Esta posibilidad me llega en el mejor momento de mi carrera y es un desafío muy lindo el de ir a jugar a Bolivia, me sirve para crecer como jugador y como persona. La carrera del jugador no es muy larga y tengo que pensar en mi futuro. Voy a tratar de dejar todo en la cancha como lo hecho en todos los clubes en los que he jugado". 5 de enero de 2020. Las declaraciones pertenecen a Joan Alexander Juncos, quien en ese momento se despedía de Huracán Las Heras para afrontar la experiencia más importante de su trayectoria: jugar en el Real Potosí, de la Primera División de Bolivia.
Sin embargo, la vida es un abrir y cerrar de ojos. Resulta increíble cómo un sueño puede transformarse en segundos en la peor pesadilla. En apenas un mes, un momento de felicidad puede convertirse en el instante de mayor tristeza. Y eso fue lo que le sucedió a Joan y a su familia en 30 días exactos.
Todo marchaba viento en popa. El torneo Apertura de Bolivia marchaba por la cuarta fecha y, a pesar del comienzo irregular del equipo, el "Monito" había jugado tres partidos en nuevo club. Los 4 mil metros de altura de Potosí asomaban como otro desafío superado por Joan. "Era la primera vez que jugaba a tantos metros de altura. En la primera fecha nos tocó contra Aurora, en Cochabamba, a 2500 metros de altura. Si bien me ahogué, pude jugar los 90 minutos. ¡Pero no sabés lo que son 4 mil metros, una locura!", recuerda. El domingo 9 de febrero, Real Potosí enfrentaría a San José de Oruro.
Entonces, para aprovechar el último tramo de las vacaciones, la familia Juncos (papá Miguel, mamá Roxana y la hermana menor, Martina) decidió subirse a la camioneta y emprender viaje rumbo al altiplano para ver en acción al delantero.
"Todavía no había convertido goles, pero estaba conforme con mi adaptación y esperaba con ansias la llegada de mi familia", recuerda Joan en la charla telefónica con Más Deportes. Era el mediodía de miércoles 5 de febrero cuando la tragedia dijo presente. Según las crónicas policiales, sobre la ruta 9/34, a la altura del acceso a la localidad salteña de Lumbreras, en el kilómetro 1494, la Peugeot Partner en la que viajaba la familia Juncos impactó de frente con una Nissan Frontier. Miguel Ángel Juncos, padre del futbolista, perdió la vida de inmediato. "El accidente fue culpa del otro conductor. Mis viejos iban de Salta para Bolivia en una ruta hermosa. El conductor de la otra camioneta no vio el vehículo de mi papá, se quiso meter y chocaron de frente", dice Joan.
-¿Y cómo sigue la causa?
-Tenemos que hacer todo con un abogado, pero ahora con esto del coronavirus está todo parado. Además, la camioneta estaba a nombre de mi papá tenemos que hacer la sucesión.
-¿Cómo te enteraste del accidente?
-Diez minutos antes había hablado con mi mamá. Ese día entrené a la mañana y volvíamos a entrenar a la tarde. Almorcé y le dije a mi mamá ‘bueno mami, hablamos a la tarde, seguro que cuando me vuelva de entrenar ustedes van a estar por llegar’. Me fui a dormir y a la media hora me llamó mi tía para darme la noticia. Imaginate; entré en un estado de nervios y de shock que no entendía nada, pensé que era una pesadilla.
-¿Cómo está tu hermana?
-Está internada en el Sanatorio Fleming y va mejorando. Tuvo un golpe en las costillas que le desplazó el pulmón hacia la derecha y le tuvieron que hacerle un neumotórax, pero gracias a Dios ahora está bien del pulmón. Lo que sí ahora con esto del coronavirus tenemos que cuidarla mucho más porque si se contagia estaríamos en problemas graves. La trasladaron en el avión sanitario y está en una sala de terapia intermedia. Tenemos que estar todo el tiempo con ella y para cuidarla, nos turnamos con mi mamá, mi hermano y mi novia. Gracias a Dios casi, ya no toma medicamentos. Y si bien se le ha cambiado el sueño (duerme de día y está despierta de noche) empezó a tomar leche y a comer de a poco.
-¿Lograste que la trasladaran en el avión sanitario?
-Sí, porque al final se hizo cargo la obra social. Dicen que no laburan por la prensa, pero si yo no salía hablando en la tele no lo iban a hacer. Imaginate, mi hermana sufrió golpes en la cabeza, en las costillas, no tenía huesos de un lado y querían trasladarla 18 horas en una ambulancia.
Todo el tiempo que Martina estuvo internada en el hospital Materno Infantil de Salta, Joan estuvo a su lado. Alquiló una vivienda y luego se quedó en la casa de Ricardo “Ricky” Gómez, quien fue su compañero en Gutiérrez y ahora es coordinador de las infantiles y técnico de la Tercera de Juventud Antoniana de Salta. “Con Ricky hicimos una muy buena amistad y me ayudó muchísimo. Imaginate que me fui en taxi desde Potosí hasta Jujuy (NdR: 630 kilómetros, algo así como 10 horas de viaje) y él me fue a buscar a la terminal. Después, me hospedó en su casa, nos prestó el auto, hizo de todo. Un capo”, cuenta agradecido.
-¿Cómo está tu mamá?
-Bien. En el accidente ella tuvo muchos golpes y se quebró el cúbito, pero no ha podido hacer rehabilitación por esto del coronavirus y por lo de mi hermana. Esperemos que pase rápido todo esto así podemos acomodar nuevamente nuestras vidas. Si no fuese por mi mamá, la familia estaría destruida. Ella nos mantiene a todos firmes y de pie. Hace muy poco que pasó y a diario nos vienen recuerdos de mi viejo acá en casa y también ver a mi hermana así; son cosas que a uno lo bajonean, pero son momentos que hay que saber llevar porque van durar toda la vida. Mi papá estaba todo el tiempo presente y conmigo más. Desde chiquito me llevó a Godoy Cruz y me acompañó a todos lados. A los 17 años fuimos a jugar un torneo a Chile y allá fue, se quedó todos los partidos y salimos campeones. Y el año pasado, en el Federal A, íbamos a jugar a San Juan o a San Luis y ahí estaba él. Voy a sentir mucho su ausencia.
-¿Seguir jugando será un homenaje a tu papá?
-Sin dudas porque mi papá hubiese querido que yo siguiera jugando. Con mi mamá el otro día hablaba que si me toca la posibilidad de irme a otro lado lo voy a hacer porque es mi futuro y esto no dura mucho. Por lo menos mi viejo me vio jugar en Primera, que era lo que él quería.
-¿Qué significa que Huracán te haya abierto las puertas en este duro momento?
-Apenas sucedió el accidente, llamé al presidente del Real Potosí y rescindimos el contrato. Era una cuestión de que mi familia iba a necesitar que esté acáy no iba a poder jugar allá. Después hablé con Rafa (Giardini) y me dijo que si necesitaba entrenar o jugar en la Liga, tenía las puertas abiertas. También me llamaron de Andes Talleres, pero preferí volver al Globo.
-¿Cómo son tus días hoy?
-En las mañanas atendemos con mi hermano el negocio de mi familia (NdR: una despensa ubicada en el barrio Sarmiento de Godoy Cruz). A la tarde nos desinfectamos enteros, nos bañamos, vamos a ver a mi hermana y después tipo 20 nos ponemos a entrenar. Decí que tengo a mi hermano y a mi novia que me hacen el aguante y se ponen a entrenar conmigo. La cinta me ayuda mucho para correr. Trato de mantenerme porque venía de un mes sin entrenar.
-¿Qué hacés en tu tiempo libre?
-Me pongo a jugar unos partidos del FIFA en la play. A veces jugamos online con Angelito González y lo tengo de hijo (risas). Yo elijo el Liverpool y él juega con el Tottenham.
-¿Tenés amigos en el plantel del Globo?
-Siempre estoy con el “Pipi” Silva porque nos conocemos hace mucho y somos muy amigos, desde la época en que jugábamos en Gutiérrez. También tengo amistad con Nicolás Inostroza y, cuando estuvo, el Negro Marital.
-¿Se puede dar el ascenso a la Primera Nacional?
-Todos saben que soy hincha de Godoy Cruz y que me crié ahí, pero Huracán es mi segunda casa, el lugar en el que más cómodo me he sentido, donde mejor me han tratado y la gente se ha portado muy bien conmigo. Le tengo mucho aprecio al club y esperemos que ascienda.
-¿Vas a verlo como hincha?
-Sí, voy siempre. En mi familia son todos socios y mi hermana va al colegio del club. Después del accidente, algunos dirigentes del club me llamaron y me ayudaron con el tema de los pañales de mi hermana. Se portaron muy bien.
-¿Cómo fue tu experiencia en el Tampico Madero de México?
-Estuve seis meses nomás, jugué diez o doce partidos e hice un gol. El tema es que me fui muy chico, tenía 21 años y quizá no lo tomé con la seriedad que se merecía. Si bien no la desaproveché, no me entrené al máximo y así y todo querían que siguiera, pero ya cuando volví para las fiestas preferí quedarme acá con mi familia. Siempre fui muy familiero y eso me jugó en contra.
-¿Te quedó cierto resquemor por no haber debutado en Godoy Cruz?
-Jugar en la primera de Godoy Cruz fue lo que siempre busqué y lo que también deseaba mi viejo. En mi mejor momento, que fue cuando hice goles en Reserva y entrenaba con el plantel de AFA, vino Carlos Mayor y laburaba mal, llevaba pésimo al grupo y no le dio ninguna chance a los pibes. Había hecho una gran pretemporada con Almirón y venía haciendo goles en Reserva. Encima, no había muchos delanteros; estaban Leandro Fernández, Ayoví y Juanfi (Garro).
La solidaridad ante todo
El 13 de febrero, el plantel de Huracán Las Heras donó indumentaria con el fin de realizar un sorteo y recaudar fondos que le permitieran colaborar con la familia Juncos.
El primer premio fue una remera oficial, de la marca Giocatta, autografiada por todo el plantel y el segundo premio, una remera de entrenamiento. "A mis compañeros de Huracán les estoy muy agradecidos, se portaron muy bien. Me escribió gente que sólo conocía de nombre, como presidentes y dirigentes de distintos clubes. Eso me hizo muy bien. Con Marcos Barrera, que está jugando en Always Ready, no jugué pero nos conocíamos de Huracán. Apenas pasó todo me mandó un mensaje que contara con él para lo que necesitara. En Bolivia mis compañeros también se portaron muy bien, lástima que los dirigentes son muy especiales. Nunca me llamaron para darme las condolencias o preguntarme cómo estaba mi hermana o mi mamá. Rescindimos el contrato, me depositaron la plata y cada uno por su lado", afirma Juncos.
Una triste cronología
1)- El 5 de enero, Juncos se despidió de sus compañeros en la práctica de Huracán Las Heras para viajar a Bolivia e incorporarse al Real Potosí de la Primera división del fútbol de aquél país. Lo recomendó el PF Franco Cadile.
2)- El 5 de febrero, en viaje rumbo a Bolivia para ver a Joan, la familia Juncos sufrió un accidente de tránsito en Salta. Su papá Miguel falleció, su hermana Martina, de 14 años, resultó gravemente herida y su mamá Roxana sufrió politraumatismos.
3)- El delantero rescindió su contrato con el club boliviano y regresó a la provincia para volver a vestir la camiseta del Globo lasherino en la Liga Mendocina, ya que en el Federal A no lo podrá hacer hasta el torneo que viene.