Hay gente que empieza a estar muy cansada del mundillo de los influencers. Hoteles, restaurantes, balnearios y otros comercios que reciben a diario pedidos de supuestas estrellas del mundo digital que les piden cosas gratis a cambio de "contenido" en sus redes sociales. ¿Les funciona? Parece que sí. Algunos establecimientos creen que vale la pena invitar a una estrella de Instagram, Facebook o Twitter ya que una foto puede ser vista por miles de personas que a la larga pueden convertirse en clientes potenciales.
Pero no todo el mundo lo ve de esta manera. Gianluca Casaccia, de 40 años, es el director y copropietario del White Banana Beach Club. Junto a su mujer, que es de Manila, abrieron este bar de cócteles en la isla de Siargao, en Filipinas. Además del bar, el establecimiento cuenta con dos habitaciones de lujo y un restaurante. Sin olvidar que está ubicado en una playa de aguas cristalinas y la isla atrae a muchos surfers. Esto hace que se convierta en el objetivo de muchos influencers.
Gianluca explicó a The New York Times que casi cada día al abrir la bandeja de entrada de su cuenta de mail se encuentra al menos un mensaje que contiene la frase "soy influencer". Personas que dan por hecho que podrán conseguir alojamiento y comida gratis a cambio de subir una foto a su feed de Instagram o un Story. Según Gianluca, el típico mensaje de un influencer suele ser algo tipo: "Voy a estar por ahí del 25 al 27. Necesitamos tres camas y alojamiento". A cambio, le ofrecen, "contenido".
"Es algo que nos parece una falta de respeto", explica el propietario del establecimiento. Indignado, dice que en muchas ocasiones las personas que dicen ser influencers no superan los 2.000 seguidores. "¿Cómo me vas a ayudar si no eres nadie?", cuestiona Gianluca. Por ello, el pasado 26 de marzo colgó el siguiente mensaje en Facebook:
“Estamos recibiendo muchos mensajes sobre posibles colaboraciones con influencers de Instagram. Nos gustaría aclarar que desde White Banana no estamos interesados en 'colaborar' con estas personas que se proclaman a sí mismas 'influencers'. Les sugerimos que prueben otras formas de comer, beber o dormir de forma gratuita. O que intenten trabajar de verdad”.
El post se hizo viral y en los más de 1.500 comentarios se generó un debate sobre la auténtica labor de los influencers. Por un lado, había algunos que otros usuarios aplaudían las palabras de los propietarios del White Banana. Por otro lado, algunas personas defendían el trabajo que pueden hacer los influencers de cara al marketing y cómo sus fotos pueden ayudar de verdad a los comercios y establecimientos.
Debido al revuelo causado, desde White banana volvieron a publicar un post en la página de Facebook en el que aclaraban que no estaban en contra de los influencers sino de aquellas personas que se quieren aprovechar de la gente.