Desde hace ya un tiempo, la alta gama argentina sumó un importante jugador: el Valle de Pedernal de San Juan. Aunque la zona está recién dando sus primeros pasos con menos de cinco bodegas que cuentan con viñedos allí, Bodegas Callia asumió el desafío de mostrar la “Contracara” del valle, con vinos jóvenes que conservan el carácter salvaje y la gran concentración.
De eso habló con Los Andes Gustavo Daroni, enólogo principal de la bodega ubicada en el Valle de Tulum y una de las tres que integran Salentein Family of Wines (las otras son Salentein, en el Valle de Uco, Mendoza, y Pyros, del Valle de Pedernal). Además, hizo referencia a la actualidad del vino sanjuanino, los desafíos para esta cosecha y más.
- ¿Por qué Pedernal es una de las zonas de más renombre de San Juan?
- Pedernal no es sólo una zona de altura más, sino que, al estar en San Juan y tener la influencia del sol de la provincia, se logra algo único. En tierras sanjuaninas tenemos muy escasas precipitaciones y más de 330 días de sol al año. Eso influye en una madurez polifenólica que no se encuentra en otro lugar. Por esto, los vinos tienen mucha concentración y carga polifenólica, pero, al ser madura dan un pasar en boca muy suave. Esto nos da la posibilidad de embotellar vinos jóvenes con todo su esplendor frutal y dulzura en boca que muchas veces no necesitan largas crianzas en barricas.
Además, la zona tiene un suelo extraordinario y los viñedos están plantados casi todos en tierras vírgenes, lo que posibilita el manejo orgánico de las fincas. Otra de las características que tiene es el clima. En verano, las temperaturas máximas promedio no superan los 29 grados y la amplitud térmica es de 20 grados. Asimismo, las condiciones sanitarias del valle son excepcionales. Gracias a la brisa permanente del sur se baja la humedad y, en consecuencia, el desarrollo de cualquier enfermedad, por lo que no se necesitan agroquímicos.
- Para este 2022 ya se espera una baja en la producción. ¿Cómo es su caso?
- En Callia, regularmente compramos uva porque con la producción propia no nos alcanza. Con menos disponibilidad de uva, las negociaciones se pueden hacer un tanto más complicadas, pero hasta el momento no hemos tenido inconvenientes para conseguir las uvas. Un 10% menos es un número importante, pero estamos logrando las metas que nos hemos propuesto. - ¿Y en cuanto a la calidad?
- Hasta ahora tenemos muy buen nivel. No ha sido mucha la cantidad de uvas tintas que han ingresado, pero sí de blancas y nos ha asombrado la calidad que tienen. Los vinos blancos que se están obteniendo son muy frescos, frutados y con mucha sanidad.
- ¿Qué posibilidades tiene San Juan para posicionarse como referente de la alta gama?
- San Juan tiene un potencial extraordinario para producir vinos competitivos. Por caso, el Valle de Tulum, el más grande de la provincia, nos permite tener vinos de un segmento determinado y con muy buena calidad. Más allá del cambio que se ha visto, creo que todavía falta desarrollo profesional e inversiones en la zona, porque tiene muchas perspectivas para seguir creciendo.
Después tenemos zonas que han cobrado un poco más de auge, como Pedernal, Calingasta, Zonda o Ullum. Podemos mencionar un sitio como Cañada Honda, con un potencial increíble. Yo creo que la clave para el desarrollo es la inversión y la difusión, porque los vinos que se pueden hacer son muy buenos.
- ¿Cuál es el mayor desafío del vino de San Juan?
- El gran desafío del vino de San Juan es reposicionarse y venderse bien. Creo que le hace falta difusión y darse a conocer. Hay un gran potencial, pero se necesita un mayor aprovechamiento de las bodegas. Muchas están trabajando muy bien, pero otras necesitan tecnificarse, valorar el trabajo de los ingenieros agrónomos, que hoy en día tienen un rol fundamental y forman un equipo con los enólogos, entre otras cosas.
- ¿Qué lugar ocupa Callia en los vinos sanjuaninos?
- Somos una de las grandes bodegas que se dedican a la elaboración de vinos finos o de media y alta gama. Tenemos viñedos en Caucete, donde se ubica la bodega, en 9 de Julio, ambas del Valle de Tulum. Además, obtienen uva de Pedernal de las fincas del grupo. Elaboramos aproximadamente 11 millones de kilos de uva, lo que se traduce en 8,5 millones de litros de vino. De eso, un 65% se vende en el mercado interno y el otro 35% lo exportamos, principalmente a Europa, Asia, Estados Unidos y América Latina.
- ¿Qué expectativas tiene para la cosecha 2022 con los vinos de Callia?
- Tengo muchas expectativas sobre la calidad. Se presenta como una vendimia muy sana. A partir del trabajo en conjunto con los agrónomos hemos logrado equilibrar los viñedos. Respetando las plantas y el medioambiente, estamos obteniendo mejores vinos. Poco a poco apuntamos más a la frescura y nuevos ejemplares que tengan mejor expresión y con menos intervención de la madera.
- ¿Qué tiene de distinto Contracara, la nueva línea de la bodega?
- Contracara es un proyecto diferente. Como su nombre lo indica, buscamos mostrar la contracara del Valle de Pedernal, mezclando lo salvaje y lo exótico con un equilibrio. Es un vino distinto con el que queremos dar a conocer otro perfil de lo que se puede hacer en la zona.
Lo que ya conocemos de ahí es que son vinos de gran concentración, mucho color, vinos intensos y con un gran potencial de guarda, con paso por barricas, por lo menos en los tintos. En esta nueva línea estamos embotellando un vino mucho más joven, pero que conserva la concentración, el color y el potencial de guarda.
Está compuesto por tres vinos, un Chardonnay, un Malbec y un Blend (Malbec-Cabernet Sauvignon), todos en la categoría Reserva. El diferencial que tienen es que la juventud que tienen permite que se aprecie todo el carácter frutal del valle, algo que en vinos de guarda se va perdiendo. Si bien tienen un paso por madera, la intervención es mínima.