Sin rumbo. Así se mostró Gimnasia y Esgrima en Santiago del Estero ante Mitre. Sin dudas, un equipo que le trae muchos dolores de cabeza en estos últimos años. Y eso que arrancó mucho mejor el conjunto de María José Bianco.
El "Chaucha" apostó nuevamente a jugar sin un referente de área. Sin embargo, la presión que impuso fue muy alta y quiso imponer su peso en la mitad de la cancha.
Pero, Mitre, no renunció a su juego y cuando el Lobo lo dejó apostó al pelotazo para que aguanten sus dos centro delanteros que son grandotes y pesados y descargar de manera inmediata para los carrileros o los marcadores laterales.
La velocidad por las bandas del equipo local, fue un dolor de cabeza para todo el sistema defensivo de Gimnasia. Y así llegó el primer tanto del juego. Desborde por derecha, centro, rebote, recibió Brien Mieres y fusiló a Marchiori.
Gimnasia no sintió el golpe de la apertura del marcador. Continuó con el mismo ritmo de juego que había impuesto desde el pitazo inicial. Y tuvo dos chances muy claras para lograr la igualdad, primero un zapatazo desde 30 metros de Aguirre y un minuto después, Parafán le sacó un cabezazo de pique al suelo al Brundo. Hasta ese momento, el equipo de Bianco merecía por lo menos llegar a la igualdad.
Sin embargo, con el correr de los minutos, la presión y el sistema de juego que había intentado imponer el conjunto mendocino se fue diluyendo. Cada contragolpe de Mitre hacía temblar el arco de Tomás Marchiori. No tuvo una buena tarde la última línea del Lobo, principalmente los dos defensores laterales. Mitre tuvo varias situaciones de peligro para aumentar la diferencia, pero esa superioridad no la pudo plasmar en la red mendocina.
En el complemento, la historia fue una continuación de lo que sucedió en los últimos quince minutos de la primera mitad. Gimnasia fue un equipo anémico, que perdió fuerza, volumen de juego y se desconcentró en defensa. En tres minutos de juego, le generaron dos situaciones de peligro debajo de los tres palos.
Una volea de Ruiz, se fue besando el travesaño. Minuto después, llegó el segundo tanto de Mitre. Pelota parada, desconcentración defensiva y Alan Bonasea puso el 2-0. Historia liquidada.
Porque Gimnasia nunca encontró el rumbo. No tuvo peso ofensivo y careció de juego y rebeldía. Cada ataque de Mitre, la última línea del Lobo hacía agua. Paso en falso de Gimnasia en su primer juego de visitante. Ahora, a pensar en Chacarita, equipo al que recibirá en 15 días.