Los miembros del Consejo Asesor del Banco de Vinos mantienen diferentes posturas en cuanto a la conveniencia o no de que la entidad intervenga en el mercado. Ya hay más de cinco meses de stock vínico, lo que habilita la posibilidad de intervención, pero la cuenta es “muy finita”, y por ahora, se ha decidido pasar a un cuarto intermedio con el objetivo de analizar todas las variables en danza.
Con un stock que ronda los 5,2 meses, el Banco de Vinos ya está habilitado por ley para poder intervenir (requiere de un mínimo de 5). En términos generales, la intervención es proponer a bodegas y elaboradores que inmovilicen sus vinos a cambio de una renta financiera.
El Consejo Asesor de la entidad está integrado por 14 representantes vitivinícolas, desde Cámaras departamentales hasta asociaciones de viñateros y entidades bodegueras. En su última reunión, el 28 de julio, una parte abogó por la intervención, otra pidió esperar y una tercera parte no definió su postura.
Alfredo Aciar, director ejecutivo del Banco de Vinos, explicó que ante la falta de una mayoría clara, se pidió un cuarto intermedio de hasta 30 días para revisar la situación.
La primera duda es que el stock es de sólo 5,2 meses y esas dos décimas representan unos 21 millones de litros, un volumen escaso dentro de una masa de 1.600 millones de litros. Por otro lado, algunos consejeros estiman que “el mercado está fluyendo bien”, con compra y venta de vino y con posibilidad de subas de precio. A eso se suman las expectativas por las cosechas europeas (en un año con fuertes heladas) que podrían incrementar la exportación.
“Pronto saldrán las estadísticas de las exportaciones de julio y a fin de mes se conocerán los despachos a consumo interno de julio. Con esos datos, volveremos a hacer la ecuación para ver cuánto da el stock, si aumenta o disminuye”, detalla Aciar.
Vale aclarar que el consejo es un órgano de asesoría y que la definición la toma el Poder Ejecutivo, pero, por ser la primera vez que se puede intervenir, está la voluntad de que sea una decisión acompañada por la mayoría de los representantes.
Señales del segundo semestre
En el INV confirmaron una proyección de 3,6 meses de stock, que con la inclusión de la guarda ronda en 5,2 meses. Martín Hinojosa, presidente del INV, entiende que para definir la intervención es “fundamental seguir atentamente el comportamiento de las ventas, dentro y fuera de Argentina”.
El presidente del INV considera que el stock técnico está en equilibrio y por eso hay que ser cauteloso a la hora de activar el Banco de Vinos. En ese sentido, sugiere escuchar a todos los integrantes del consejo y actores de la industria, así como trabajar en la comercialización.
Para Hinojosa, si bien en el primer semestre se redujeron volúmenes en despachos y exportaciones, en el segundo podría haber recuperación: “En el hemisferio norte han ocurrido, por un lado, heladas en zonas vitivinícolas que pueden afectar las cosechas y, por otro, disputas comerciales entre China y Australia que pueden generar oportunidades para nuestros vinos”.
Desde el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, integrante del Banco de Vinos, su gerente, Mauro Sosa, señaló que hay diferentes opiniones respecto de la utilidad de esta herramienta y recordó el antecedente del Fondo de Estabilización de Stock vínico en 2015, que no prosperó. “No nos preocupa la intervención de los gobiernos en tanto y en cuanto se haga en tiempo y en forma, en la oportunidad y en la conveniencia para el conjunto de la actividad”, apuntó.
Sosa entiende que es positivo que el INV esté trabajando con el gobierno para conocer sus existencias y proyecciones, porque, “sin esa información, se pierde un análisis realista de la situación”.
¿Conviene activarlo ahora?
En la mirada de Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas), esta entidad es una herramienta que puede asegurar un precio competitivo para el vino y ya podría actuar por haberse superado los 5 meses de stock. Si bien el margen es escaso, eso también sería una oportunidad positiva, ya que permitiría dar una señal y preparar el mecanismo de funcionamiento.
“Creemos que sería conveniente que intervenga, porque es un volumen no muy grande y, a la vez, sirve para dar un mensaje al mercado. Se puede aprovechar para ir aceitando los mecanismos de aplicación del Banco de Vinos”, opinó el subgerente de Acovi.
Por su parte, Gabriela Lizana, presidente de Aproem, opinó que la intervención de la entidad no debe perder su foco en equilibrar los stocks. “El problema es que en la industria muchas veces se confunden los espacios y esto comienza a desvirtuar el objetivo de su creación. Ojalá el Banco de Vinos sea lo que debe ser, una herramienta destinada a buscar los equilibrios de stocks. El mercado de vinos, altamente concentrado y con jugadores que se hacen cada vez más fuertes, empezará a ser difícil incluso para algunos grandes”, comentó.