Incrementar el consumo de estas frutas secas, irresistibles para muchos, combinables con dulces o salados, puede equivaler a una dieta baja en grasas pero con altos contenidos de carbohidratos. Las grasas poliinsaturados, los ácidos grasos omega 3 y el ácido alfa-linoléico específicamente, son los elementos que contienen y los artífices de sus bondades.
Estudios publicados en el Diario Americano de la Asociación del Corazón, que comprendieron un grupo de estudio de 245 mujeres con exceso de peso u obesidad de entre 22 y 72 años de edad, detectaron una fuerte relación entre el incremento en el consumo de nueces y la reducción del peso, la disminución de los triglicéridos y del colesterol.