El empresario mendocino Enrique Pescarmona denunció que funcionarios del gobierno kirchnerista quisieron quedarse con la empresa del cual era directivo, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), cuando estaban al frente del gobierno nacional.
Las declaraciones se desprenden del fallo del juez federal, Claudio Bonadio respecto a la causa de los conocidos "cuadernos de las coimas", en los que se investiga una red de corrupción entre funcionarios kirchneristas y decenas de empresarios.
Además de procesar y de presentar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como supuesta jefa de una asociación ilícita, Pescarmona fue procesado "en orden a los delitos de asociación ilícita, en calidad de miembro; y dación de dádivas en 13 hechos, en calidad de autor". En tanto, fue embargado por la suma de 4.000 millones de pesos.
No obstante, uno de los fragmentos destacados del fallo es cuando se detalla la declaración del empresario Pescarmona, quien acusó y dio detalles de cómo "sufrió" un proceso extorsivo constante por parte del gobierno, entre 2006 y 2014, momento en que Impsa entró en default.
De hecho, Francisco Valenti, ex número 2 de Impsa, había dicho que hubo un "plan sistemático destinado a apropiarse de parte del paquete accionario de la empresa a través de la incorporación de un socio, una suerte de testaferro". En este sentido, admitió haber hecho pagos por cerca de 1,8 millones de dólares a Roberto Baratta, ex empresario kirchnerista, además de regalar vinos Lagarde -del grupo empresario Impsa-.
El mensaje “de la Corona”
La declaración de Pescarmona, que tuvo en calidad de arrepentido, relata varias reuniones entre él y parte de su familia, con el ex ministro de Planificación, Julio De Vido (hoy preso), y en el que expresó que fue "extorsionado" en virulentas oportunidades, no solamente para que ingresara supuestamente un testaferro a la empresa como socio, sino también para entrar en el mercado de coimas .
Según el empresario, el primer encuentro fue a comienzos del 2006, cuando almorzó junto a su hijo Lucas y De Vido en teoría para hablar sobre una obra, un vertedero en Yacyretá. En esa oportunidad el ex funcionario dijo que la empresa "necesitaba un socio".
La respuesta llegó desde Lucas Pescarmona (su hijo), quien dijo: "Señor Ministro, disculpe pero creo que no necesitamos un socio... si nosotros nos asociamos con usted vamos a ir presos". De Vido habría respondido: "Nene, nosotros no nos vamos a ir nunca de acá, vos no entendés nada nene".
"Le dijo pendejo de mierda, tenía un ataque de bronca", señaló el ex titular Impsa en la declaración. Según ese relato, un mes después volvieron a tener otro encuentro, en el cual también participó otro de los hijos de Pescarmona, Luis.
"Vengo con un mensaje de la Corona, o te asociás o te asociás", fue la frase con la que Pescarmona sostuvo que De Vido los quiso extorsionar, y señaló que esas situaciones lo hicieron acordar al secuestro que sufrió en 1985, donde estuvo 45 días retenido por fuerzas de seguridad que se habían quedado sin trabajo con la llegada de la democracia al país.
Asimismo, indicó que "siempre aparecía alguien de ellos pidiendo el 10 o 15 por ciento de las obras; me parecía totalmente increíble, más cuando el margen de ganancia era del orden del 5 por ciento".
El relato del empresario prosiguió en una especie de boicot que habría realizado el Gobierno nacional en las licitaciones: "Nos sacaron de la cancha de una forma alevosa".
"Asfixia" venezolana
Impsa realizó trabajos de repotenciación en la central hidroeléctrica Macagua, en Venezuela, que costó 200 millones de dólares, y expresó que fueron "asfixiados" por el gobierno nacional, que intermedió para que el país liderado en ese entonces por Hugo Chávez, dejara de pagar, como "forma de extorsión".
"Baratta nos chantajeaba diciendo que si no les pagábamos no íbamos a cobrar en Venezuela, decía que está atrás la Sra. Kirchner", declaró Pescarmona, razón por la cual sostuvo que accedió a la entrega de coimas.
De esta manera, salió en defensa de Valenti, a quien se le dictó la falta de mérito, ya que asumió la responsabilidad de los pagos que hizo su número 2. “Le dije que usara la plata que yo tenía en la caja fuerte”, insistió Pescarmona y de esa manera “salvó” hasta ahora a Valenti, quien de todas maneras sigue investigado.
“El chantaje de los funcionario argentinos con lo de Venezuela fue alevoso. No queríamos darle un mango a estos tipos porque eran unos hijos de puta. Pero tuvimos que acceder. Es cierto lo que dicen los cuadernos en general. Cada vez que yo volvía de viaje Valenti me informaba cuando había tenido que pagarle a estos tipos”, afirmó el empresario, quien agregó que tras eso “los pagos en Venezuela se empezaron a regularizar”.
Finalmente, acusó al kirchnerismo de ser el responsable del mal momento económico que sufrió Impsa, que entró en default en 2014. “Fue una extorsión impresionante (…). No puedo dejar de asociar la pérdida del 65 por ciento de mis acciones en la compañía en parte a lo anteriormente relatado”, culminó.