En Mendoza, la apuesta por los cultivos orgánicos ha alcanzado niveles altos, según datos oficiales del Senasa. La provincia ostenta la mayor cantidad de establecimientos dedicados al cultivo de productos orgánicos, y en el año 2023, se evidenció un notable crecimiento en sectores como el vino, ajo y oliva.
Este fenómeno refleja no solo la demanda creciente de productos orgánicos, sino también el compromiso de la región con prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
En este contexto, Igor Baratoff, miembro de la Comisión Directiva del Movimiento Argentina por la Producción Orgánica (MAPO) y creador de “Nuestras Manos”, que produce alimentos orgánicos conversó con diario Los Andes.
Durante la entrevista, Baratoff abordó diversos temas relacionados con los cultivos orgánicos en Mendoza, destacando la importancia de estas prácticas para la salud del suelo, la calidad de los productos y el bienestar general de la comunidad. Su experiencia y visión son fundamentales para el impulso continuo de la producción orgánica en la región y en todo el país.
- ¿Qué es el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica?
- El MAPO es el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica, que tiene esa misión y finalidad y la promoción de la producción orgánica del país. Es un movimiento que habla sobre las ventajas de la producción orgánica, que son las de arraigo, cuidado de impacto ambiental, impacto social, valor agregado, impacto económico. Eso es un poco nuestro trabajo, la de difundir, promover la producción orgánica.
- ¿Cómo está la producción orgánica en Mendoza?
- En cuanto a la producción propiamente dicha, acá en Mendoza, va creciendo. Si miramos un poco más atrás, se conserva el mismo potencial que se tenía hace años. Ahora viene creciendo la demanda. Hay mucha más conciencia de parte del consumidor a la demanda de este tipo de productos, que saben que no se utilizan fertilizantes de síntesis, pesticidas de síntesis, que tiene otro cuidado del suelo y del recurso hídrico.
Mendoza tiene muchas características para poder desarrollar esto. Se hace de todo, desde jugos para vino, oliva para aceite de oliva, o sea, toda la cadena productiva, no solo la producción primaria, sino la industrialización del producto orgánico. Hay frutas y verduras orgánicas que se comercializan en el mercado interno y se exportan también.
Estamos en un contexto económico ya hace un tiempo que no es el ideal. A veces retrasa todo este tipo de crecimiento, de expansiones, por la incertidumbre mínima, por la falta de previsibilidad, por la falta de certeza, por la falta de crédito, donde uno no puede expandir el negocio por estos motivos.
- ¿Qué se necesita para pasar de un cultivo normativo a uno orgánico?
- Para hacer una producción orgánica, lo haces detrás de una certificadora orgánica. En Argentina son cuatro las certificadoras y el Senasa autoriza hacer el seguimiento de la producción orgánica y la certificación, tanto industrial como de producción primaria. Eso tiene un costo, que es anual, por la auditoría, la certificación, que es convalidada con la europea, es decir, lo que se produce puede ser comercializado en Europa.
Es un proceso de tres años de transición hasta lograr la certificación orgánica definitiva. Después implica el cumplimiento de los libros de trabajo, de la trazabilidad, de la planilla de registros, de ingresos de materia prima, de producción. Es una cuestión administrativa y de trazabilidad que hay que cumplir que lo exige la misma normativa.
- ¿Cómo estuvo el mercado? ¿Tuvieron problemas con el agua o injerencias climáticas?
- No ha sido un problema el agua en esta temporada. Estamos sobrados de agua, producto de las buenas nevadas que hubo en el invierno. Los altos calores que hemos tenido en las últimas dos semanas han acelerado los deterioros, hoy el agua sobra, por así decirlo. Ha habido algunos problemas de heladas, donde nos han afectado algunos cultivos en ciertos lugares.
En principio tampoco son grandes los problemas que ha habido, esperamos un año muy difícil desde lo cultural, porque está toda la energía puesta en la política, en elecciones, en incertidumbre constante, pero apostamos a que las cosas se acomoden y realmente el país empiece a tener la certidumbre necesaria para construir emprendimiento de cualquier tipo, que en el campo es mayor.
- ¿A qué producción orgánica se dedica tu empresa actualmente? ¿Y que esperan para este año?
- Nosotros nos dedicamos a hacer mermeladas de distintos sabores, es un método artesanal, simple, con ingredientes orgánicos, fruta y azúcar. Es la forma que tenemos de producir, además de orgánica tiene las certificaciones de libre de gluten y vegano.
Apuntamos a que este año podamos crecer, a expandirnos comercialmente. Nuestras Manos es una empresa exportadora y también vende en el mercado interno, así que lo único que deseamos del Estado nacional, provincial y municipal es que nos brinden las herramientas y la estabilidad que necesitamos para producir, que es lo que sabemos hacer. Para eso necesitamos menos burocracia, más agilidad en certificaciones, en permisos, pero básicamente eliminar burocracias que no le suman a la PYME, que entorpecen el crecimiento y el desarrollo de cualquier empresa o emprendedor. Y por supuesto crédito, necesitamos tener crédito para seguir creciendo, para seguir incrementando producciones. Esa es la mirada que tenemos, siempre positiva, pero con fundamento, no por el solo hecho de decir que las cosas van a mejorar.
- ¿Qué cantidad de productos orgánicos realizan en Nuestras Manos?
- Estamos produciendo alrededor de 4 o 5 toneladas mensuales de mermelada. También hacemos botellas de tomate, en este caso son cultivos anuales, sobre fincas con certificación orgánica, más o menos por temporada, serán unas 15.000 o 20.000 botellas.
En general la producción orgánica siempre tiene que decidir cuál es su déficit, hoy falta oferta de productos, faltan productores, falta materia prima orgánica. Por ejemplo, se podría decir que faltan de frutillas, higos, de tomate, de membrillo, faltan cultivos orgánicos. Que es producto también debe estar inestabilidad, donde uno tiene que apostar por los próximos 3 o 4 años, ese es un déficit que tiene hoy la realidad de la producción orgánica. Pero el manejo de cualquiera de estos cultivos se hace sin ningún tipo de fertilización de síntesis, se pueden usar todos productos que estén aprobados por la normativa, por el Senasa.
Perfil
Igor Baratoff es Ingeniero en Sistemas Informáticos y tiene un postgrado en Docencia. Dentro de sus títulos es también profesor universitario.
En el año 2002 comenzó su emprendimiento y actualmente es dueño de Nuestras Manos Alimentos Orgánicos. Además, es miembro de la Comisión Directiva del Movimiento Argentina por la Producción Orgánica (MAPO).
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