Esta semana, los referentes más importantes del sector del aceite de oliva de alta gama se reunieron con funcionarios nacionales en Maipú. Allí se anunció que el Instituto Nacional de Vitivinicultura pondrá a disposición sus laboratorios para uso del sector, con el objetivo de ayudarlos a la realización de las certificaciones necesarias para la Denominación de Origen Mendoza Norte.
De concretarse, será una gran noticia para un sector que viene haciendo las cosas muy bien y, además, genera que parte de la matriz productiva se diversifique a otros productos diferentes del vino, pero con igual valor agregado y, por supuesto, generación de marca país.
Ahora, no es la primera vez que se dice que parte de estos productos de gran calidad, no se elaboran con aceitunas mendocinas. Lo cierto es que en todas las campañas, los industriales tienen que “importar” aceitunas de otras provincias para lograr cumplir con sus planes de producción.
La razón: falta de materia prima. Datos difundidos por el sector el viernes sostienen que, por la pérdida de 15.000 de las 20.000 hectáreas que tenía la provincia, las aceitunas aceiteras en Mendoza son un producto escaso. Es que si bien el negocio ha crecido, muchos referentes aseguran que no hay política de promoción de la industria.
Además solicitan financiamiento para invertir en el cultivo de grandes hectáreas de olivos y tecnificar, mediante plantaciones intensivas, riego por goteo, cosecha mecánica y, de esta forma, ser competitivos en el mundo.
A esto se suma que advierten la ausencia de facilidades para las grandes empresas, no sólo para las pymes, ya que se necesita cambiar el rumbo con volumen de producción.
Entonces, el plan que ya lleva 3 años de gestación para poner en marcha una Denominación de Origen Mendoza Norte, que claramente busca certificar la calidad del producto, ¿se puede llevar adelante? Evidentemente sí, pero se necesitan más hectáreas para volver a ser referentes del sector y financiamiento para adaptar los cultivos. No hay forma de crecer si no hay volumen para desarrollar esta clase de proyectos. Además, el sector necesita reglas claras que permitan el desarrollo local, ya que esta industria tiene capacidad, al igual que el vino, de derramar en otros sectores, como lo es el turismo.
