El trágico conflicto bélico Rusia - Ucrania ha comenzado a traer consecuencias económicas para el agro mendocino. Es que según datos de CAME, 30% de las exportaciones de peras y manzanas argentinas, que tenían como destino a Rusia, no podrán enviarse por las sanciones que pesan sobre este país.
En principio afectaba sólo a productores de Río Negro pero el problema se extiende.
A saber: Rusia es el 13° socio comercial de nuestra provincia con exportaciones por U$S 9,1 millones por el vino, U$S 4,8 millones por peras –el Indec toma un porcentaje de lo que se exporta desde San Antonio como producido en la provincia- y U$S 4,5 millones por ciruelas secas, entre los principales rubros.
Los productores e industriales aseguran estar muy preocupados no sólo por el mercado perdido sino, también, por los envíos ya realizados que, en muchos casos, tienen complicaciones serias para ser cobrados, básicamente por las retricciones impuestas al sistema financiero de ese país.
Al problema general de este conflicto ahora se suman otros relacionados con el abastecimiento. Un informe llevado adelante por Acovi (ver aparte pag. 8) advierte sobre el complejo escenario para conseguir fertilizantes para la nueva cosecha, algo que se suma a la ya conocida crisis del vidrio que no ha podido subsanarse durante el último año y que no sólo afecta a la industria del vino, sino al aceite de oliva y también a los industriales de la fruta y el tomate.
Otro punto que muchos ya están evaluando son los “sobrestock” y la fuerte competencia que se tendrá que asumir en los mercados en los que se quiere colocar el stock que, hasta hace unos meses, se colocaba en Rusia.
Muchos ya perciben una guerra de precios con los principales proveedores de Rusia, tanto en el mercado del vino como también en el de la fruta en fresco, ciruelas, nueces, jugo de uva concentrado, entre otros. Es que, naturalmente, ese excedente deberán colocarlo en otros mercados y, para conseguir espacio, bajarán los precios.
Los coletazos de esta guerra a nivel económico empiezan a afectar a todo el mundo en diferentes niveles y, aún con una salida rápida, podrían seguir generando algunas consecuencias en el orden mundial.