La tendencia mundial, de la que no escapa nuestra Argentina, marca el avance de los viajeros flexibles. Mujeres y hombres que pueden tomar sus vacaciones en distintos momentos del año, no se reducen a enero y julio, por ejemplo, y se valen de buscadores de pasajes y del mejor precio para definir su descanso.
Las tarifas promocionales de empresas y especialmente de metabuscadores de vuelos, definen las salidas a partir de las ofertas que surgen continuamente. “Saqué mi pasaje a Frankfurt en una página que me ofrecía realmente un número extraordinario. De ahí decidí qué ciudades europeas visitar. Todo surgió a raíz de no dejar pasar la oportunidad” cuenta Ramiro, de 26 años, quien hace dos meses conoció el Viejo Continente.
En la actualidad las empresas envían mails con sus promociones además de publicarlas en medios gráficos y la gente “flexible” está muy atenta a cada información y realiza sus propias búsquedas para obtener el precio más conveniente.
Claro que hay algunos aspectos a tener en cuenta. El primero: el tiempo es tirano. En este caso, el tiempo es clave para la flexibilidad. Seguramente los vuelos más baratos tengan una o más escalas. Esto implica horas de aeropuertos e incluso hasta pernocte. Pero todo depende de la relación que establezca el viajero con su tiempo y dinero. Están quienes prefieren pasar unas horas en Sao Paulo antes de pagar U$S 400 dólares más por un tramo a Madrid, y esos son los que marcan tendencia.
Las fechas preestablecidas son el segundo factor que aprovecha el que se acomoda a los números. Para ser más claros, hay que decir que muchas ofertas son para momentos del año determinado y tienen un día de partida y de llegada, a una tarifa especial. Por ello lo importante es decidir el viaje y luego acomodarse para poder gastar el dinero que se ahorra en pasajes, en el destino.
Las rutas son también una oportunidad. Un caso recurrente en los últimos meses, por ejemplo, fueron las ofertas de vuelos hacia Estados Unidos partiendo desde países vecinos, como Uruguay.
Combinando un transporte barato hacia Montevideo, alguien podría volar a Nueva York o Miami con tarifas cercanas a los 400 dólares, muy buen precio para quien quisiera cruzar el charco. Claro que desde Mendoza todo es más engorroso, pero a los flexibles nada los asusta.
Por último la espontaneidad es fundamental. Ver la pantalla y comprar: “Las mejores tarifas, lógicamente, duran poco, porque las buenas ofertas las enviamos por mail y a través de nuestras redes sociales y se viralizan muy rápido”, dice Julián Gurfinkiel, fundador de Turismocity, el metabuscador de vuelos que comparte ofertas de vuelos baratos a través de sus redes sociales, mail y aplicación móvil.
“Este año ocurrió algo particular: debido a la crisis en Brasil los vuelos a USA y Europa se vendieron desde $ 4.500, así que mucha gente los compró para salir desde San Pablo, Porto Alegre o Foz de Iguaçu, donde los vuelos desde Argentina rondaban los $ 2.000 pesos. “Acá el que gana es el que no se demora”, concluye.
Esta tendencia trae aparejado un crecimiento del interés de los argentinos por destinos más exóticos -Asia, Oriente Medio, Oceanía- que antes, por cuestión de precio del aéreo, solían estar relegados. Bangkok, Tokio o Sydney, con ofertas que rondaban los $12.000, fueron algunos de los destinos más solicitados del pasado 2015. A no desanimar: si busca encontrará esos destinos a U$S 1.700.
A diferencia de la creencia popular, este tipo de vacaciones, lejos están de planificarse a último momento. Por el contrario la gran mayoría de los vuelos muy baratos son publicados en promedio 6-7 meses antes del vuelo.
Estar alerta, adscribirse a las alertas de las empresas, tener siempre los ojos abiertos y la tarjeta a mano para comprar en el momento justo, es sinónimo de flexibilidad. Eso sí vayan guardando días para viajar durante 2016 a precios de locos.