Una vez más, nuestra benemérita señora vicepresidente ha hecho gala de su singular histrionismo, verborragia y soberbia con agravios a los inmigrantes italianos rallando la discriminación.
No es nuevo esto, ya lo sufrió el “abuelito amarrete”, el “pistolero mafioso y extorsionador” como llamó al recientemente fallecido Juez Bonadío, el “soy yo pelotu....” a su lacayo preferido, la triste imagen saludando con cara de odio al Presidente saliente en la ceremonia mas importante de una democracia -el traspaso de mando- sin olvidarnos del “vamos por todo” amenazante.
Hoy los que venimos de ancestros italianos nos sentimos avasallados y dolidos por las palabras ofensivas y humillantes de esta mujer, porque mis abuelos vinieron con una mano atrás y otra adelante, y así murieron, formaron una familia, trabajaron a sol y sombra, criaron a sus hijos y dejaron la impronta que aún nietos y bisnietos llevan adelante con orgullo.
Ellos, nuestros ancestros, hicieron grande este país, junto a miles que llegaron de todo el mundo,y no les hizo falta vivir del Estado a través de un plan social.
Entonces, ante tamaña afrenta, nos damos cuenta que no es ideología, es educación, eso que nos enseñaron nuestros ancestros con “componentes mafiosos”.
Educación que esta señora no tiene. Con todos sus pergaminos, honores y doctorados, es simplemente una mal educada, una persona que no respeta nada, ni las instituciones, las personas o a los muertos siquiera.
En fin, como dijo alguna vez mi abuelo italiano, “qué esperar del burro si no una patada”
Pablo Alfredo Castro Fava
DNI 12.026.292