Actualmente la vida de Hernán transcurre en un lugar muy tranquilo, en La Cumbre, provincia de Córdoba. Lo primero que hace a la mañana cuando se levanta es mirar desde su ventana la manga de viento para ver si podrá volar o no y en base a eso organiza su día.
El piloto argentino lleva en su haber varios primeros puestos en competencias internacionales y actualmente se ubica en el 2do puesto del Ranking mundial de Parapente Acrobático (2011).
Su vocación se despertó cuando vio por primera vez un parapente en Buenos Aires, lugar donde se crió y vivió hasta mudarse a Córdoba, vio pasar una camioneta con la palabra “parapente” escrita en un costado y la siguió hasta que paró, habló con su conductor y así se enteró de que en las afueras de Buenos Aires había una escuela de de iniciación.
Empezó a tomar clases y se apasionó. Después de realizar prácticas durante varios meses llegó el momento de ir a las montañas y de conocer el verdadero placer de volar lanzándose desde una cumbre -y no enganchado desde un remolque aéreo como lo venía haciendo hasta ese momento en la llanura pampeana-. Eso, fue todo un descubrimiento.
Hubo un antes y un después de volar en las montañas. Por esos días decidió dedicarse a este deporte. Habló con sus padres, dejó el trabajo que tenía, vendió sus bienes, y con el poco dinero que contaba se fue a Córdoba a probar suerte. Durante dos años vivió de los ahorros y, en tanto, se perfeccionó.