“El comercio internacional de ajo tiene un gran volatilidad de por sí”, sostiene el coordinador general de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen). Guillermo San Martín habló sobre las demandas del mercado externo, el consumo y el potenciamiento del sector pensando en el mediano y largo plazo.
En la actualidad, la producción de Mendoza y San Juan representa casi el 72% del total del ajo que se produce en el país. En este escenario, Argentina compite con España por un mercado que desde la década del 90′ es dominado por China. Sin embargo, la novedad del fortalecimiento de Brasil como productor de ajo (para autoabastecerse), ha sembrado algo de incertidumbre sobre uno de los principales destinos de los despachos de la producción local. También, reorganizando la logística, están atentos a la demanda de Europa y Taiwán.
“Debemos sentar las bases de una planificación sectorial estratégica y diferenciar más nuestra producción”, enfatizó San Martín. Mendoza comercializa en el exterior entre 7 y 9 millones de cajas de ajo. Para la próxima temporada se prevé aportar 50 centavos por cada caja de 10 kilogramos para crear un fondo e invertir en la cadena de valor, estimulando la producción primaria, el empaque y el área comercial. Esta contribución que será anual, se estima en $ 4.000.000 y estará destinada a mejorar la competitividad. En octubre se llevó a cabo la primera reunión formal del Consejo de Administración del Fondo de Integración y el Desarrollo del Ajo (FIDA), organismo que nació el 11 de octubre de 2021, cumpliendo los requisitos impuestos por la Ley 6.832.
-¿Cuánto puede influir un clúster en el desarrollo del sector? ¿Por qué?
- El comercio internacional de ajo tiene un gran volatilidad de por sí. Las reglas que ha planteado la macroeconomía de nuestro país no han ayudado para sentar las bases de una planificación estratégica para el desarrollo del sector. El clúster del ajo existe, es fuerte y tiene potencial. Hay que darle condiciones para que se desarrolle.
-¿Qué demanda esperan del mercado externo? ¿Influye el tipo de cambio?
-Empezamos una temporada con incertidumbre y con mercados mezquinos. El año pasado había mejores expectativas. El tipo de cambio oficial está atrasado para la exportación. Esto no ayuda a las perspectivas del negocio, y precariza el desarrollo del mismo.
–Brasil amplió su producción de ajo. ¿Cómo afecta esto a la colocación del ajo mendocino?
- Hay que seguir muy de cerca esa situación, porque si de ahora en adelante no trabajamos para ser mejores, Brasil nos va a sacar mercado. Lo que ellos hicieron es un ejemplo de lo que nosotros debíamos haber hecho, si nuestra macroeconomía hubiera ayudado. Debe ser un incentivo para sentar las bases de una planificación sectorial estratégica y diferenciar más nuestra producción. Debemos ser inteligentes y fortalecernos.
–Los valores de referencia que fijó la Aduana para la exportación, ¿hacen menos atractivos los despachos al exterior?
-Los valores de referencia de exportación son un útil instrumento en determinados momentos de nuestro país, siempre y cuando se mantengan actualizados a la realidad del mercado. Es una temporada en la que el sector debería tener reintegros a la exportación más altos, para contener a todos los actores de la cadena de producción, trabajadores rurales y productores no integrados. Estas herramientas que fueron creadas para ayudar a desarrollar el sector, a veces se han usado con otros fines. Los valores referenciales de exportación se vienen trabajando bien.
En el caso del tipo de cambio oficial, entendemos que es muy difícil moverlo en la realidad del país, pero los reintegros a las exportaciones podrían ajustarse para ayudar al sector en años como éste. Nuestra actividad es dinamizadora de la economía rural y es un contenedor social.
-¿La falta de contenedores marítimos encareció los fletes? ¿Cuánto cuesta a la Argentina llegar a sus principales mercados?
- La logística está atravesando una situación inverosímil. Se nos encareció para mercados de ultra mar. Esta situación tiende a normalizarse lentamente, pero va a tardar quizás hasta la próxima temporada.
–Luego de la pandemia, ¿China reaparecerá como gran competidor?
- Sí. Las cifras que manejan en superficie y producción, son “chinas”. En ese país el cultivo de ajo es un programa social más. No les interesa los coletazos que estas políticas públicas puedan tener en el resto del mundo, siempre y cuando cumpla los fines sociales y rurales para los cuáles incentivan el cultivo.
-Pensando a mediano plazo, ¿es un buen momento para aumentar el valor agregado del ajo mendocino? ¿Se está en condiciones de invertir?
- Siempre es un buen momento. El que quiere hacer las cosas bien las está haciendo. La calidad siempre tiene las mejores probabilidades de ser un buen negocio en el mediano y largo plazo. El sector tiene una gran capacidad de reacción.
Entre el rendimiento y el consumo local
En el último informe elaborado por el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) se ha señalado que esta temporada, la superficie estimada de cultivo de ajo es de 11.365 hectáreas, destacando que el Valle de Uco (San Carlos, Tupungato y Tunuyán) concentra el 59% de la superficie total de ajo cultivado en nuestra provincia, mientras que en el Cinturón Verde (o zona centro) formado por los departamentos de Maipú, Guaymallén y Luján, se produce el 14% del total.
El tercer cultivo en importancia en la provincia, después de la vid y los frutales, batalla por un lugar de preferencia en la elección de los consumidores locales. En cuanto a las variedades, el cultivo del ajo morado representa el 65%, el colorado el 23% y el blanco un 7%.
En la última década el consumo per cápita anual de este producto en Argentina equivale a 0,6 kg, en tanto que en Brasil su consumo per cápita anual equivale a 1,5 kg.
-¿Qué rendimiento estiman para la presente temporada?
-La sensación en el campo es que hay más ajo. Es difícil poner un número a esto cuando todavía no termina la cosecha, y sobre todo la temporada. Hay entidades oficiales que pueden brindar información valiosa, sobre todo para las tendencias: INTA e IDR. (NdR: este año se han cultivado 11.365 ha, un 0,22% más de superficie que en 2019).
-¿Qué esperan del mercado local? ¿Puede haber una caída del consumo?
-El consumo de ajo per cápita en Argentina es muy bajo. Deberíamos, además de tomar buenos vinos, comer más ajo, tomate y frutas/hortalizas frescas. Las culturas que tienen un consumo más alto de ajo sobrepasaron en mejores condiciones la pandemia. Hay estudios al respecto que se están llevando a cabo.