En la actualidad esta la moda tecnológica va en aumento, tanto en los adultos como en los adolescentes, que buscan hacer público cada acto de su vida personal.
Las selfies resultan una patología, cuando el sujeto no puede dejar de realizar los actos compulsivos de sacárselas y publicarlas en las diferentes redes sociales, buscando la aprobación y el reconocimiento de los otros mediante los comentarios positivos y el "me gusta" que publican los "amigos virtuales".
Dicha compulsión puede desencadenar diferentes patologías como: trastorno obsesivo, conductas adictivas a las redes sociales, estrés y trastornos del ánimo.
La causas de esta compulsión pueden ser la necesidad de pertenencia al grupo de pares y la baja autoestima (necesidad de obtener reconocimiento social), porque con las selfies tratan de calmar la sensación interna de malestar buscando la aprobación de los amigos virtuales.
Esto genera una retroalimentación negativa porque aumenta el estado de malestar y, en consecuencia, incrementan los actos compulsivos de autorretrato para luego subir las fotos en las redes sociales.
Cuando la selfie que el sujeto publica no satisface sus necesidades y no cumple con las expectativas que la persona tiene -no recibe la cantidad de comentarios o "me gusta" que esperaba- lo lleva a una gran frustración, generándole un estado de angustia y depresión.
Es importante estar atentos al comportamiento que los chicos tienen con las selfies, para trabajar en la prevención. Por eso el diálogo familiar es muy valioso, ya que ayuda en la relación de los chicos con el manejo de las redes sociales.