Es muy simple: quien no duerme bien, no está de buen humor. Lo que no todos saben es que el buen sueño comienza por una buena distribución de los muebles en la habitación. Si se lo piensa, es el espacio más importante de la casa, porque quien no se siente a gusto en su dormitorio no duerme bien y no puede disfrutar el resto del día. A continuación algunos consejos sobre cómo organizar los espacios:
Cama: Es el mueble más importante del dormitorio, pero pocas veces ocupa el lugar central en el ambiente. No siempre es bueno acomodar la cama contra una pared, sobre todo si topa con una ventana o con el radiador. Es sabido que dormir muy cerca de una fuente de calor no es lo mejor. Lo mismo sucede con las ventanas abiertas: perdemos mucho calor corporal a través de la cabeza, con lo que, si somos friolentos y dormimos cerca de una ventana, sentiremos demasiado frío por la noche. Y quienes, por el contrario, suelen sentir mucho calor por las noches, no se sentirán mejor si duermen transpirados cerca de una corriente de aire.
Es bueno que una de las partes de la cabecera estén contra la pared. Dependiendo del espacio del que se disponga, puede ser que algún otro costado de la cama deba estar contra una pared. Quien pueda elegir, hará mejor en optar por que al menos 80 centímetros de cada lateral queden libres. Eso bastará para subir y bajar de la cama cómodamente por cualquier lado.
Ropero: El tamaño del armario dependerá por supuesto de la cantidad de ropa de cada habitante. Las perchas suelen requerir unos 60 centímetros de profundidad, mientras que los estantes pueden ser menos profundos. En cuanto a las puertas, lo ideal es poder abrirlas más de 90 grados, de modo de tener mayor comodidad. Teniendo unos 80 centímetros libres delante de cada puerta bastará.
Decó y colores: Los dormitorios que emanan una atmósfera cálida propiciarán mejor el sueño. El orden, las estructuras, la posibilidad de generar luz baja u oscuridad son esenciales. Quien tenga problemas a la hora de conciliar el sueño debería evitar tener allí televisor, laptop, e-book o demás elementos parecidos. El brillo azul que irradian estos aparatos suele perturbar el sueño.
Los especialistas de interiores también recomiendan que el dormitorio no tenga demasiada decoración, ya que cierto vacío permite conciliar mejor el sueño. Tampoco es ideal tener plantas, porque en la tierra, que con frecuencia está húmeda, pueden producirse hongos a los que uno se ve expuesto durante largas horas. Los colores, por último, no debieran ser muy fuertes.
Iluminación: Las luces deben ser agradables, cálidas. Una opción son las lámparas de ahorro o leds de entre 2.700 y 3.000 kelvin. Fuera de la lámpara principal, es bueno tener alguna iluminación baja en la mesa de luz. Para eso basta con un foco de entre tres a cinco watts.
Lo importante es que ninguna fuente de luz esté cerca de un espejo, porque los espejos no toleran más de 45 grados.
Serenidad: ya sea que los vecinos hacen bastante ruido por las noches o que uno quiere tener cierta calma pese el barullo de los niños, es primordial que el dormitorio sea silencioso. Algunas opciones de ayuda son las cortinas pesadas o las alfombras, que no reverberan tanto como los muebles de metal o los pisos de cemento.
Lo último para dormir bien: decó "somnífera"
Los colores, la cama, la iluminación, la acústica y hasta el ropero influyen en el buen dormir. Cinco claves para descansar como "un bebé".
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