La atadura de la vid es una práctica que comenzó a utilizarse sobre el sistema de poda Guyot o mixta. Un elemento Guyot está conformado por un cargador y su respectivo pitón. A partir de ahí, pueden encontrarse distintas situaciones de acuerdo al vigor y capacidad de las plantas podadas: plantas con Guyot simple, que poseen solamente un cargador y un pitón; Guyot doble, con dos cargadores y dos pitones; e incluso en plantas más vigorosas, Guyot triple y Guyot cuádruple, este último generalmente en dos pisos.
El cargador, al ser un elemento largo que puede contener de 4 hasta incluso 12 yemas, y que justamente es el que cargará la fruta del siguiente ciclo, debe sujetarse firmemente al alambre del viñedo a fin de que el peso de la fruta que desarrolle a partir de sus brotes sea soportado mayormente sobre dicho alambre. Esto evitará el quiebre o desgajo del cargador, con la consecuente pérdida parcial o total de su fruta.
La operación de atar, que a simple vista parece muy sencilla y rápida, es la culminación de las podas Guyot, y una atadura mal realizada puede arruinar una poda bien hecha. Lo ideal sería que la efectúe el mismo podador, que entenderá bien la ubicación espacial de los cargadores que dejó al podar la planta, aunque esto suele ser poco frecuente.
Entonces, la persona que lleve a cabo dicha tarea debería saber podar o al menos tener nociones mínimas sobre poda y hábito de brotación de la vid. De esta manera se logrará una correcta distribución espacial de los cargadores, con curvaturas adecuadas, evitando torsiones excesivas o incluso quebraduras, lo cual no solamente disminuirá la cantidad de fruta sino que también puede llegar a alterar el balance vegetativo/productivo de la planta.
Clasificación y uso
Atadura Guyot: El cargador es enrollado una vuelta alrededor del alambre y es atado solamente en su extremo. En este tipo de atadura debe evitarse enrollar varias veces el cargador alrededor del alambre, ya que esto puede provocar una disminución en la brotación de las yemas si varias de éstas quedan oprimidas entre el cargador y el alambre. Además, al estar muy enrollados, su remoción será más difícil en la poda del siguiente año.
Atadura Bordelesa: También denominada atadura en arco, la misma consiste en realizar una leve torsión y arqueado en los cardadores atándolos en las zonas basal y apical, a fin de que el arco quede bien formado y firme al alambre que será el que soporte el peso de su fruta. Si bien esta atadura es más costosa que la anterior (requiere un poco más de mano de obra debido al arqueado cuidadoso de los cargadores y a la doble atadura, ocupándose además el doble de totora o cinta viñata) es más efectiva tanto en porcentaje de brotación como en uniformidad de crecimiento y desarrollo de los brotes, especialmente en variedades con marcada acrotonía, como el caso de cabernet sauvignon.
Se denomina acrotonía al adelanto en la brotación que presentan las yemas situadas en la zona apical del sarmiento, respecto de las ubicadas en los tramos medios e inferiores. Es decir, la tendencia que poseen los cargadores de algunas variedades a brotar marcadamente en las puntas. En este caso, las yemas del extremo apical brotan precozmente desarrollando brotes más vigorosos que las del medio y basales, las cuales presentan una brotación retardada y un crecimiento de brote más débil y heterogéneo.
El efecto inhibidor de las yemas apicales es más fuerte sobre las yemas adyacentes y va disminuyendo desde el ápice hacia la base del cargador, por lo que la zona media suele ser la más afectada, presentando brotes más débiles o incluso yemas sin brotar.
La acrotonía es una propiedad fisiológica de la vid relacionada con su estado de liana, ya que al ser favorecido el crecimiento en el extremo de los sarmientos, la planta en su estado natural puede trepar rápidamente por los árboles y alcanzar zonas luminosas. No obstante, es propia de cada variedad, siendo más acentuada en algunas que en otras.
Los cargadores atados a 45º (atadura Cazenave-Marcón) o doblados a 90º y enrollados paralelamente al alambre (atadura Guyot), suelen presentar brotaciones irregulares, con menor porcentaje de yemas brotadas y longitudes de brotes mayores en las zonas apical y basal de los mismos. En cambio, los cargadores que son atados de manera arqueada (atadura Bordelesa), tienen una brotación más homogénea, con mayor porcentaje de yemas brotadas y longitudes de brotes más uniformes entre la base, la parte media y la apical.
Al arquear los cargadores, los tejidos de conducción son sometidos a una tensión mecánica que provoca la disminución del calibre de los vasos conductores y un leve quiebre en algunos. Esto causa una disminución en la velocidad de circulación de la savia hacia las yemas apicales, distribuyéndose mejor a lo largo de todo el cargador, permitiendo un desarrollo de la brotación más homogéneo, lo cual influye directamente en la cantidad y calidad de la fruta que cargarán.
* El texto fue escrito por Gustavo A. Aliquó, técnico de la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza del INTA.