Golpe de escena: vuelco de Loeb

El galo, que era líder de la general, dio una vuelta de campana con el Peugeot a 11 kilómetros de la llegada. Al-Attiyah se adjudicó la etapa.

Golpe de escena: vuelco de Loeb

Los Mini están vivos. Nasser Al-Attiyah ganó ayer la octava etapa del Dakar y cortó así el arranque demoledor que tuvo Peugeot en la primera semana. El qatarí le dio el primer triunfo al equipo alemán al ser el más veloz en la especial entre Salta y Belén (Catamarca).

Pero lo que fue alegría de un lado se transformó en desilusión del otro. Es que a 11 kilómetros de finalizar el recorrido cronometrado, el francés Sebastien Loeb (Peugeot) rompió su auto al protagonizar un espectacular vuelco.  A duras penas pudo finalizar la etapa, al tiempo que también cedió la punta de la general y quedó en duda su continuidad en la carrera.

“En un lecho de río seco había un escalón muy grande que no vi y nos dimos una vuelta de campana. No sé si he pecado de codicia, porque no tengo costumbre de conducir en cauces secos. Iba observando todo, pero ese desnivel no lo vi; me habría convenido ir un poco más lento o pasar por otro lado”.

Más adelante, el francés afirmó que “intentábamos seguir las huellas, pero se dispersaban un poco. Algunas iban hacia la derecha, otras hacia la izquierda… y bueno, yo no iba por las correctas. La victoria: imposible. Ya ni pensábamos en llegar al final. Hemos perdido muchísimo tiempo porque tuvimos que cambiar las ruedas y luego la transmisión. Las esperanzas de ganar se han esfumado”.

El Mini se acerca silencioso
Al-Attiyah impuso un ritmo veloz que supo mantener pese a la presión que ejercieron en la segunda mitad de la especial Stéphane Peterhansel y Carlos Sainz, para terminar sumando su primer triunfo de la edición. Empleó un tiempo de 4h12'23'' en 393 kilómetros.

En segundo lugar arribó el Matador, a tan solo 12’’ de Al-Attiyah y tercero lo hizo Monsieur Dakar, a 31’’. Con estos parciales el gran ganador del día terminó siendo Peterhansel, que saltó a lo más alto de la clasificación general y ahora mira a todos desde arriba.

“Fue una etapa muy dura, para nada fácil. Hicimos un buen tiempo al principio de la especial, pero después se complicó en la parte de tierra y era imposible seguir a los buggy. No habrá que cometer errores en las dunas. Voy a darlo todo para ganar este Dakar y tendremos que hacer todo lo que esté en nuestra mano mañana (por hoy) y pasado”, contó el Príncipe qatarí.

“Aún no hemos ganado nada y falta mucho todavía”, había dicho el director de Peugeot, Bruno Famin, como un presagio para lo que vendría. Loeb afuera de la lucha y el triunfo de Al-Attiyah no hicieron más que poner suspenso a una carrera que parecía definida.

Sigue siendo el más destacado
Emiliano Spataro (Renault), el mejor argentino en la general, finalizó 12º en la etapa posterior al día de descanso. Esto le permite mantenerse dentro de los 15 mejores.

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