay, “se produjo mucha mortandad sobre todo en los momentos de parición. La vaca moría al parir o después porque se quedaba sin fuerza”.
Por su parte, Roberto Ríos, productor y presidente del Clúster ganadero, afirmó: “En la Dirección de Ganadería están tomando las denuncias de los productores afectados por la sequía (incluye mortandad de animales como disminución en la productividad), pero hasta que no se lleve adelante la campaña de vacunación no vamos a saber a ciencia cierta cómo está el stock ganadero en Mendoza”.