El discurso de Greta Thunberg en la cumbre climática de la ONU en Nueva York pegó fuerte. La joven activista sueca se enojó con los líderes mundiales por la falta de acciones para cuidar el planeta. Entre otras frases, pidió dejar de tomar aviones, por la huella de carbono que dejan en el mundo.
Ahora, un informe encargado por asesores de cambio climático del Gobierno británico parece darle la razón. Según ese análisis, piden eliminar los programas de canje de millas o de viajero frecuente. El razonamiento es lógico: esos programas incentivan a ganarse pasajes para poder viajar más y, claro, contaminar más. También piden contemplar un impuesto de millas aéreas progresivo para controlar la cantidad de viajes realizados por viajeros frecuentes, sin penalizar a los que sólo lo utilizan una vez por año, por ejemplo para las vacaciones. Los ingresos recaudados por esos gravámenes se invertirían en tecnología de aviación baja en carbono.