Apenas comenzó la cuarentena, la agricultura fue declarada un servicio esencial. Pero parece que San Luis ha decidido hacer oídos sordos a esa normativa. Sistemáticamente y durante 6 meses el gobierno de esa provincia, mediante un comité de crisis, ha hecho inviable cualquier esfuerzo para poner orden a una situación que ya fue normada desde la Nación. Los límites interprovinciales se convirtieron en fronteras y, para evitar cualquier tipo de filtración, además bloqueó los caminos de tierra con zanjas. Entrar a un campo no es viable.
La agricultura es esencial pero la provincia vecina se convirtió “en otro país” y, por supuesto, puso un cepo a la producción.
En Mendoza, más 200 productores se inscribieron en el registro que abrió la Dirección de Ganadería local para tratar de elaborar un protocolo especial para que productores agropecuarios puedan ingresar y egresar de San Luis, sin tener que cumplir la cuarentena de casi un mes a la que se ven obligados ahora (14 días en San Luis y 10 días en Mendoza). A lo que se suma el pago total de unos $17 mil. que es el costo de los dos PCR a los que se obliga al productor.
Los tiempos del campo corren. Varios productores aseguran que los animales se están muriendo por falta de agua y pasturas. Otros quieren vender sus terneros pero no pueden pasar con los animales de un lado a otro. También están los que se dedican al maíz, la soja, verdeos y pasturas para engorde que están perdiendo su posibilidad de trabajar.
Es necesario recordar que el campo es el motor de la economía argentina, la mayor fuente de ingresos de dólares al país. En este contexto de la economía, llama la atención la actitud pasiva de la Nación ante este conflicto, que probablemente por la vía política se podría solucionar.
En lo que va del mes hemos sido testigos de conflictos en todos los límites puntanos, con protestas en Córdoba, La Pampa y Mendoza.
Y ya con los ánimos caldeados por la espera, el martes de 29 de nuevo se juntarán los productores para protestar en cada uno estos puntos, entre ellos, Desaguadero.
Se espera que sea grande. Además, hay varias entidades nacionales que ven con preocupación el conflicto y cómo se pierden oportunidades de diálogo. Por ahora, los límites están con candado.