La insulina es la terapia más poderosa disponible actualmente para tratar la diabetes, pero pese a ello muchos pacientes todavía se rehúsan a utilizarla por los mitos acerca esta hormona, lo que dificulta el control de la enfermedad.
"Mucha gente tiene miedo a usar insulina porque consideran que puede dejarlos ciegos, tienen la creencia que solo la usan quienes están muy graves o simplemente tienen miedo a las inyecciones", señala Ana Segundo, licenciada en Nutrición por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Latinoamérica hay 62 millones de personas con esta enfermedad.
El organismo estima que para 2040 esa cifra llegará a 109 millones de diabéticos en la región. Y, según algunas estimaciones, de los pacientes que utilizan insulina, solo el 25% se adhieren al tratamiento.
La insulina es una hormona que se produce de manera natural "y que ayuda a mantener niveles normales de glucosa en nuestro cuerpo", explicó la especialista.
Agregó que los alimentos se convierten en glucosa y, para que esta entre a las células del cuerpo, necesita de la insulina, la cual, en condiciones normales, es producida por el páncreas.
Pero en la diabetes el cuerpo no es capaz de producir esa insulina de manera eficiente, explicó Ana Segundo, máster en Educación con especialidad en gestión y dirección por la Universidad del Valle de México (UVM).
Existen casos en los que esta situación puede controlarse con medicamentos orales, pero la mayoría de los pacientes deben ser controlados con insulina inyectable.
“Desafortunadamente, algunos mitos han hecho que la gente desconfíe de la insulina y por ello no lleva un control adecuado de la enfermedad”, señaló.
Explicó que esto ha derivado en una saturación de los servicios de salud, pero lo más preocupante es que ocasiona complicaciones agudas, micro y macrovasculares a nivel de ojos, nervios y cerebro.
“El control se debe hacer oportunamente para evitar complicaciones a largo plazo como ceguera, daño renal, males cardíacos, problemas de neuropatía y amputaciones”, remarcó.
La experta, que forma parte de la empresa Becton Dickinson, dijo que se ha demostrado que los pacientes que desde el diagnóstico tienen un mejor control, después de cinco años tienen una mejor expectativa de vida.
“Es por ello que es importante que en los primeros seis meses los pacientes lleguen a sus metas de control, que sus niveles de glucosa y de hemoglobina glucosilada sean los adecuados”, aseveró.
También destacó la importancia de acabar con los mitos.
“Decir que la diabetes nos dejará ciegos no es verdad pues esto solo ocurre cuando se tienen niveles muy altos de glucosa en la sangre y dañando a las células de los ojos hasta poder producir una pérdida de la vista”, aseveró.
Señaló que es importante que los diabéticos sepan que no siempre la aplicación de la insulina es dolorosa.
“La buena noticia es que ya hay dispositivos que tienen agujas muy cortas, hasta de 6 milímetros para jeringa, y para dispositivos tipo pluma de 4 milímetros, que tienen diferentes tecnologías que hace que la inyección sea más cómoda y prácticamente imperceptible”, indicó.
La recomendación es mantenerla en refrigeración pero cinco minutos antes de la aplicación ponerla a temperatura ambiente para evitar que fría provoque ardor.
Del mismo modo, es importante variar las zonas del cuerpo donde se aplique "puede ponerse en el brazo, pierna, abdomen, glúteo. Además de cambiar la aguja en cada aplicación ayudará a no sentir tanto dolor", añadió.
Finalmente, Segundo resaltó la importancia de adherirse al tratamiento, además de mantener una alimentación sana y actividad física constante.
“No podemos vivir sin insulina, es tratamiento que no se debe suceder, dura toda la vida, es una hormona que nos ayuda a poder vivir y un buen tratamiento de la diabetes nos ayuda a tener una buena calidad de vida”, finalizó la especialista.