Los frutos secos son uno de los cultivos que más atracción han generado en los últimos años, y tal es así que la producción de nuez hoy cuenta con 6.505 ha, casi el doble con respecto a las 3.341 que había en 2010. Actualmente, la producción nogalera está en el último tramo de la cosecha y el sector analiza las oportunidades del mercado internacional.
La información es de la Asociación de Frutos Secos de Mendoza (AFSM), que señala un crecimiento continuo desde el primer registro de 2010, según datos de campo, imágenes satelitales y el Relevamiento Nacional de Frutos Secos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) y la UNCuyo en 2017. En el año 2016 había 5242 ha, cinco años después había 5728 ha, en el 2022 unas 6334 ha y ahora se presenta el número de 2023: unas 6505 ha.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que los nogales demoran muchos años en tener una producción rentable, por eso ahora también se valora que empiecen a producir más algunas plantaciones jóvenes. Esto servirá para compensar la caída en la producción por algunos problemas climáticos que se dieron a finales del año pasado.
“Respecto a volúmenes de cosecha, aún nos faltan números. En nogales, estimamos que será por debajo de un año normal, aunque mejor que el año pasado (que tuvo daños por helada), principalmente por viento Zonda y falta de frío en el norte del país, pero con nuevos cultivos entrando en producción”, señaló Manuel Viera, coordinador de la AFSM.
Es importante considerar que esta provincia es la principal productora de Argentina, un país que el año pasado llegó a producir 18.000 t de nueces. Según datos del Ministerio de Economía y Energía de Mendoza, hay más de 500 fincas con este cultivo, con una superficie promedio superior a las 10 ha, aunque hay iniciativas recientes en el Valle de Uco con más de 200 ha de producción.
Una cosecha de nuez demorada
En general, la cosecha nogalera suele ir desde fines de marzo hasta principios de mayo, pero este año se ha retrasado dos semanas y recién ahora se está en la última etapa. No se puede hablar de números finales, pero sí hay algunos análisis.
“En la nuez, el inicio fue complejo, ya que no resultó fácil el desprendimiento del pelón. Así, el secado inició lento y, entre la segunda y tercera semana de cosecha, ocurrió una lluvia que apresuró las caídas y desencadenó el proceso fisiológico de apertura del pelón”, comentó Belén Bobadilla, presidenta de AFSM.
¿A qué se debe la demora en la cosecha? Principalmente, a los efectos del viento Zonda y del granizo. El Zonda afectó dos veces al inicio de floración siendo el mayor viento ocurrido el 17 de noviembre, en especial en zonas como El Peral, Las Pintadas, Corredor Productivo y Altamira. Luego, el 6 de diciembre cayó granizo y afectó principalmente las zonas de San Carlos y Vista Flores.
Si bien estos eventos han tenido efecto y se estima una merma de la producción de un 10%, Bobadilla destacó que la baja será menor a la de la temporada pasada, muy afectada por heladas tardías (con pérdidas de hasta el 50% en algunas fincas).
Desde la empresa mendocina Difrusec, que procesa y comercializa frutos secos, uno de sus socios, Franco Fausti, destacó que “cada año entran más hectáreas en producción y eso lógicamente aumenta la oferta”. Además, consideró que los productores cada vez se tecnifican más, buscando mejores rendimientos y mejorando la calidad del producto final, tanto en la cosecha, como en la etapa posterior..
Con respecto a la cosecha, Fausti coincidió en la demora (“recién se está terminando de cosechar”) y consideró al volumen como dentro de los parámetros normales, más allá de algunas lluvias que complicaron. “Desde un punto de vista comercial esto ayudó a seguir comercializando nueces de la temporada anterior, la cual todavía no se terminaba de vender por completo. Aún queda algo en el mercado de la cosecha 2023″, afirmó.
Por su parte, para el productor Francisco Arturo Soriano, la cosecha este año se presenta “en los valores aceptables, con buena calidad en color pero con algunos problemas de mucha nuez en la que no se terminó de formar bien la pulpa”. Ahora están con análisis de calidad y su duda es cuánto afectará en el número final ese problema fisiológico.
“Los precios en general están cercanos a los valores internacionales, pero el problema económico del país con recesión hace que las ventas no sean fluidas por ese motivo”, comentó Soriano, para quien los pedidos se han reducido en cantidad. A nivel exportación, este productor recordó que los precios internacionales son similares para todos, pero que los costos nacionales en flete e insumos son muy altos, más allá de ofertas puntuales.
Productividad y exportación nogalera
Más allá de celebrar el aumento de hectáreas, desde la la Asociación Frutos Secos de Mendoza (AFSM) advirtieron que los costos de producción se han visto muy afectados por los valores de energía y de insumos de agroquímicos, principalmente. “Los precios de retorno al productor cada vez son más finos entre lo que se gasta y el valor al que se pueda vender”, comentó Belén Bobadilla, presidente de AFSM.
Ante esto, para Bobadilla es importante acompañar a los productores para mejorar los procesos de cosecha y poscosecha. Los calibres más grandes y las nueces más claras siguen teniendo los mejores valores, y “eso se consigue no solo cuidando el estado general del cultivo, sino que es clave manejar los momentos de cosecha y secado de nuez”.
Como todos los años antes de la cosecha, AFSM realiza un análisis de costo de producción, costos de exportación y valores de mercado versus el retorno al productor. Si bien el año anterior mejoraron las exportaciones y luego aumentó el valor de la nuez con cáscara a partir de diciembre, el consumo interno se ha visto disminuido y los valores de nuez mariposa se mantuvieron en el mercado.
De ahí, la recomendación de intentar vender al exterior. “La nuez se exporta desde la cosecha hasta agosto aproximadamente, por lo cual el tiempo para poder procesar, tamañar y desinfectar es estacional. Si eso no ocurre, solo queda colocar la nuez en el mercado interno”, afirmó Bobadilla.
Aparte, Chile, el principal exportador de nueces del Hemisferio Sur, presenta una merma en su cosecha de un 25% (de 180 t cosechadas en el 2023, a 135 t en el 2024). “Esto alienta aún más a que Argentina exporte, en un contexto de mercado interno con menor expectativas de reactivación en el corto plazo y a la espera que mejore para el mediano plazo”, reflexionó la presidenta de AFSM.
Para Franco Fausti, de Difrusec, “el desafío en corto y mediano plazo está en la profesionalización y especialización de los actores vinculados al agregado de valor de la nuez”. Si se tienen en cuenta la actual política económica de apertura comercial y los mercados cada vez más competitivos, ya sería “una obligación” ser eficientes en la producción, el procesamiento y la circulación.
“Nosotros buscamos permanentemente optimizar los procesos de craqueo, selección y fraccionamiento, como así también implementando nuevas tecnologías, como selectores ópticos, en estos procesos para lograr una mejor competitividad en el mercado”, ejemplificó el socio de Difrusec.
Además, Fausti destacó que el consumo de nuez tiene gran alcance de forma directa (snacks saludables, mix de frutos secos, etcétera) y también como producto indirecto en otros elementos como alfajores y barras de cereales, así como el uso de derivados de nueces y almendras en harinas o pastas. “Es notoria la tendencia de un mayor consumo de este producto teniendo en cuenta los beneficios ahora conocidos sobre la salud”, apuntó.
Los frutos secos ya superan las 10.000 ha
A la hora de hablar de nuez, también es muy común sumar a la conversación a otros dos cultivos: almendras y pistachos. Es así que, si a las 6.505 ha de nogales se le suman las 2.806 ha de almendros y las 965 ha de pistachos, el sector de los frutos secos en la provincia involucra unas 10.276 ha.
“El nogal tiende a amesetarse, condicionado por las señales de mercado. El almendro crece poco, pero constante, por dificultades de adaptación de variedades y límites de precios por la importación. Y el pistacho crece exponencialmente, estamos en una etapa exploratoria, con mucha expectativa por los buenos precios y pocos cultivos en producción”, describió Manuel Viera, coordinador de la Asociación Frutos Secos de Mendoza (AFSM)
La almendra se mantuvo en torno a las 2.100 ha entre los años 2010 y 2016, aunque para 2021 se contabilizaron 2673 ha en la provincia. El valor creció un poco para el año 2022 (con 2.786 ha) y el último registro de 2023 marca unas 2.806 ha, con un crecimiento lento y estable.
En el pistacho, hasta el año 2016 era un cultivo sin importancia, con sólo 31 ha registradas, pero para 2021 llegó a 348 ha y en un año más duplicó su superficie: pasó de 31 a 735 ha en sólo 7 años. Con la nueva actualización de AFSM, se puede decir que para fines de 2023 ya había 965 ha de pistacho. Sus altos precios motivan a varios, aunque hay que recordar que tiene baja precocidad y recién en su año 7 da la primera producción comercial.
Superficie en Mendoza a fines de 2023
Según la Asociación de Frutos Secos de Mendoza, las hectáreas por cada cultivo son:
- Nogales: 6505 hectáreas
- Almendros: 2806 ha
- Pistachos: 965 ha
- Total de frutos secos: 10276 ha