Desde hace años, el río Mendoza ya no llega con agua hasta el secano lavallino. Los productores caprinos dependen exclusivamente de las lluvias para que crezcan las pasturas que comen los animales. Cuando no llueve en invierno, la situación se complica. Esta temporada, están evaluando opciones y han solicitado ayuda a distintos organismos porque temen perder la producción.
Leandro Celani, quien tiene un emprendimiento de elaboración de quesos de cabra, cuenta que, si bien están avanzando en un proyecto de un tambo propio en Santa Rosa, los principales proveedores de la leche que utilizan son unos 12 a 15 productores caprinos de Asunción, en Lavalle.
Sin embargo, por la falta de agua para el ganado y la poca disponibilidad de pasturas, la escasa leche que las cabras producen la deben destinar a alimentar los cabritos. Y, aun así, no saben si llegarán a las Fiestas de Fin de Año con el peso suficiente para poder vender los animales, que es el momento de mayor demanda de carne de chivito.
Celani comentó que el sábado tuvieron la reunión que suelen tener para acordar los precios, pero que ni siquiera hablaron de ese tema porque la preocupación es cómo salvar los animales. Es que, en otras zonas de la provincia, como San Carlos o Malargüe, algunos productores pueden llevar las cabras a la montaña, para la veranada, y aprovechar las pasturas a mayor altura, pero en Lavalle dependen de lo que hay en el secano.
Cuando no llueve en el invierno, detalla, las lluvias de primavera y verano son absorbidas rápidamente por el suelo seco y no lo pueden aprovechar las plantas. Además, las heladas también afectaron la floración de la vegetación nativa y esto ha provocado que la oferta de alimento sea muy escasa.
“Los años de sequía constante, con lluvias inexistentes en épocas invernales y escasas durante las primaveras y veranos, han ido haciendo estragos en los productores de la zona: animales con condiciones corporales despreciables y bajísima producción, sumado a numerosos abortos y muertes de madres, o grandes dificultades para alimentar a las crías lactantes por la escasa producción láctea”, plantearon desde Capra Bianca en las redes sociales.
Además de haber pedido asistencia a distintos organismos, los productores están analizando la posibilidad de conseguir en conjunto un terreno con derecho a riego -en comodato o en alquiler-, para poder cultivar forraje. Pero como Celani tiene contacto con otros elaboradores de quesos de cabra en el país y el mundo, también le han comentado que una opción es alimentar los cabritos con leche en polvo, pero, al igual que con el alimento comprado, son alternativas costosas.
Pese a eso, no sólo está preocupado por la situación de los productores, sino porque en la fábrica, ubicada en Godoy Cruz, no cuentan con stock de productos y las Fiestas también son una época de fuerte demanda de queso de cabra, por lo que esperan poder conseguir materia prima pronto para poder responder a los clientes.