Desde Mendoza hasta Buenos Aires, pasando por Salta y San Juan, varios enólogos coinciden en que la cosecha actual es de una gran calidad aun cuando la cantidad sea menor al año pasado. Los análisis de blancos dan resultados positivos y se espera ahora la etapa fuerte de los tintos.
Tres de estos enólogos son Sergio Casé, de bodegas Trapiche (Mendoza) y Costa & Pampa (Mar del Plata); Alejandro Pepa, de bodega El Esteco (Cafayate, Salta); y Eduardo Casademont, de bodega Finca Las Moras (San Juan). Los tres coincidieron en que algunas variedades estaban con una maduración más lenta, pero que aún así se había acelerado la cosecha de blancas, posiblemente por la falta de stock y la necesidad de las bodegas de comprar materia prima antes de que el productor la vendiera a otro competidor. En Mendoza, también se sumó el efecto de las altas lluvias de febrero.
Hablando de Mendoza, Sergio Casé comentó que este año se estaban cumpliendo maduraciones normales y recordó que la helada de octubre hizo perder un volumen importante en la zona Este. Sin embargo, hay buenas expectativas en varietales de alta gama en el Valle de Uco, como Pinot Noir.
“Estamos teniendo un Sauvignon muy expresivo. Recién arrancamos con algunas parcelas de Malbec, históricamente en el Valle de Uco entran temprano. Son suelos pedregosos con poca producción por planta y eso ayuda a que maduren más rápido. Es bueno porque la mejor uva entra cuando la bodega está con espacio, no al final de la vendimia con el establecimiento a punto de desbordar”, detalló el enólogo de Trapiche.
En cuanto a los vinos de Mar del Plata, Casé comentó que sus viñedos en Chapadmalal están ubicados en las lomas de la estancia para drenar el excedente de las intensas lluvias. “El año pasado las plantas dieron entre 2.500 y 3.000 kilos por hectárea. Este año vamos a tener más cantidad, con linda calidad, con frescura y un mejor manejo en términos de fermentación. Ya cosechamos Chardonnay y Pinot Noir, ahora estamos con el ingreso de otras variedades”.
Desde Cafayate, Alejandro Pepa remarcó las buenas condiciones climáticas de la temporada: desde un invierno con muchas horas de frío y una primavera sin incidencias. Si bien la cosecha empezó más lenta con las uvas de espumantes el 21 de enero (el año pasado empezó el 10), han ido ganando ritmo con el tiempo, aunque manteniendo el cuidado por las propiedades de la uva.
“Los vinos vienen muy bonitos en colores y acidez, es un año súper sorprendente en colores. No nos gusta anticiparnos, pero viendo estas condiciones y esto que está saliendo, creo que es una cosecha que está dando mucha expectativa. Tiene que terminar de fermentar, pero creo que va a ser una cosecha excepcional”, comentó Pepa mientras presentaba algunas muestras.
En cuanto a San Juan, Eduardo Casademont coincidió con Pepa en las buenas condiciones climáticas. Por un lado, la madurez de la uva se ha atrasado respecto del año pasado, pero, por el otro, muchos productores han querido vender la uva “lo más pronto posible” y, como la estimación de cosecha es menor, han logrado venderla.
El enólogo de Finca Las Moras analizó: “Hay muy buena sanidad en la uva, con un nivel de madurez medio. Estamos teniendo una uva bastante equilibrada en cuanto a la relación azúcar-acidez. Hemos terminado la elaboración de los vinos blancos varietales, con buena intensidad, vinos frescos y frutados. En tintas, hemos empezado a ingresar a un ritmo pausado, básicamente los Syrah, que es la variedad más importante en San Juan”.
El Este mendocino
Si se pone la lupa sobre el Este local, un especialista es Hugo Zamora, enólogo que trabaja en diez bodegas desde San Martín hasta La Paz. “Por la cantidad de lluvia tuvimos que anticipar la corta de uva, para no tener problemas de podredumbre o botritis. Ingresamos uva con menos azúcar pero igual tendremos vinos blancos elegantes, con buenos aromas, bien frutados y buen equilibrio ácido. Muchas veces el buen equilibrio en nuestra región cuesta”, señala Zamora.
Un aspecto que se reitera en el Este es el daño de la Lobesia Botrana o polilla de la vid, que ha dañado muchos racimos: el insecto hace granitos en la superficie del fruto, y eso con la humedad se transforma en podredumbre. Lo mismo ocurre con las fisuras o daños que hace la piedra y que se tienen que tratar a tiempo. Otro punto son los ataques de peronóspora, por la humedad y por la imposibilidad de muchos productores de curar nuevamente los viñedos en diciembre.
“Los enólogos tenemos que quebrar el brazo a la naturaleza ayudando a los viñedos con sus dificultades. Es mejor levantar una uva que no esté madura totalmente pero que no venga podrida. Tendremos vinos jóvenes con menos alcohol y menos taninos, pero es mejor eso que perder la producción”, apunta Zamora.
Un brindis por los espumantes
Al inicio de la cosecha se destacan las uvas blancas con destino a espumante como Chardonnay o Sauvignon Blanc, y especialistas en el sector destacan una gran recolección este año. Fernando Puliti, jefe de Fincas de Bodega Norton, comenta que este enero fue más fresco que el mismo mes de 2020 y ha permitido una madurez más lenta, con menor acumulación de azúcar y una acidez muy buena.
“El año pasado, el azúcar empezó a crecer de forma importante y se consumieron las acideces más rápido, pero este año tenemos uva con menos graduación alcohólica y una acidez más alta. Otros años no te daba el tiempo. Se pasaba de grado y caía la acidez, pero este año fue impecable, la uva entró con una madurez espectacular para espumantes y vinos blancos”, detalla este ingeniero agrónomo de Norton.
Además, Puliti destaca que los días frescos ayudarán a que se destaquen los aromas: “En el tema espumantes vamos a tener un gran año. Las temperaturas frescas en enero han hecho que los aromas no se ‘quemen’ tan rápido. Las expresiones aromáticas de Sauvignon Blanc y otras variedades están excelentes y se van a sostener mucho mejor que en años cálidos como 2020”.
Silvio Alberto, gerente de Enología y Agronomía de Bodegas Bianchi, considera que la calidad de la uva este año ha sido “excepcional, con una sanidad excelente, buena acidez y con mucha fruta, la cosecha ha sido impecable”. Si bien se cosechó alrededor de un 20 % menos por la helada de octubre y para vinos blancos debieron cosechar antes por temor al clima, cree que el consumidor podrá disfrutar de una buena calidad con menos alcohol.
“Para los espumantes no tuvimos problema. Se cosechan antes porque, como los tenés que someter a una segunda fermentación, deben tener menos grado de azúcar. Usamos Chardonnay y Pinot Noir. Empezamos la cosecha la última semana de enero y vamos hasta mediados de febrero, por eso se salvó un poco de las lluvias. Las dos variedades han tenido una calidad impecable”, señala el especialista de Bodegas Bianchi.
En cuanto a diferencias con 2020, Alberto nota que esta temporada fue más fría que la anterior, lo que promueve más frescura, fruta y acidez respecto del año pasado: “Estas uvas van a permitir una mayor expresión que en la cosecha 2020. Para un espumante ha sido una muy buena cosecha”.