El uso de Internet es probablemente la función más elemental de cualquier computadora en la actualidad. Sin la posibilidad de chequear el correo, acceder a la mensajería, ingresar a las redes sociales o enterarnos de las últimas noticias la PC pasa a ser un artefacto muy básico y limitado.
Los navegadores web tienen la característica de haberse convertido en el centro de flujo para todo lo que experimentamos en Internet. Junto a la capacidad de ejecutar aplicaciones directamente desde la red y almacenar miles de datos de formulario y contraseñas empieza a aparecer la necesidad de proteger a este programa tan importante en cualquier máquina.
Pero ¿Qué podemos hacer para resguardar los datos de una aplicación como Chrome o Firefox? Los browsers guardan todas nuestras claves y cualquiera que se siente en la máquina puede obtener acceso no solo a esto sino a todo nuestro historial y preferencias. Esto es un problema muy común en las casas donde una misma compu es compartida entre varias personas y no siempre hay cuentas individuales para cada uno. Por suerte hay formas muy simples de establecer un control de acceso que asegure que solo nosotros abrimos el navegador.