En una oficina de Casa de Gobierno, luego de una visita protocolar al Ministerio de Producción, el empresario japonés Tomohiro Nakada sostiene -traductor mediante- que la inversión que proyecta “no solo fortalecerá el sector agrícola, también generará un impacto positivo en la comunidad en términos de desarrollo y empleo”. El presidente de Salad Cosmo adquirió 600 hectáreas en la colonia Andes con la intención de darles uso agrícola y producir semillas para exportar.
Nakada, pronuncia cada frase con el riguroso ritmo con el que se ejecuta un tambor, pero en su gesto transmite ilusión. Él está revitalizando su relación con la colonia japonesa en General Alvear, a través de un proyecto agrícola ambicioso. Por lo pronto ha invertido U$S 400 mil, pero esta cifra puede multiplicarse en la medida que se avance hacia una próxima siembra.
Con el apoyo del Ministerio de Producción, Nakada ha decidido darle forma a una nueva unidad productiva, que sumará al conglomerado de empresas agroindustriales que administra. “Mendoza, por su clima seco y buena calidad de agua, proveniente de la cordillera, tiene un gran potencial para la producción de semillas hortícolas”, sostiene,
La historia de Nakada (que nació en Gifupara, en 1950) le dio continuidad a la actividad que inició su padre en 1945, Actualmente, lidera una compañía que integran ocho fábricas y una dotación de 1.000 empleados, Aproximadamente factura U$S 1.800 millones anuales y distribuye sus productos tanto en Japón como en los Estados Unidos.
En terrenos de los Andes
La compañía es reconocida por su enfoque en la calidad y en la seguridad alimentaria, en el sector de los productos agrícolas frescos. Pilares, desde los cuales planifica el futuro productivo de las 600 hectáreas en la colonia japonesa. “Evaluamos el nivel de tecnología que implementaremos para la producción, allí también tendremos una idea de la cantidad de personal necesario”.
El trabajo, a cielo abierto, en la colonia Andes, con una rica historia de inmigración, dista mucho de su forma de producción, porque Nakada desarrolla agricultura hidropónica, bajo techo y a salvo del rigor del clima. En Japón, “la producción agrícola es limitada debido a las condiciones climáticas y a la falta de tierras disponibles”, señala.
En su país natal, Nakada implementó tecnologías avanzadas para la producción agrícola, incluyendo ambientes cerrados, controlados y constantes, donde las condiciones climáticas, no interfieren con el cultivo. Este enfoque le ha permitido a Salad Cosmo ofrecer productos seguros, frescos y de alta calidad.
El proyecto en General Alvear se centra en la producción de semillas de hortalizas, incluyendo variedades como “rábano, nabo y brócoli”. Que tienen una demanda creciente en Japón, especialmente los brotes de brócoli, que han ganado popularidad debido a su contenido de sulforafano, sustancia que ha sido vinculada con la prevención del cáncer.
La decisión de Nakada de expandir su negocio a Argentina está en línea con su compromiso de ofrecer productos agrícolas más saludables. “Nuestra filosofía en la fábrica está puesta en el manejos de productos orgánicos principalmente, eso hace que el consumidor tenga una certeza de nuestra calidad”.
Así como su producción se realiza sin uso de fertilizantes químicos, aprovechando recursos naturales como el agua termal de Ena y la sal secada al sol de Mongolia, En Andes, a Nakada lo ilusiona el futuro.
Expectativas locales
Además de los beneficios económicos que este proyecto traerá a General Alvear, Nakada y las autoridades locales confían en que la inversión también contribuirá al desarrollo social. El intendente Alejandro Molero, junto con el ministro de Producción Rodolfo Vargas Arizu y el delegado zonal del Ministerio de Producción Andrés Vavrik, han expresado su apoyo a la iniciativa destacando la capacidad de los productores locales para adaptarse a los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado global.
La historia de Salad Cosmo no se limita a Japón. En 1998, Nakada expandió su negocio a los Estados Unidos, fundando Salad Cosmo USA Corp. en Dixon, California. La empresa ha mantenido su compromiso con los valores familiares, priorizando siempre la calidad y la frescura de sus productos. En California, ha implementado prácticas sostenibles, como el uso de materiales reciclables en sus envases y el reciclaje de aguas residuales para el riego de los campos.
Estos esfuerzos persiguen una reducción del impacto ambiental de su empresa y su enfoque en la economía circular. En definitiva, la inversión de Tomohiro Nakada en General Alvear no solo representa una oportunidad económica, sino también un gesto de gratitud hacia la comunidad que lo acogió hace 25 años. Nakada está listo para convertir este proyecto en un ejemplo de éxito y sostenibilidad, tanto para Mendoza como para el mercado global.