Leticia Calvente (49) es una empresaria alvearense que a partir del fallecimiento de Raúl, el padre, en 2020 se hizo cargo de todo el negocio.
Por un lado aplica su profesión, médica veterinaria, llevando adelante el establecimiento Don Pancho en la zona de Punta del Agua (San Rafael). Su labor la llevó a recibir en 2023 el galardón como “ganadera del año” que entrega la Cámara de Comercio de General Alvear.
Por el otro, es agricultora y maneja los hilos de la firma RyR Calvente que se dedica al embalaje de fruta y venta en los mercados de Avellaneda y Central en Buenos Aires de damasco, durazno y ciruela en fresco.
Para la empresaria es un año duro el que atraviesa la actividad agropecuaria, sin embargo apuesta que la situación mejore y “ya se nota” porque “va cambiando el ánimo de la gente y hace que la gente esté volviendo a invertir otra vez y a capitalizar”, afirmó.
¿Cómo ve la situación de la ganadería?
Creo que hoy en día está estable, mejor que hace exactamente un año atrás, mucho mejor, porque nosotros hace un año atrás estábamos vendiendo a precio bajísimos.
Después de lo que repuntó el precio a fin del año pasado se estabilizó y si bien creo que la ganadería está bien, todavía el valor está por debajo de lo que tiene que estar el kilo de ternero, para lo que debería ser a nivel comercial.
¿Precio bajo?
Porque en general los costos se quedaron muy por debajo a lo que se vende después en góndola. Sigue habiendo un desfasaje muy alto entre el precio del ternero al pie y el precio del kilo de carne en góndola, porque el precio llega no llega a 2.000 pesos, de un gordo.
¿Es el eterno problema?, la cadena intermedia entre el productor y el consumidor
Es la pregunta del millón. Pero pasa en la ganadería y es lo mismo para la fruta.
Se meten muchos costos en este país que están por fuera de lo que sería un costo normal, uno de ellos, por ejemplo es flete. El flete de animales a feria, y después para enviar a faena es altísimo. Para nosotros el flete para mandar fruta al mercado Central de Buenos Aires también es una locura, representa casi el 18%.
Son esos costos intermedios que son muy altos y eso modifica mucho el precio final del producto.
¿Cuál es la perspectiva para el futuro inmediato en la ganadería?
La perspectiva es buena y más que buena en realidad, si se llega a estabilizar todo el tema del dólar, si se estabiliza la exportación y que seamos creíbles en el exterior.
Se rompió el mito que si se exporta carne aumenta en el mercado interno
Lo vamos rompiendo de a poco, creo que a la gente ya no le asusta, vio que no era así, eso era más un mito creado por este gobierno de estos últimos 15 o 20 años. Siempre se le dijo (a la gente) que era así y con esa excusa se aplicaba el cierre de las exportaciones, y es una locura, primero porque nosotros podemos producir carne para todos, para exportar y para el mercado interno, y en segundo lugar porque hay una parte de lo que exportamos que no tiene nada que ver con lo que consume la gente a nivel nacional.
¿El temporal del fin de semana dejó atrás la sequía?
No, falta mucho todavía. La lluvia yo diría que nos afloja un poco la soga del cuello pero eso es todo, porque venimos de una sequía de más de dos años, en realidad, principalmente en la zona sur de Mendoza.
Además, es una lluvia un poco tardía y si bien siempre bienvenida, es tardía porque está muy cerca de la entrada del invierno y a veces la planta no alcanza a recuperarse y a emitir un verde hasta la primavera, y todo depende de cómo cada persona hizo el manejo de sus campos y de sus cuadros. El que tuvo un manejo más o menos bien prolijo, puede recuperar algo de verde para pasar el invierno, pero quien ha estado agotando mucho el recurso natural, es difícil recuperar en esta época del año por más que haya llovido esa cantidad de milímetros.
¿En el rubro frutícola, como fue la temporada?
Ha sido muy bueno en cantidad pero ha sido muy malo a nivel de precios de mercado. Tuvimos mucha cantidad de fruta, pero justo la temporada arrancó cuando venía el ajuste más grande que empezó este gobierno y la gente lo sintió muy fuerte a nivel bolsillo y nosotros vendemos frutas, vendemos postres, y la gente si no tiene plata no come postre.
En enero no había donde mandar la fruta porque en el mercado ni siquiera caminaba gente. Llegó un momento donde los vendedores de Buenos Aires Me mandaban videos para que yo les crea que no se vendía, directamente no había ventas ni de frutas de buen tamaño, ni fruta del tamaño pequeño, nada.
Después se fue recuperando, pero bueno en el balance final los precios estuvieron muy bajos y principalmente el productor fue el que más sufrió el golpe.
Hubo una producción abundante este año ¿fue contraproducente?
Hubo un problema, al haber tanta producción de frutas fue un problema con seguir cosechadores, entonces mucha gente no pudo levantar la ciruela, lamentablemente, porque tampoco se pudo mandar todo a secadero porque quedaron saturados.
Pero un problema general que tenemos en los últimos años con el tema de la fruta es que justamente se ha convertido como en un bien de lujo, entonces la gente que puede comprar fruta compras de la más alta calidad, la grande y después queda una fruta intermedia, que toda la vida se vendía, y ahora esa fruta no se puede mandar porque la gente no la compra.
Entonces queda una cantidad de fruta que termina yendo a pulpa y la verdad que es una lástima.
¿Es tiempo de empezar a buscarle otras opciones a la fruta?
Hay que conseguir el valor agregado que tanto buscamos a través de la industria, no solo en conservas o en lata, buscar otros productos que se puedan trabajar y que permita conservar y comer frutas durante el año, sub productos.
En años como este queda demostrado que Mendoza tiene muchísimas cantidades de fruta y que el mercado queda saturado.
¿Qué esperas para lo que resta del año, en el aspecto económico?
Creo que lo que viene es bastante positivo, de hecho se nota ya, que la inflación baje y que se estabilice, que se tranquilice todo. Por ejemplo, lo notamos en el mismo mercado, lo notamos en las ferias (ganaderas). Estuvimos tres o cuatro meses donde nadie vendía a más de 30 días y desde hace unos 20 días para atrás, la gente no tiene problemas en vender a 30 y 60 días. Va cambiando el ánimo de la gente y hace que la gente esté volviendo a invertir otra vez y a capitalizar.
También es cierto que es a un costo un poco alto porque, principalmente los costos de impuestos han sido altos, han golpeado mucho, principalmente a la industria, realmente es una locura y no toda la industria va a poder pagar por ejemplo lo que le llegó de electricidad y por este año los números no van a ser para nada buenos cuando uno haga el balance final, pero bueno, uno está apostando a que esto mejore a posterior.