El fantasma de las importaciones de vino sigue al acecho. Es que tras la polémica por el primer envío de durazno chino a Mendoza, del cual se estima que podría existir un segundo envío, ahora se suman los vitivinícolas.
Durante la reunión que hubo esta semana en la enoteca del banco de vinos varios dejaron entrever que, si se confirman las sospechas, los productores de las zonas más productivas de la provincia, sobre la afectación por helada y el rendimiento previsto, la vendimia estaría entre un 20% o 30% por debajo de un año promedio.
Lo cierto es que datos certeros por ahora no se tienen. Desde 2013, bajo la administración de Guillermo García, el INV dejó de brindar el pronóstico de cosecha de diciembre porque generaba “especulación” y se cambió a fines de enero.
Cabe recordar que en aquel momento las críticas sobre la estimación de cosecha que brindaba el organismo eran feroces. De hecho, tras ese cambio esa misma temporada, en 2014 el error en el pronóstico, generó que la pauta diversificadora fuera del 18% lo que eventualmente desató, entre otras variables, una crisis de sobrestock, que se agudizó a principios de 2015.
Desde aquel momento esa previsión desapareció. Al final, ¿quién terminó perdiendo? El productor chico, porque los industriales tienen los medios para obtener información certera sobre sus viñedos. Hoy, la vitivinicultura está en una encrucijada, ya que no cuenta con datos provistos por el INV pero tampoco aún hay datos provinciales sobre la real afectación en los cultivos por la helada de octubre. A esto también hay que sumar un nuevo factor: la falta de disponibilidad de agua, que genera menores rendimientos en los viñedos. Un dato es certero: el año comenzó con el tinto en el mercado de traslado a $8 y hoy está convalidando alrededor de $24. Si la previsión fuera de sobrestock, los precios ya estarían comenzando a deprimirse. Pero aún con esta señal de mercado tan volátil, los negocios se pueden generar. De hecho muchos miran con “hambre” poner en marcha un operativo importación para planchar los valores de cara a la próxima cosecha.
Al fin y al cabo, siempre es importante contar con la información pública, bien construida que permita igualar a productores industriales.