Quizás en el peor segundo tiempo de los tres últimos partidos, Independiente Rivadavia empató en un tanto ante Boca Unidos de Corrientes y no puede salir de esa zona que pone nervioso a todo el pueblo leproso. Y pudo haber sido peor si no fuese por la gran noche que tuvo Cristian Aracena.
No pudo ser, y de la muestra de mejoría ante Morón y Atlético de Rafaela, ayer retrocedió un pasito.
Esto parece haber quedado claro para el DT, Pablo de Muner, que tras finalizar el partido renunció y dejó a la Lepra con un problema mayor: ahora debe encontrar conductor de cara a lo que queda del torneo.
De mayor a menor
Duro y cerrado como uno imaginaba. Así fueron los primeros 45 minutos en la Catedral. Es que la misma necesidad de ambos por salir de la zona roja de la tabla de promedios hacía que el partido fuera de alto voltaje.
El equipo local fue el que propuso en los primeros minutos del partido. No fue claro y tampoco hubo llegadas claras, pero la intención estaba. La idea era ahogar al rival en la salida e intentar llegar por los costados.
Pero de a poco el Azul fue bajando los decibeles y dejó que Boca se acercara al arco defendido por el "Pity" Aracena. Sin embargo, salvo algún disparo de media distancia, el Xeneize correntino no fue claro.
Cuando parecía que el break iba a terminar en tablas, una falta al “Torito” Lucero le dejaba la chance a Gastón González de demostrar que tiene un guante en el pie derecho: el envío del mediocampista se clavó en el ángulo. Inatajable.
Con el resultado a favor, todos imaginaban que el Azul iba a controlar el partido. Pero increíblemente el equipo de De Muner se fue complicando.
Aparecieron las desinteligencias en el fondo y Boca se dio cuenta que las pelotas en profundidad causaban daño, y mucho.
A los 18' del segundo tiempo, justamente en una pelota profunda, Sosa encontró la paridad. A partir del gol visitante, el Azul fue un descontrol. El "Pity" Aracena tapó pelotas claves y Veguetti estuvo errático porque de otra manera estaríamos hablando de una derrota azul. En el final la Lepra apretó el acelerador y González estrelló una pelota en el palo, pero el empate ya estaba sellado. Y también la salida del técnico.