En este marco de cambios constantes, el vínculo de representación que une a las y los dirigentes políticos con la ciudadanía está atravesando procesos de mutación que se manifiestan en una sensación de crisis, distanciamiento, descreimiento y frustración. Esto resulta en una progresiva desafección política por parte de la ciudadanía que, en tiempos de redes sociales y posverdad, se agrava por nuevas formas de desinformación que corroen la deliberación pública.
Estos fenómenos suponen un doble desafío para la universidad pública. Por un lado, nos exigen reflexionar críticamente para construir conocimiento respecto del destino de nuestra democracia, los modos en los que esta se está degradando y las vías para su revitalización. Por otro lado, nos interpela a profundizar nuestro compromiso democrático, tanto en nuestra tarea institucional como en la docencia, la investigación y la extensión.
Para enfrentar estos desafíos, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, junto a las demás unidades académicas, procura la formación de gestores públicos comprometidos y analistas críticos capaces de aportar al desarrollo de procesos políticos transparentes que mejoren la calidad democrática.
En medio de un año electoral, queremos contribuir al fortalecimiento de la deliberación pública para fomentar la participación informada de cara a la renovación de autoridades. La información de los ciudadanos y las ciudadanas es vital para la toma de decisiones y para fortalecer el grado de representatividad de aquellos que resulten electos. Por ello, desde la UNCUYO queremos transformarnos en un actor clave no solo para el afianzamiento de la democracia y el control ciudadano, sino también para la formulación de políticas públicas capaces de mejorar la calidad de vida de los mendocinos y las mendocinas.
En esa construcción nos esforzamos día a día como parte de nuestro compromiso social con la comunidad.