¿Por qué tensar la cuerda? Esta semana San Luis quedó incomunicada, básicamente por la irracionalidad que mostraron sus dirigentes para negociar una salida al conflicto. Se debería entender que hay que respetar las decisiones nacionales sobre la circulación de los trabajadores esenciales: agricultores y trabajadores de transporte de carga, pero eso no parece estar sucediendo.
A la protesta que se inició con productores ganaderos, el martes, que llevan más de seis meses sin poder ingresar a sus campos, se sumaron los transportistas, que denunciaron ser sistemáticamente “maltratados”. Sólo basta con repasar la historia del mendocino que tuvo un pre infarto en un ruta camino a Balde, que se negaron a atender, lo sacaron del hospital en ambulancia y lo dejaron en Desaguadero.
También esta semana se conoció la historia de un productor local, al que se le está incendiando el campo en San Luis y no puede entrar a su propiedad ni ayudar a los trabajadores que allí están combatiendo fuego.
¿Es otro país? Varios se animan a tejer ideas sobre por qué la posición es tan dura. Al parecer, en San Luis, las rutas son buenas pero el sistema sanitario es deficiente. Los productores, varados en la ruta 7, contaron que dejaron pasar a varios autos con emergencias médicas, que venían a atenderse en nuestro sistema de salud. Al margen del resultado, no hay dudas de que éste era un “dolor” de cabeza totalmente evitable. ¿Cómo? Con un protocolo unificado para el campo que, como todos saben, tiene mucho tránsito interprovincial.
Llama la atención que, tras seis meses de pandemia, aún en Argentina no se encuentren acuerdos para que la producción avance.
Ahora llega otro desafío: el de los trabajadores temporales para levantar las cosechas en Mendoza.
¿Tendrán los productores que salir nuevamente a la calle, para que la Nación, con un poco de muñeca, los ayude a encontrar los acuerdos que las provincias no han podido tender? ¿O se tendrán que levantar tarde las cosechas porque no se logró conseguir la mano de obra necesaria? Esta temporada, el trabajo de todo un año dependerá ya no sólo de factores climáticos y de mercados, sino de la política. En poco tiempo sabremos si está a la altura de las circunstancias.