Hijos Off-line ¿cómo incentivarlos a la socialización y la actividad física?

Mostrarles que hay un mundo fuera de las pantallas es el gran reto que sólo es posible con padres presentes y capaces de predicar con el ejemplo.

Hijos Off-line ¿cómo incentivarlos a la socialización y la actividad física?

¿Cómo abstraer a los chicos fuera de ese limbo en el que han crecido desde pequeños, plagado de televisores, computadoras, tablets y todo teléfono inteligente que se supera minuto a minuto?

“Artefactos”, “chiches tecnológicos”(dijera la abuela) o dispositivos que desde bebés los mantuvieron “entretenidos”, anestesiados y bien abrigados en una virtualidad en clave “touch”, que los aleja de lo real pero que termina por pasar factura.

¿Acaso se trata de demonizar el mundo tecno, las redes, y todo su abanico de información, comunicación y entretenimiento? Sería utópico y ridículo. En su lugar, buscar el punto medio y la utilidad innegable que ofrece la tecnología pero sin ceder el espacio e interacción con lo real, parecería el panorama ideal. Claro, para eso se necesita que el ejemplo nazca desde el hogar e incentivarlos a explorar el mundo.

Como explica la psicopedagoga Mónica Coronado: "Estamos muy preocupados con los colegas respecto a la exposición cada vez mayor en términos de tiempo e intensidad, de los chicos a las pantallas en edades muy tempranas, y con todo tipo de dispositivos. De hecho es terrible ver cuando los papás dan a sus bebés pantallas táctiles para tranquilizarlos, como si se tratara de un chupete electrónico. Los padres no entienden que terminan generando en el niño un vínculo tan primario y profundo, al darse en esta etapa de su vida, que terminará por perjudicarlo".

La autodisciplina y concientización de los padres, a la hora de restringir el uso de sus propios celulares u otros dispositivos electrónicos delante de los hijos (desde que son bebés), es fundamental para darles el ejemplo y no fomentar esa dependencia.

“Imaginemos qué le pasa a un chico que desde pequeño desea poder hablar o llamar la atención de papá o mamá, mientras ellos responden WhatsApp, llamadas o chequean mails con el teléfono en la mano, como si se tratara de una prótesis. ¿Alguna vez los adultos toman conciencia de lo que van captando los chicos en estas situaciones? Lo que le pasa al menor es que se va a sentir desplazado y terminará también por refugiarse en la pantalla. Los padres tienen que dar el ejemplo y tener reglas”, recalca Coronado.

- ¿Como cuáles?

- Muchos padres aducen: “No puedo dejar el celular o la tablet porque me pueden llegar a contactar si me necesitan”.

Este adelanto lógico que brinda la tecnología con internet, invade la privacidad de las personas, quienes terminan naturalizando el compartir momentos únicos intercalándolos siempre con otros diálogos, respuestas, chats o imágenes. Es como tener mil ventanas virtuales abiertas, mientras se intenta vivir la vida.

Sin embargo, hay gente que logra poner determinadas reglas para poner límites a esta situación. Por ejemplo cuando deciden que el celular en la mesa no tiene cabida, o como cuando se maneja y deciden no atender el dispositivo. Esos comportamientos los chicos los ven y aprehenden.

- Es decir: dar la importancia a cada momento.

- Se trata de brindar prioridad a lo importante. Cuando se comparte por ejemplo el momento de hacer tareas con los hijos, no tiene que haber ningún dispositivo que corte e invada ese rato; tampoco cuando se sale a un parque a socializar y a pasarla bien con ellos. Hay que dejar de estar presos de las pantallas y abstraernos a momentos únicos con ellos porque lo urgente es vivir cada instante de charla, juegos y actividades junto a los hijos.

Es en el ámbito de lo privado en donde se dan las relaciones de afecto, el vínculo y la ternura.

- ¿Qué falencias se empiezan a notar en los chicos a partir de la irrupción de estos dispositivos?

- Con los colegas y docentes notamos mucha pobreza en el repertorio del lenguaje, porque al no existir conversación en su seno íntimo, no hay temas de charla.

También otro asunto importante es el sedentarismo, ya que el tipo de vínculo que ofrece la virtualidad, impone que no puedan mover la atención de la pantalla, algo que restringe el movimiento volviéndolos más sedentarios.

Lo importante es romper con ese estado, ante todo con actividad física, deporte o alternativas sociales para que el chico salga de la casa.

Puede ser desde anotarlos en talleres de grupos de cuentos, teatro, danza, arte, etc. Esto los ayuda mucho a que encuentren estímulos en otros lugares, y puedan generar lazos sociales, fuera de la virtualidad. Pero esta tarea es de los papás.

Incluso aunque se queden en casa, los juegos familiares de mesa, jugar con la pelota o interactuar sin dispositivos o juegos que los incluya, son otras alternativas.

- Es como si los grandes temieran al aburrimiento de los hijos.

- Es así. En realidad los chicos tienen que tener una dosis de aburrimiento necesaria para que desde ellos puedan explorar el mundo que los rodea, y generar situaciones de juego, que los desafíen, y que nada tenga que ver con una pantalla.

La actividad física como invitación a que el niño haga su camino, quizá nos lleve a verlo primero a hacer natación y luego que termine por fascinarle el karate. Es el chico el que debe hacer su propio sendero de búsqueda, con nuestro incentivo. De esa manera va a poder desarrollar su propio nivel de tolerancia a determinadas frustraciones que se vayan dando.

"Hay que romper con el sedentarismo con actividad física, deporte o alternativas sociales para que el chico salga".

La actividad física en familia

“Tener como premisa el valorar y llevar a cabo cualquier tipo de actividad física con los hijos, disfrutando el momento y dejando al margen las pantallas por un buen rato, tiene que ver con predicar con el ejemplo y con el incentivo permanente a hacerlos salir del mundo virtual. Es bueno que los chicos internalicen el ejercicio como un medio que puede practicarse con las personas que los rodean y aman, haciendo que la comunicación y el diálogo sean aún más fluidos y enriquecedores”, argumenta Rodrigo Flores (profesor de educación física de ATP Club, en Godoy Cruz).

- ¿Cómo acercarlos al ejercicio y las actividades de este tipo?

- Los niños son activos. Lo importante es propiciarles el ambiente adecuado para que puedan expresar el movimiento, incentivarlos, desafiarlos, proponerles actividades que tengan como objetivo principal el movimiento.

¿Algunos ejemplos? Que anden en triciclo, bicicleta o patines, que jueguen con pelotas o simplemente que hagan con nosotros caminatas en espacios abiertos. Son actividades ideales para practicar en familia con los más chicos.

Hay que fomentarles el movimiento y generar rutinas para desarrollar hábitos desde que nacen. En nuestra provincia contamos con natatorios y gimnasios especializados desde los primeros meses de vida de los niños. Lo importante es encontrar instalaciones especialmente preparadas en cuanto a seguridad e higiene se refiere, como así también a los profesionales especializados a cargo.

- ¿Y en la etapa escolar?

- En etapa escolar, a partir de los 6 años encontramos una oferta variada de iniciación al deporte. Lo importante en este período es dejar registros positivos sobre la práctica deportiva. En otras palabras evitar la especialización sobre un deporte y ofrecer vivencias entretenidas basadas en juegos, y en el compartir experiencias sobre el movimiento.

No olvidemos que la formación de hábitos es educativa y la actividad física, fuente y garantía de salud. Como papás, los días y horarios establecidos para la práctica de actividades nos facilita la tarea de generar rutinas físicas.

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