Al principio, parece un acento seco. Alguien incluso puede tomarlo como falto de cortesía o una cuestión personal. Pero es una idea errada, que no se refleja en la realidad.
En Jamaica, todo ser vivo dice "yeah-man" (se pronuncia "yaman") como una afirmación. La primera a llega ligeramente alargada en una expresión que en patios jamaiquino significa afirmación, que está todo bien.
La isla del Caribe, que es independiente del Reino Unido desde 1962, no sólo ofrece esa amabilidad de su gente. También es la cuna del reggae -Patrimonio de la Humanidad desde 2018-, tiene playas con aguas cálidas y turquesas y una ciudad como Montego Bay, principal atracción turística y sede del Reggae Sumfest, el festival de música más grande del Caribe, que acaba de tener su edición 2019.
The Good Hope Estate es un campo de 809 hectáreas en Falmouth, a sólo 40 minutos en auto de Montego Bay. Desde el siglo XVIII es una finca de producción de caña de azúcar; ahora combina esa actividad con un parque de aventuras, con opciones como kayak, paseos de buggy y en pequeños gomones a través del río Martha Brae.
Elegimos esta última actividad. Chaleco salvavidas y al agua. El paseo es apacible. Se siente el rumor del río mientras nuestras pequeñas embarcaciones van río abajo.
Pasamos por debajo de un viejo puente de piedra, hecho del lastre de barcos coloniales. La mirada se pierde ahí arriba y en los pájaros. En un momento, un banco de agua calma nos invita al chapuzón.
El paseo dura unas dos horas y todos terminamos mojados y felices. Al levantar la vista, se ven unos árboles inmensos, que son la próxima atracción: canopy a través de las copas frondosas en un país verde, lleno de montañas y bosques pluviales.
El final de la excursión, que tiene varias alternativas, es con una cata de ron Appleton Estate, la marca emblema de Jamaica desde 1749. Se explica todo el proceso y los ingredientes básicos: agua, melaza de azúcar morena y levadura. El día termina con ese dulzor en la boca.
La comunidad de viajeros online TripAdvisor organizó un concurso con las mejores playas del Caribe. Siete Millas, de la ciudad de Negril, estuvo entre las cinco primeras en un listado de más de 350.
Al margen de ese premio -bien ganado-, toda la isla ofrece playas espectaculares. En Montego Bay, por ejemplo, el hotel Half Moon tiene poco más de tres kilómetros de arenas blancas y aguas calmas, que invitan al nado placentero y sin tiempo. Ese y otros hoteles ofrecen más actividades complementarias en el agua, como paseos en catamarán a vela, snorkel y paddle surf.
A diferencia de otras playas del Caribe, como Cancún, el sargazo no produjo acá grandes daños.
Platos típicos
La influencia de españoles, británicos y africanos, además de los primeros pobladores araucanos y taínos, conviven en la gastronomía de Jamaica, una de las más deliciosas del Caribe, con el pollo jerk como plato emblema. Está hecho con una salsa que es un claro ejemplo de la mixtura de culturas: pimientos schotch, pimienta, canela y nuez moscada macerados por horas dan un sabor intenso y glorioso.
En Montego Bay, un buen sitio para probar la comida criolla de Jamaica es el restaurante Scotchies. "Ordene en la ventana. Recójalo en la parrilla", dice un cartel. Y se podría agregar: disfrútelo en el comedor al aire libre. El lugar es sencillo y ofrece lo que todos queremos probar: pollo jerk, cerdo a la barbacoa, pescado y una serie de guarniciones deliciosas, como el típico festival, ícono de la comida callejera. Son bollos de harina de maíz fritos y levemente dulces.
Los que quieren una opción más gourmet pueden buscar el restaurante Sugar Mill, donde el chef Christopher Golding intenta darle una nueva mirada a los platos tradicionales jamaiquinos. Flan de ackee (fruta nacional de Jamaica), albóndigas de plátano fritas, ravioles de rabo de buey y mousse de batatas son algunas de las propuestas en un ambiente formal, en el que no se permite el ingreso con bermudas.
El viaje recién comienza. Todavía falta escuchar a una banda de reggae, después de la fiebre del festival de Montego Bay. Aunque aún no hay un circuito de bares, muchos hoteles ofrecen conciertos. Se puede conocer el Island Strains Herb House, donde ofrecen alternativas de uso de marihuana medicinal y hay una vista excepcional al mar. Queda por visitar el Museo de Bob Marley en la capital Kingston. Y subir a Blue Mountain, donde se producen uno de los mejores cafés del mundo. Al volver al hotel, se sentirá de fondo el susurro del mar. El clima será caluroso y uniforme. Una puesta de sol lenta y gloriosa marcará el epílogo de cualquier día.descanso.
Aventura y paisaje variado en República Dominicana
En sus 48.442 kilómetros cuadrados, la República Dominicana ofrece una variedad de paisajes que incluyen playas, montañas y ríos, además de museos, espectáculos y monumentos históricos, que hacen de la isla un lugar de preferencia tanto para una escapada romántica como para un viaje familiar.
"República Dominicana seduce a todos con los más diversos paisajes a muy poca distancia unos de otros, experiencias únicas en contacto con la naturaleza, el arte prehispánico y los sabores autóctonos", afirma Magaly Toribio, asesora de Marketing del Ministerio de Turismo del país caribeño. "Todos encuentran aquí su destino ideal para disfrutar de unas vacaciones inolvidables en cualquier momento del año", agrega. Una de los lugares ideales para la aventura y el ecoturismo es Jarabacoa, ubicada en la Cordillera Central, y cuyo nombre significa en taíno, la lengua autóctona, "lugar de aguas". Sus ríos, montañas y densos bosques de pino conforman un entorno que invita a la práctica de rápel, senderismo, ciclismo, parapente y rafting, mientras que escalar el Pico Duarte (3.087 metros de altura) es una de las excursiones más populares. Entre sus cascadas, en el Salto Baiguate, se realiza rafting; el Salto de Jimenoa es apto para escalar; y para nadar, son ideales La Cortina y La Confluencia, dos parques llenos de piscinas naturales. Jarabacoa ofrece varias opciones de alojamientos ecoturísticos, desde ranchos a orillas del río y eco-lodges, hasta sitios de glamping.
La ciudad capital del país, Santo Domingo, es sinónimo de riqueza cultural y excelente gastronomía, y donde en cada rincón se descubren museos, parques, espectáculos de música y baile, galerías de arte y miradores. La ciudad colonial es el lugar emblemático donde se pueden apreciar monumentos históricos como la Fortaleza Ozama o el Alcázar de Colón. Télam