El nuevo año vitivinícola comenzó con un panorama bastante complejo, desde la menor cantidad de uva en los viñedos hasta la discusión por el precio, con seis entidades de viñateros que ya plantearon un piso de $110-$115 el kilo de criolla (cerca del triple del 2022). En ese contexto, Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, dialogó con Los Andes sobre el panorama actual, los valores de la uva y los principales desafíos a mediano plazo.
- Brevemente, ¿qué balance hacen del 2022?
- Fue un año caracterizado por el esfuerzo empresario. Por un lado mantener los mercados. Nuestros productos perdieron competitividad internacional, dado que la totalidad de los costos se incrementaron por encima de la variación del tipo de cambio. En el mercado interno, se hizo muy difícil trasladar a precios finales esos incrementos de costos, ya sea por restricciones en las cadenas de supermercados como por la sensibilidad del vino a los incrementos de precios, en términos de consumo.
Por otra parte, debemos decir que ha sido un año de mucho esfuerzo de gestión en términos de abastecimiento de insumos y caracterizado por escaso acceso al crédito, sobre todo para capital de trabajo. Finalmente, el impacto climático ha generado una situación de expectativas caracterizado por la escasez, que afecta las transacciones de vinos a granel, sus precios y obviamente el de las uvas de la próxima cosecha.
- ¿Cómo inician este nuevo año?
- Iniciamos el año con preocupación e incertidumbre. La macroeconomía no nos ayuda. El año anterior cerró con exportaciones y ventas en el mercado local a la baja. No hay certeza en las cantidades de uvas que nos traerá la cosecha, con preocupación por sus precios, dificultades para comercializar en los mercados y mucho esfuerzo para gestionar importaciones.
- Seis entidades de viñateros sugieren un precio para la uva, ¿qué opina al respecto?
- Bodegas de Argentina, como cámara, no interviene en la relación productor/bodega. Obviamente que las organizaciones, en defensa de sus asociados, pueden hacer las propuestas que consideren.
- ¿Qué factores indicen para considerar el precio de la uva?
- Las bodegas tienen diferentes tipos de relación con sus productores. Hay algunas que poseen vínculos a lo largo de los años con contratos o sin ellos, donde el precio surge de una negociación en particular contemplando las situaciones de cada año, plazos de pagos, calidad, beneficios, etc. En otros casos, ya es una cuestión donde seguramente la oferta y la demanda dominan la fijación del precio y las expectativas que se generan en torno a las cantidades disponibles.
Siempre hay atributos que las empresas valoran tales como la diferenciación de una determinada zona, viñedos, trabajos culturales, costos de producción, etc, teniendo presente a qué productos luego se direccionan los vinos obtenidos. Hay una coherencia o linealidad en ese sentido. La empresa tiene claro a cuánto puede luego vender sus productos.
No podemos perder de vista que las uvas, en definitiva, valen lo que los compradores están dispuestos a pagar por ellas, para poder luego vender sus vinos en el mercado local e internacional. Clara está la fuerte caída de exportación de vinos a granel donde el costo es básicamente el de la uva transformada en vino sumado al costo de elaboración. Estamos fuera de competencia a nivel internacional.
- ¿Hasta cuánto cree que podría aumentarse el vino en góndola?
- El precio en las góndolas, tiene dos limitantes. Por un lado, las cadenas de supermercados sólo aceptan sólo el 4% mensual, hayan o no firmado las empresas acuerdos de precios justos con la Secretaría de Comercio. La otra limitación es una situación de consumo. En nuestro país estamos en un contexto en el que los consumidores pierden poder adquisitivo y los incrementos atentan contra el volumen de ventas. En la medida que suben los precios, disminuye el volumen de ventas.
En todos los casos, mercado local y exportaciones, estamos en una situación donde no podemos trasladar, a los precios de venta, los incrementos de costos que se vienen dando en la cadena de valor. Las bodegas no sólo pierden rentabilidad sino que no pueden reponer lo que venden.
Desafíos vitivinícolas del 2023
- Cambiando de tema, ¿cuáles son los principales desafíos a mediano plazo?
- En lo inmediato, tenemos un desafío enorme que es realizar la cosecha 2023, luego de los temas climáticos por todos conocidos, sumados a la escases hídrica y las dificultades de financiamiento que suelen existir al momento de la cosecha. El tema del agua para riego es una situación que nos preocupa en todas las zonas vitivinícolas. Necesitamos que el vino sea excluido del 4% de incremento máximo de precios que hoy aceptan las cadenas. Con esa pauta no podemos compensar los mayores costos en general ni de la industria del vino en particular.
Por otra parte, las cuestiones que tienen que ver con hacer más competitivos nuestros productos para poder comercializarlos en los mercados internacionales. Quita de retenciones y acuerdos bilaterales son los puntos más fuertes. La competitividad y productividad también están vinculadas con las inversiones. En la vitivinicultura estamos viendo una disminución en las inversiones, una escasa renovación de activos originada fundamentalmente por la baja en la rentabilidad de las empresas.
Necesitamos solucionar los problemas de pagos al exterior, tanto para importar como para pagar servicios. Venimos haciendo enormes esfuerzos de gestión en éste sentido. Desde el punto de vista del consumo, asoman restricciones con la nueva ley de tolerancia cero y proyectos que afectan a la publicidad.
- Después de un gran 2020, las exportaciones han caído en 2021 y 2022. ¿Cómo se puede revertir esto?
- El mundo del vino es muy competitivo a nivel internacional. Si bien se habla de una inflación en el mundo, no necesariamente ocurre en las góndolas de vinos y se hace muy difícil para las bodegas argentinas recomponer precios. La baja de las exportaciones de vinos embotellados, claramente responde a esta situación. Ingresar y posicionarse en un mercado de marcas lleva mucho tiempo e inversión. Es lamentable perder un mercado y, por ahora, los productos de los segmentos inferiores suelen compensarse en una cartera de negocios que cubra segmentos más altos, pero eso es limitado y por muy poco tiempo. Una vez que se pierde un mercado, se hace muy difícil recuperarlo.
- ¿Insistirán este año con la rebaja a las retenciones?
- Insistiremos con todas las acciones que puedan darle competitividad a nuestros productos de forma permanente a nivel internacional. Las retenciones, por la ley que las originó, no aplican para productos de alto valor agregado, de economías regionales. No corresponde que las tengamos y eliminarlas definitivamente sería muy buena medida para nuestra industria.
Perfil de Milton Kuret
Con 59 años, actualmente Kuret es director ejecutivo de la cámara Bodegas de Argentina, cargo que ocupa desde principios de 2021. Recibido como ingeniero civil en la Universidad Nacional de Cuyo, también realizó posgrados en Aden Business School y en la Universiad Francisco de Vitoria (España).
Antes de su actual cargo, fue director de operaciones en Bodega Nieto Senetiner. Previamente, había ocupado distintos cargos en Bodegas Santa Ana, como gerente de logística y distribución y jefe de compras.
