Leche a granel para todos

Leche a granel para todos
Leche a granel para todos

Cuando hace algún tiempo se conoció la noticia que informaba que la Secretaría de Comercio de la Nación había descubierto que el mayor porcentaje de aumentos del precio de la leche había sido aplicado y percibido en forma absolutamente desproporcionada y leonina por las cadenas de supermercados y no por los productores, vino a mi memoria el sistema y cadena de comercialización de la leche que funcionó en nuestro medio hasta la década de 1970.

Por aquella época, se transportaba la leche a granel por ferrocarril desde Córdoba o Santa Fe, hasta la planta de procesamiento denominada “Valle de Uco” que existía en la calle Brasil de Godoy Cruz, y posteriormente  era distribuida  al “por menor” por repartidores individuales que la transportaban en tarros de aluminio de hasta 25 litros de capacidad que tenían boca ancha, y la extraían de los mismo con un jarrón también de aluminio de un litro con el cual se la entregaban a los consumidores que la recibían en sus propios recipientes que eran lecheras, jarras o botellas de vidrio.

Ese primitivo sistema de comercialización fue reemplazado gradualmente por los envases de plástico que comenzaron a venderse en los supermercados que habían aparecido en esa época; este sistema de ventas más práctico y más higiénico desplazó del mercado al “lechero” individual  que pasaba todos los días por los barrios llevando la leche para su clientela.

Podemos llegar así a la conclusión de que en aquella época los supermercados (hoy hipermercados multinacionales) comenzaron a desplazar del sistema de comercialización a los almacenes de barrio, y la leche en sachets desplazó a los repartidores o “lecheros” domiciliarios.

En la actualidad el litro de leche se vende en los hiper mercados a un precio que seguramente resulta inalcanzable para la población de bajos recursos, y como consecuencia directa de ello, a través del tiempo, resultan muchos niños desnutridos que son o serán posteriormente excluidos sociales.

El resultado de la ecuación socio económica es muy claro: los hiper mercados optimizan sus utilidades aplicando  fórmulas micro económicas y fijan el precio y cantidades a vender que más ganancias  les producen; como consecuencia directa de ello se ajustan las cantidades de niños consumidores que podrán consumir al precio más rentable para los supermercados,  y queda una cantidad marginal de niños que no pueden  pagar ese precio para consumir leche y que son candidatos inmediatos para caer en la desnutrición infantil.

Por ello, y teniendo como principal objetivo luchar contra este flagelo, sería  muy beneficioso  socialmente que se diseñara en la actualidad un sistema de comercialización de leche similar al de “Carne para todos” o de “Pescado para todos” que pudiera llegar a los sectores más carenciados con precios  bajos  y que respetara también el nivel de precios aceptable para el tambero, productor básico de este alimento esencial.

Los que fuimos niños consumidores en aquella época, pudimos sobrevivir con muy buena salud y nunca se supo de nadie que se hubiera enfermado por alimentarse con leche distribuida todos los días a domicilio por el lechero de barrio. Hoy existen medios tecnológicos para realizar esta tarea con muy buen nivel de higiene y conservación, como camiones térmicos con cadena de frío y tanques de acero inoxidable para incorporar a cualquier vehículo de reparto  diario a domicilio.

José R. Pani

Profesor Ciencias Económicas

DNI 7.804.315

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA