Presentes en la mesa de buena parte de los mendocinos, en los primeros meses del año se cosechan las llamadas “hortalizas de verano”, aquellas que se plantan entre setiembre y enero. Las centrales son la papa, el tomate y el zapallo, y esta temporada algunas le ganaron a la inflación mientras que otras quedaron rezagadas. En superficie, crecieron un 1,5 %.
El Instituto de Desarrollo Rural (IDR) trabaja en el tema desde dos lados. Por una parte, suele relevar los precios pagados al productor en distintos productos agrícolas, incluyendo frutas y verduras. Por el otro, en abril publicó un informe específico sobre la superficie de hortalizas de verano en Mendoza.
“Hay un grupo de relevadores. Son personas que viven en el territorio y se encargan de llenar los datos en una planilla. Hace más de 20 años que se relevan los precios de productos agrícolas mientras se va conociendo información sobre operaciones de compra de frutas y verduras”, explicó Alfredo Baroni, coordinador técnico del IDR.
Se trata de precios pagados al productor por un producto puesto en callejón, es decir contando el costo de la cosecha pero sin considerar flete ni IVA. Deben coincidir el tipo de operación, la cantidad y la forma de pago, y de ahí se hacen promedios.
Las principales hortalizas de verano en hectáreas son papa (27%), zapallo (coreano o calabaza, 24%) y tomate (20%). Luego le siguen zanahoria (se planta en verano e invierno), choclo, orégano, cebolla valenciana, melón, lechuga y pimiento. Todas esas representan el 97% de las hortalizas estivales, mientras que el restante 3 % son alcaucil, apio, acelga, achicoria, brócoli, cilantro, coliflor, escarola, etc.
Por encima o debajo de la inflación
Hay datos de precios pagados al productor hasta abril inclusive sobre el mercado norte, lo que incluye Oasis Norte, Este y Valle de Uco. Los meses de mayor movimiento son febrero y marzo, por lo que se tomará la primera semana de marzo. En la papa, una variedad de tipo Spunta se pagaba en marzo de 2021 a $ 15 el kilo, mientras que este año se pagó en $ 18 (un 20 % más). Vale recordar que la inflación interanual de marzo en Mendoza fue de 57,7%.
En el caso del zapallo para consumo en fresco, uno de variedad Anquito del noreste se pagó en la primera quincena de 2021 en $ 9,17 el kilo, mientras que en el mismo período de 2022 costó $ 15,93 (73,72% más). Otro zapallo, pero de variedad Teksukabuto del Cinturón Verde, se ofreció a $ 14,5 el año pasado y en $ 21 por kilo esta temporada (su valor creció un 44,83 %).
La tercera hortaliza en importancia es el tomate. Comenzando por el de consumo en fresco, uno de tipo redondo del Cinturón Verde tenía un valor de $ 24,5 por kilo en el verano de 2021, mientras que esta temporada en marzo valía $ 67,69, cerca del triple (aumentó 176,3 %). En cambio, uno perita para industria del noreste valía $ 9,41 en el año pasado y ahora en marzo se pagaba al productor por $ 12 (creció 26,32 %).
Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola de Mendoza, explicó que algunos productos como el tomate, la berenjena, el choclo y el zapallito se vieron afectados en enero por contingencias climáticas (como el granizo) y después con el tiempo se normalizaron los precios. “Los mercados se manejan por la oferta y la demanda. De acuerdo con la cantidad de mercadería que entra, se establecen los precios”, afirmó.
Carrasco explicó que hoy el ciclo de producción local está terminando con precios “bajísimos” en el tomate, el choclo y la berenjena, pero augura que los precios finales subirán: “Sí o sí van a subir las mercaderías porque los sindicatos de transportes, de los trabajadores, de los mercados, todos han logrado entre un 45 y 60% de aumento salarial. Eso es un impacto muy grande en lo que es la mercadería. El consumidor final es el que paga las consecuencias”.
Mayor superficie hortícola
El IDR publicó en abril un informe de relevamiento sobre la superficie hortícola de verano. Durante la última década, la superficie provincial con estas hortalizas osciló entre las 15.000 ha y las 20.000 ha, ya que es un cultivo más variable que los frutales, que requieren de varios años de mantenimiento antes de recuperar la inversión.
Esta temporada, el número estimado fue de 18.391,30 hectáreas. Si se compara con el ciclo anterior, el actual resultó ser 1,5 % superior. Se trata de muy poca diferencia: 280 ha más. Si bien la papa creció 10 % y el tomate 29,5 %, en el promedio general jugó en contra la caída de zanahoria (-26 %) y orégano (-22 %).
El Valle de Uco es la zona más importante, con el 40% (7.436 ha), ya que San Carlos tiene 3.504 ha (19 % de la superficie estival) y Tupungato, 3.006 hectáreas. La segunda zona en importancia es el Cinturón Verde (Maipú-Guaymallén-Luján), con el 28% (5.227 ha) dividido en Maipú (3.318 ha, 18 % del total), Luján con casi 1.100 ha y luego Guaymallén con 840 ha.
Victoria Farmache, del área de Gestión de Información del IDR que elaboró el informe, destacó que otro dato interesante del documento es conocer la fuente de agua que utilizan los productores: “Antes la mayoría usaba el agua del turno y ahora el pozo pasó a tener más relevancia. El 40 % riega sólo con pozo, un 31% sólo con turno y un 27 % combina ambas fuentes”. El 2% restante utiliza fuentes de agua surgentes combinadas con pozo. En esa línea, el cultivo de hortalizas está muy condicionado por la dotación de agua. En cuanto a sistemas de riego, el 81% de los entrevistados afirmó regar sólo por surco, un 13 % utiliza en forma exclusiva sistemas presurizados como goteo, pivot o aspersión; casi el 5 % combina sistemas presurizados con riego por surco y el 1 % restante no brindó información al respecto.