Las cartas ya están la mesa. Con los datos del pronóstico del INV en mano: la cosecha total prevista de uvas para la Argentina se prevé en 19.323.000 quintales lo que implica una disminución del 6,39% respecto de la cosecha 2020, que fuera de 20.557.455, es decir, estamos frente a una de las cosechas más bajas de década. Pero aún con estos números en mano, cámaras principalmente del Valle de Uco reclaman ponerle un precio base al kilo de malbec, de donde salen los vinos top de Argentina. Una luz amarilla, al menos. Es que por lo general la ayuda del Estado está enfocada en zona Este y principalmente tiene como objetivo la uva con destino a mosto, con el doble propósito de poner un precio atractivo para lograr que el productor diversifique a lo que se suma que esto marca la pauta para el piso del resto de las uvas en el mercado de traslado.
Cuáles son las causas por las que hay necesidad de tener un precio sostén para la uva insignia de Mendoza y la punta de lanza de nuestras ventas en el exterior. Lo cierto es que aún cuando se trata de un producto con demanda, los productores no siempre reciben un valor justo por lo que entregan.
Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, en dólares, el precio del kilo del malbec en 2013 se ubicaba en u$s0,44, bajó en 2014 y 2015 para ubicarse en u$s0,33, mientras que levantó, junto con la escazes que trajo la peor cosecha en 50 años, en 2016 a u$s0,78, llegando a su pico de u$s 1,22 en 2017 y bajando nuevamente a u$s0,74 en 2018.
De allí en adelante el valor de este varietal ha sido errático. En 2019 se pago $19,37 el kilo, un valor nominal menor al de 2018 y en 2020 $24 el kilo.
Por lo tanto, este año tanto desde Valle de Uco como desde otro lugares, ya se planteó buscarle un piso.
El gobierno de Mendoza en su operatoria de anticipo de cosecha en donde incluye al malbec asegura que el precio de referencia de esta uva es de $40 el kilo para la zona noroeste, $50 para la primera zona y Sur y de $65 para el Valle de Uco.
Los industriales dudan de que se lleguen a estos precios y esperarán a que la cosecha esté promediando. Al margen de la situación coyuntural, lo que resta preguntarse es cómo un producto con demanda y de calidad no tiene un precio justo en el mercado y se debe pedir intervención del Estado. Otra mala señal al mercado.
