En el marco de la Ley 9.133 de contratos de compra y venta de productos agrícolas, por cada agroindustria se debe plantear una “Mesa de Concertación” entre productores e industriales. Dos de esas mesas ya se realizaron en octubre sin un acuerdo de precios (durazno y ajo), mientras que otras nueve esperan su momento.
“Nosotros juntamos a las dos partes, productores e industriales, y proponemos que dialoguen sobre temas en los que crean que se tienen que poner de acuerdo”, sintetizó José Cortez, director de Fiscalización y Control de la provincia, autoridad de aplicación de la norma. Si bien lo ideal es que allí se definan precios de referencia, durante el año pasado eso casi no ocurrió y en general después se pagaron precios mayores a los propuestos.
La fecha de cada mesa es de un mes previo a la cosecha de cada producto, aunque, explica el funcionario, el año pasado el sector del durazno pidió adelantar la fecha. Cortez agregó que un aspecto positivo es que son una reunión anual con un límite de duración, y eso “obliga” a las partes a definir una postura en un tiempo determinado. Vale aclarar que también se puede postergar el inicio y pedir cuartos intermedios.
En el caso del durazno, con reunión el 12 de octubre, el director de Fiscalización y Control comentó que no se llegó a un acuerdo de precios de referencia, pero las partes concordaron en “trabajar para establecer algún porcentaje de participación de los eslabones en el costo y el beneficio del producto final”. Al ser un producto destinado mayormente a consumo interno, la situación dependerá de cómo avance el mercado local.
En la visión de Arturo Giaquinta, productor de durazno referente, octubre era “muy pronto” para hacer la mesa de concertación: “Tenemos que ver el impacto de las heladas. En setiembre, provocaron mucho daño en el Valle de Uco. Habrá menos producción que el año pasado”. De ese modo, Giaquinta entiende que bajará la producción y, por ende, aumentará el valor del producto que quede disponible.
Por otra parte, Leandro Roldán, gerente de la Cámara de la Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), cree que la mesa tiene poco sentido porque ya existe otra instancia, la Federación Plan Estratégico de Durazno para Industria (Fepedi) donde, desde 2006, productores e industriales trabajan sobre temas estratégicos del sector y se elaboran proyectos.
“No es el momento para fijar precios. No se sabe la cantidad de producción, la calidad de la cosecha, el valor de los nuevos insumos a precio dólar. Con esa incertidumbre, no se puede hablar de precios”, afirmó Roldán. Sí hablaron sobre temas más generales como la falta de financiamiento, costos internos e incertidumbre con políticas macroeconómicas.
Las dudas del ajo
Este año es la primera vez que se planteó una mesa para el ajo (se pretende lo mismo para cereza y papa). El inicio fue el 14 de octubre y finalizó el 29 de ese mes. Al igual que con durazno, no se llegó a un precio de referencia en el ajo, especialmente porque el valor depende del mercado externo y hay dudas sobre las ventas a Brasil y Taiwán.
Cortez detalló que la reunión sirvió para trabajar en mecanismos que hagan sustentable el negocio a largo plazo, más allá de las circunstancias de cada cosecha ya que el precio del ajo es volátil y lo marca el mercado internacional.
“Si el mercado cobra una caja a U$S 11 y a nosotros hacerla nos sale U$S 10, nos queda 1 dólar para repartir entre todos. Indudablemente, la rentabilidad de todos va a estar al borde y, en algunos casos, puede ser negativa. Si todo el sector no tiene una mirada estratégica, va a ser difícil sostenerse”, comentó el director de Fiscalización y Control.
Guillermo San Martín, coordinador general de Asocamen (Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza) celebra que en una misma mesa se hayan podido reunir empacadores, exportadores y productores integrados y no integrados. También participó la Sociedad Rural del Valle de Uco con varios productores.
Para el coordinador general de Asocamen fue una reunión positiva: “Pudimos explicar y poner en conocimiento a los productores sobre el panorama internacional. Dimos a conocer un poco la situación de nuestros competidores, España, China y Brasil, que influyen en las condiciones actuales”.
San Martín remarcó que “es prácticamente imposible marcar un precio por el mercado internacional, además, a nivel interno, el dólar y la situación económica generan mucha incertidumbre”. Sí se consensuó analizar la estructura de costo de la cadena, desde la parte comercial del destino hasta la parte local de la producción, y continuarán trabajando en el marco del Fondo de Integración para el Desarrollo del Ajo (FIDA).
Los productos que quedan
El cronograma establece que, después de durazno y ajo, continúa la mesa de Cereza el 11 de noviembre, mes cuando en el día 30 estará la mesa del tomate. A fin de año, el 1 de diciembre estará la mesa de papa (a confirmar). Las reuniones de 2022 empezarán el 10 de enero con la mesa de ciruela y el 13 de ese mes serán las mesas de pera y manzana.
Durante febrero, el 17 se realizará la mesa de uva para mosto, mientras que el 22 de febrero será la de uva para vinificar. La última mesa de la temporada es para la aceituna, con fecha el 3 de marzo.
El espacio para la conformación y funcionamiento de la “Mesa de Concertación” es el Mendoza TIC - Parque Tecnológico (calle Rafael Cubillos 2056, Godoy Cruz). Las excepciones serán las mesas de la uva que se desarrollarán en La Enoteca (calle Peltier 611, Ciudad) y la mesa de la ciruela que será en General Alvear.