Muchos fumadores tosen permanentemente. ¿Por qué? Porque los pelitos que recubren las vías respiratorias suelen expeler todo lo que no debe llegar a los pulmones.
Pero apenas después del primer cigarrillo, estos pelitos dejan de trabajar por unas siete horas. Eso hace que los fumadores acumulen secreciones que luego deben ser expulsadas.
Los fumadores no deben dar por hecho que esto es así. Una vez al año deberían controlar sus pulmones. Y es que eso que se llama vulgarmente "tos de fumador" suele derivar en una enfermedad de obstrucción pulmonar crónica o EPOC.
Dado que el pulmón se siente sobreexigido por el tabaquismo, se defiende inflamándose. Y las proteínas que deberían "comerse" las bacterias comienzan a destruir el tejido. Es decir, que de algún modo el pulmón se come a sí mismo.
Lo peor es que los pacientes suelen darse cuenta de esto cuando ya es tarde.