Hollywood se rindió definitivamente ante el cine mexicano, que se coronó como gran ganador en la madrugada de ayer de la edición 90 de los Oscar con La forma del agua, del director Guillermo del Toro, en una ceremonia en la que sobresalieron los derechos de las mujeres, los inmigrantes y las minorías.
La cinta de fantasía que cuenta el romance entre una limpiadora muda y un hombre anfibio se llevó cuatro de las 13 estatuillas a las que estaba nominada, entre ellas la de Mejor Película y Mejor Director.
Del Toro se convierte así en el tercer cineasta mexicano que se sitúa en lo más alto tras sus compadres Alfonso Cuarón (Gravedad) y Alejandro González Iñárritu (Birdman y El renacido) en el último lustro.
“Pensé que esto no sucedería nunca pero déjenme decirles que cualquier cosa que se propongan la pueden lograr”, afirmó el mexicano al recibir el Oscar, que se suma al Globo de Oro, el BAFTA y el premio DGA del sindicato de directores de Hollywood. Y es que no hay que olvidar que cuatro de los cinco últimos Oscar en esta categoría han ido para su país.
México también estuvo presente con la cantante Natalia Lafourcade y el actor Gael García Bernal, quienes interpretaron sobre el escenario del Dolby Theatre de Los Angeles la canción Recuérdame.
Esta recibió poco después el Oscar, el segundo para la cinta de Pixar Coco que, enmarcada en el Día de Muertos de México, se llevó además la estatuilla de Mejor Película Animada.
Contra los abusos
Como era de esperar, uno de los temas más abordados de la gala fue el escándalo de acoso sexual que estalló en octubre con el antaño poderoso productor Harvey Weinstein, acabó con su carrera y la de otros grandes nombres de Hollywood y dio lugar a los movimientos #MeToo ("yo también") y Time's Up ("se acabó").
En el ecuador de la noche, las actrices estadounidenses Ashley Judd y Anabella Sciorra, junto a la mexicana Salma Hayek –todas ellas víctimas de Weistein– dieron rostro a la campaña: "Un nuevo camino se abrió. Debemos trabajar juntos para que los próximos 90 años traigan igualdad", dijo ante los miles de asistentes Judd, una de las primeras mujeres en acusar al deshonrado productor.
Por su parte, Sciorra, con un vestido negro con dos flores violeta en la parte frontal que combinaron con el color que usaron Judd y Hayek, reconoció que “el camino hacia adelante es todavía largo”, pero afirmó que “los cimientos están”. Hayek, conmovida, aseguró: “Este es un llamado a la inclusión y a la igualdad”. La ovación de los asistentes no se hizo esperar.
Sin sorpresas
Sin sorpresas, el británico Gary Oldman recogió el Oscar al Mejor Actor por meterse en la piel del ex premier Winston Churchill en el drama bélico Las horas más oscuras, mientras que la estadounidense Frances McDormand protagonizó uno de los discursos más aclamados de la noche al recoger la estatuilla por Tres anuncios por un crimen. La actriz instó a todas las mujeres nominadas a ponerse en pie: “Todas tenemos historias que contar y proyectos que necesitan financiación”, declaró.
La ceremonia estuvo dirigida una vez más por el presentador y comediante Jimmy Kimmel, quien esta vez se aseguró junto a la firma consultora PriceWaterHouseCoopers de no tener una equivocación como la ocurrida el año pasado con el premio a Mejor Película.
Y quienes también repitieron fueron los veteranos actores Warren Beatty y Faye Dunaway, encargados de anunciar nuevamente el galardón más importante de la noche.
Kimmel abrió la gala con un monólogo sobre las campañas #MeToo y Time’s Up, además de una breve alusión a la marcha en contra del uso de armas en el país.
Y rápidamente llegaron los primeros galardones de la noche, que fueron para Sam Rockwell como Mejor Actor de Reparto e Icarus como Mejor Documental.
Tras ellos subieron al escenario llegaron la keniana-mexicana Lupita Nyong’o y el paquistaní Kumail Nanjiani para presentar el Premio a Mejor Diseño de Producción.
Ambos se autodeclararon “soñadores”, inmigrantes indocumentados que llegaron a los Estados Unidos cuando eran niños y que podrían verse obligados a dejar el país por la política del presidente Donald Trump. “Los sueños son la base de Hollywood y los sueños son la base de Estados Unidos”, dijo Nyong'o, y Nanjiani agregó: “A todos los soñadores, los respaldamos”.
Poco después llegó el Oscar a la Mejor Película Extranjera.
Por último, en la que será recordada como la gala de la diversidad, el afroamericano Jordan Peele ganó el Oscar al Mejor Guion Original por la cinta de terror Get Out!, su ópera prima y uno de los fenómenos cinematográficos de 2017.
Peele se convirtió en el primer negro en ganar esta categoría, aunque no pudo coronar su hazaña con el Oscar de Dirección, que ninguno de sus cuatro predecesores lograron hasta la fecha.
Chile hizo historia con un "mendocino" de por medio
El drama transexual Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio (un chileno que nació y vivió sus dos primeros años en Mendoza), hizo historia en la 90 edición de los galardones al llevarse el primer Oscar para Chile en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa.
Era la segunda vez que el país acariciaba la estatuilla tras No, de Pablo Larraín, y el segundo Oscar para el cine chileno después del que se llevó en 2016 el cortometraje de animación Historia de un oso.
Estrenada en la Berlinale de hace un año, donde se llevó el Oso de Plata al Mejor Guión, Una mujer fantástica narra la historia de una joven transexual que, tras perder a su pareja, debe afrontar el duelo enfrentándose además al rechazo y la marginación.
Lelio subió al escenario del Dolby Theatre acompañado de los productores, el mencionado Larraín y el hermano de éste, Juan de Dios. Junto a ellos brillaba la protagonista, Daniela Vega, “la inspiración para la película”, como dijo el cineasta ya con el Oscar en la mano.
Vestida de rosa fucsia, la actriz y cantante chilena hizo además historia, pues se convirtió en la primera transexual que ejercía de presentadora en los 90 años de los Oscar. Lo hizo al introducir la canción "Mistery of Love" (Sufjan Stevens), de la película "Call Me by Your Name".
"Quiero invitarles a abrir su corazón y sus sentimientos y sentir la realidad, sentir el amor. ¿Lo sienten?”, preguntó al público en una gala que se recordará como la del reconocimiento pleno de Hollywood a la diversidad en todas sus facetas.
El director nacido en estas tierras
Con una filmografía de marcado interés por lo femenino, Lelio dejó claro ya desde su primera película, La sagrada familia (2005), su interés por abordar desde una mirada nueva los prejuicios y la hipocresía social.
Tras presentar algunos de sus filmes en Cannes y Locarno, su consagración internacional llegó en 2013, cuando Paulina García levantó el Oso de Plata a la Mejor Actriz de la Berlinale por el aplaudido drama Gloria.
Actualmente, este chileno nacido en Argentina en 1974 y residente en Berlín acaba de filmar el remake hollywoodiense de Gloria, protagonizado esta vez por Julianne Moore.
Este cineasta que enorgullece a Chile y a toda Sudamérica nació en Mendoza, de padre argentino y madre chilena. Sin embargo, los padres se separaron y el niño Sebastián se fue a vivir con su madre a Viña del Mar y su relación con su padre (quien se quedó de este lado) fue muy escasa.
Luego de un tiempo, Sebastián (quien hasta llevó por un tiempo el apellido de la pareja de su madre) recompuso sus relaciones con su papá. Pero a esa altura ya era un chileno más, y así ha dicho que se siente.